El trio conformado por Lula Bertoldi, Brenda Martin y Gabriel Pedernera llenaron el Movistar Arena en los albores de un diciembre incendiario y ratificaron por qué son una de las bandas más atractivas y potentes del rock argentino contemporáneo. ¿Te lo perdiste? Te invitamos a leer y observar.
Diciembre. En otros países puede significar fin de año, un simple balance. En Argentina, siempre hay más que eso, desde corralitos, saqueos, festejos del mundial de fútbol o cambios de presidente. También, es un mes particular para Eruca Sativa. El seis de diciembre de 2007, fue el primer recital de la banda en Córdoba. Dieciséis años y dos días después, dieron el recital más grande de su carrera.
Las bandas de rock van creciendo en convocatoria y naturalmente pasan por los antros más importantes de Buenos Aires. En la lista de Eruca están tachados La Trastienda, Vorterix, Teatro de Flores, Ópera, Obras y el Luna Park. Desde hace algunos años, el Movistar Arena se convirtió en el nuevo anhelo de músicos con gran caudal de público. El primero del trío se dio en el cierre de una gira mundial.
La disposición del estadio no fue la habitual. El campo estuvo dividido en un pequeño “vip” y el de siempre con una pasarela que llegaba hasta las puertas de la entrada. Alrededor de las nueve, aún con las luces prendidas, una música sci-fi junto a un humo que salía desde los costados de la batería se hicieron eco. Varios minutos después, Lula, Brenda y Gabriel aparecieron en el escenario.
El inicio fue ideal para la construcción de climas. Confundiste tus pies con tus manos/Tantos siglos de estar agachado/Atragantándote tus palabras/Repetiste las que eran de otros/Aunque trates de verte sincero/Sos un títere lleno de miedo. Luego de estas líneas, la distorsión se hizo lugar y la gente explotó de euforia. Ni siquiera terminó la canción, que desde las pantallas apareció la frase “Que nadie venda nuestro país ni nuestra libertad”. Eruca Sativa no esconde su postura y la manifiesta desde el comienzo.
Su sonido es versátil y el setlist lo confirmó. La primera parte tuvo la vena más rockera, donde el público demostró que había energía de sobra. Pasaron “El Genio de la Nada”, “Abre Puertas” y “Eso no es Amor”, canción nueva que será parte del próximo disco.
La segunda sección fue la parte funk, donde tocaron “Sorojchi”, “El Balcón” y “Marca tus Marcas”. La pasarela fue utilizada de manera activa por Lula y Brenda, que con su bajo hizo bailar a los presentes.
Dopelganga (2022), el álbum de covers que los volvió a meter en un estudio, tuvo representación en “Sola en los Bares” de Man Ray y “Ojala” de Silvio Rodriguez. El trío nunca ocultó sus influencias y amor por la música latinoamericana.
El momento más significativo de la noche se dio cuando las luces se oscurecieron y caminaron cerca del público para llegar al pequeño escenario que estaba entre el comienzo del campo y la platea baja. En formato semi acústico, sonó “Para que Sigamos Siendo”. La gente coreó cada palabra, levantó pañuelos de Abuelas de Plaza de Mayo y Lula afirmó: “Lo vamos a repetir hasta el último día de nuestras vidas: Memoria, Verdad y Justicia”. Sus intervenciones fueron breves pero siempre certeras. Además, no solo las letras de la banda manifiestan sus posiciones sino que las pantallas fueron utilizadas de manera constante. Hubo frases de Jauregui, Retamar y Camila Sosa Villada.
Volvieron al escenario principal y continuaron con sus canciones influenciadas por el folclore. Franco Luciani junto a su armónica fue el único invitado de la noche en “Amor Ausente”.
Para el final, el sonido más visceral y pesado de Eruca se hizo presente una vez más en “Magoo” y el punk de “Queloquepasa”.
“Baba” fue la última canción. Nada está escrito aquí/El tiempo nos dará la oportunidad. Seremos Primavera (2019), es el disco en el que se alejaron del concepto de “power trio”. Si bien desde el inicio mostraron la variedad de sus influencias y un estilo propio, en ese álbum, hay un quiebre más notorio de sus inquietudes. Cerrar con una canción de allí, el festejo de tantos años, es su manifiesto musical. Entre abrazos, cariños al público y la frase “Seremos recuerdos”, cerraron su primer Movistar Arena.
Pasaron bastantes años desde aquellos jams y primeros recitales en Córdoba. Lula tenía 22 años y estaba enfocada en su carrera universitaria. Brenda tenía 28, su experiencia en bandas venía desde fines de los 90. Gabriel, siendo el más joven de los tres, tenía 21. Esa amistad que fueron forjando con el tiempo y las situaciones personales son su historia. Hoy, la química que poseen en el escenario es inmensa. Desde una simple mirada hasta el sonido logrado. No hay límites. Siempre están con la energía puesta en hacer lo que quieren. Con ese leitmotiv, no importa si es en el Movistar, Luna Park o de soporte de Roger Waters -como hace algunas semanas- , la gente tiene un lazo con esta noción de vivir la música. Bajo cualquier contexto, hay Eruca Sativa para rato. //∆z