Es así, publicado a principios de marzo, es el último trabajo de estudio de Las Pelotas. En esta reseña lo analizamos canción por canción.

Por Matías Roveta

El abrazo como el consuelo de la compañía en un mundo difícil o el abrazo que da calor y contención: en dos canciones de Esperando el milagro (2003), todavía con Alejandro Sokol como cantante, Las Pelotas se habían referido a esa forma tan primaria de brindar afecto. El abrazo aparece ahora en la hermosa foto de portada de Es Así, el nuevo disco de la banda: es una imagen espontánea de los miembros retratados antes de salir a dar un show. “Ese abrazo es una búsqueda antes de subir a tocar, es un momento de concentración. Como un equipo que se enfoca antes de salir a la cancha”, explicó el tecladista Sebastián Schachtel en una entrevista radial en Vorterix.

Pero ese instante íntimo antes del momento de dar la cara puede tener connotaciones más profundas. Simboliza, en última instancia, los lazos de fraternidad que todavía los mantienen unidos, para una banda que ha sufrido golpes muy duros a lo largo del camino, como la muerte de Sokol, pero también la del guitarrista Gustavo Kupinski. Esa sensación de comunión de sentimientos que los sostiene vivos y activos atraviesa al corte principal de la obra, “Ya lo sabés”, que con justicia convivirá junto a otros hits de la última etapa como “Personalmente” o “Víctimas del cielo”. Sobre el rasgueo limpio de la guitarra eléctrica y envuelto en fraseos de trompeta que acarician como una brisa, Germán Daffunchio canta y afirma: “Será que esto era así, que nunca dejó de ser / Pudimos estar mejor que ayer, sintiendo”. El videoclip de la canción refuerza la idea y amplía su alcance al incluir imágenes del público en sintonía con ese estribillo. Y el mensaje parece ser claro: pasa el tiempo y acá estamos, con ustedes.

Daffunchio canta mucho sobre superar experiencias oscuras y enfocar la mirada hacia delante. Las dos canciones que abren Es Así deberían escucharse como una unidad y pueden pensarse como hijas directas de “Cuántas cosas” (de Cerca de las nubes de 2012), momento en el que el sonido de Las Pelotas cambió. Una forma de canciones mid tempo pulidas y luminosas, con letras sobre enfocarse en lo que verdaderamente fortalece y llenas de consejos vitales, que le fueron ganando terreno al pulso rockero y a los himnos reggae del pasado. “Es difícil ver cuando las sombras te rodean siempre”, canta Daffunchio. Luego concluye, en la primera canción que además da título a la obra: “Es así, solo es cuestión de hacer cuando los sueños se repiten siempre”. En el siguiente track, “Hasta que el sol”, Las Pelotas son una nave sinfónica minimalista a bordo de un piano y un colchón de cuerdas que dan vida a una canción que juega de nuevo con la idea de batalla entre luz y oscuridad. “Sentirse así no sirve”, dice Daffunchio, pero enseguida aclara que “los vientos van calmando ya” y, por la emoción con la que canta con su voz relajada en un primer plano, está claro que el sol está ganando la pulseada.

En “Mira” las guitarras cobran mayor protagonismo y respiran distorsión caliente mientras Schachtel cuela ruidismos lúdicos con sus sintetizadores. Suena como una gema rescatada de la etapa Para qué? (1998) / Todo x un polvo (1999) y es una canción que ataca la idea de vivir una vida atada a sueños vacíos : “Buena ropa y un ascensor subiéndote”, dispara la letra. Enseguida, después de la mencionada “Ya lo sabés”, hace aparición “Díselo”, que está dominada de nuevo por un piano que traza melodías que pegan saltos e invitan a lanzarse a seguir el consejo que expresa la letra: algo tan simple como animarse a querer. De ese modo, Es Así es un disco que ofrece un balance perfecto entre nuevas sonoridades y parte del viejo ADN de la banda, y logra ser la mejor síntesis de canciones que Las Pelotas despachó desde el gran Despierta (2009).

Cerca del final del álbum Las Pelotas ofrecen su costado más rockero y combativo, primero con las guitarras de cepa punk que desgranan power chords (junto a algunos fraseos agudos que remiten a los Strokes) en “Al final qué somos”, luego con “Dando vueltas” y sus violas entrelazadas en riffs penetrantes y por último con el blues rock contestatario “Nadie fue”, que ataca a toda la clase dirigente política por igual.

En el cierre bajan otra vez un par de cambios y allí reluce “Siéntate y espera” con su riff de guitarra acuoso y su atmósfera gris de tormenta: suena como el paisaje sonoro luego de una inundación que arrasó con todo, a tono con una letra que critica la pasividad de la gente mientras el calentamiento global hace estragos. “Ve atrás” es un epílogo perfecto y versa sobre superar esas nubes negras, pero acá la tempestad es más espiritual que metereológica: “Sí, hay que comenzar de nuevo, salir de ese lugar / No es el tiempo de perder esperanza, aunque te cueste buscar”, canta Daffunchio rodeado de guitarras dulces y coros etéreos. Es una frase que invita buscar la felicidad en un contexto desfavorable, algo que se resignifica ahora: Es Así se publicó a comienzos de marzo, cuando el coronavirus todavía no era una amenaza. En tiempos de cuarentena, ante la ausencia forzada del abrazo, este disco puede contener de la misma manera.//∆z