Erick Mota: las ucronías del Caribe
Por Andrés Arroyave

Nace una nueva sección: especulativo Z se propone conocer los futuros alternativos, los finales del mundo y las realidades paralelas que se imaginan desde el sur. En esta primera entrega, dialogamos con uno de los escritores cubanos contemporáneos más interesantes


He provocado una guerra que devastará Europa, pero también he salvado a toda América, desde Alaska hasta la  Tierra del Fuego, de la invasión combinada de todos los imperios industriales modernos. Imperios colonialistas y racistas que no se abstendrán de violar mujeres negras, ni se detendrán ante niños pieles rojas. 

Morirán miles, pero he salvado a millones del genocidio. 

Me pierdo entre la multitud. 

Los agentes navajos hacen lo mismo: todos desaparecemos.

La policía serbia y la guardia del archiduque buscan a miembros extremistas de la Mano Negra. 

En medio del infierno frío, camino entre la gente que corre. 

Erick Mota escribió sobre norteamericanos que huyen en balsa hacia Cuba. También sobre orishas que habitan la web. Escribió La Habana Underguater y se hackeó a sí mismo. Erick hizo que su libro circulara entre el under por fuera de su isla aunque años después La Habana fue re-editada en 2021 por Indómita Luz en Argentina. Y no contento con una ucronía, escribió una segunda.

Erick Mota escribió El foso de Mabuya, editada esta vez por Ediciones Vestigio de Colombia en 2022, y dio vida al monstruo que titula al libro, una divinidad Taína y lovecraftiana que habita el Caribe y que se convierte en arma usada en pro de la independencia de la isla más grande de las Antillas. En El foso de Mabuya, el devenir histórico tomó otra línea y las naciones no son esto que conocemos.

Hay piratas que pilotean naves voladoras steampunk, pero también una máquina predictiva de acciones y consecuencias futuras, fundida y controlada por Mabuya. En El foso de Mabuya se reescribe la historia del Caribe mediante una escritura que es montaje de varias líneas temporales, cruzadas unas con otras y en las que se pueden encontrar a una mujer cubana que es la primera persona en pisar la Luna, o la Confederación de Pueblos Originarios que controla los Estados Unidos.

A su manera, El foso de Mabuya narra como un dispositivo histórico el nacimiento de una nación. 

ArteZeta: ¿Cuál crees  que es esa cualidad diferencial de la ciencia ficción latinoamericana en comparación, digamos, a la anglosajona o gringa o hegemónica? 

Erick Mota: Es una pregunta que yo constantemente me la estoy replanteando, así que a lo mejor mi respuesta ahora no coincide con otras respuestas anteriores porque tiene que ver con lo que pienso en este momento. Mira, lo que diferencia la ciencia ficción latinoamericana del resto de la ciencia ficción, fundamentalmente la hegemónica o la anglosajona, tiene que ver con lo que yo llamaría la experiencia americana, es decir, nosotros somos esencialmente diferentes al resto del mundo y lo que somos nosotros, nuestra percepción del mundo, es eso se le aporta a esta a la ciencia ficción. Nosotros tenemos una relación con la religiosidad diferente a la que tienen los europeos, a la que tienen los africanos y a la que tienen los asiáticos. Tenemos una mezcla cultural y eso nos hace replantearnos las cosas de una manera distinta, nos hace observar la realidad desde distintos aspectos. No sólo en la realidad objetiva, o sea, no solamente estamos hablando del punto de vista religioso o el punto de vista de lo espiritual que tenemos todos, sino también la realidad objetiva, las crisis.

Precisamente porque de fondo no tenemos una sola cultura, tenemos múltiples culturas que están como en una lucha constante. Por lo tanto, en algunos aspectos podemos reaccionar como lo haría un europeo y en otros aspectos relacionamos como lo haría un africano; claro, no somos ninguna de esas dos cosas, la migración también ha influido mucho. O sea, estamos hablando de un crisol, de una mezcla, de un mestizaje brutal y entonces temas claves, temas universales e incluso temas que ahora mismo están en la palestra pública como pueden ser el colonialismo, la explotación o el racismo, esos son temas a los que nos aproximamos de una manera distinta, porque además son temas que hemos tenido todo el tiempo, tuvimos que lidiar con ellos y ese es otro punto en el que nos diferenciamos: la explotación. Nosotros estamos acostumbrados a vivir en estados de guerra sin haber guerras declaradas. Estamos acostumbrados a vivir en estados de hambre y de miseria en países que tienen un producto interno bruto bastante grande y donde la gente se da una buena vida; países incluso que tienen que hacer propaganda respecto al turismo de lujo. Personas que pasan hambre sin haber una hambruna, personas que son desplazadas sin que haya una guerra, personas que viven en estados de excepción sin que haya un cambio político importante o trascendente en sus países.

La Habana Underguater es, entre otras cosas, un policiaco con influencias del cyberpunk anglo, aunque también se separa del género mientras busca una narración más autorreferencial y cubana, por decirlo de alguna manera. Allí, a un mercenario prieto entrenado por los soviéticos y con experiencia en las guerras civiles norteamericanas de principios del siglo XXI—que han destruido a los Estados Unidos como potencia mundial— se le encarga atrapar al hacker que ha robado de la red global una de las ofrendas que han sido dadas a los orishas que habitan la red. El giro de tuerca político que tiene como trasfondo la narración nos presenta un futuro ucrónico en el que los soviéticos han sido la potencia victoriosa de la guerra fría. Trasfondo que no podría ser de otra manera, ya que la distopía capitalista clásica del cyberpunk es una proyección de los terrores que puede traer una realidad dominada por corporaciones neoliberales. Cuba, es bien sabido por todos, ha ejercido un modelo económico diferente, aunque haya sufrido a su manera los castigos de las potencias capitalistas occidentales.

AZ: Solés decir que tu libro La Habana Underguater surgía un poco de ese exorcismo de cuando ocurrió el Periodo Especial en Cuba. Con El foso de Mabuya ¿hay algún detonante? ¿Cómo surge su escritura?

E.M: Bueno, realmente fue algo parecido y al revés, es decir en La Habana Underguater, yo tenía que exorcizar la terrible experiencia de lo que significó para mí el período especial. Sin embargo, El foso de Mabuya fue lo contrario, nació en el momento en el que yo volvía a enamorarme de mi país, en que volvía a enamorarme de mi nacionalidad y al mismo tiempo no me estaba viendo solamente como cubano, me estaba viendo como como caribeño y como latinoamericano. Entonces comienza el primer detonante que fue un trabajo que tuve que hacer real de historiador, o sea, estaba trabajando con artículos completamente burocráticos de la época española. Es sorprendente cómo algo tan terrible como la burocracia te conecta con la realidad Tal vez tenga que ver con que en mi trabajo, conecté con esos pobres infelices que estaban haciendo papeles hace doscientos años y tenían los mismos problemas que yo haciendo mis papeles ahora. Encontré cartas de tipos que pedían por quinta vez el presupuesto para construir un puente de piedra sobre el río. Ahí conecté con El foso de Mabuya, con la cantidad de esqueletos que tenemos en el closet de nuestra historia. Hay un dejo ucrónico. Una cubana es la primera persona en pisar la Luna. El continente no está compuesto por naciones independientes y Estados Unidos es una confederación de pueblos indígenas. Lo ucrónico nace de la incomodidad con el presente. América Latrina es como una casa que está llena de personas muy traumatizadas que necesitan terapia y creo que una terapia muy interesante es que analicemos nuestra historia sin resentimientos. La ucronía es un escenario al que veo como obligatorio, es decir, cada país debería tener al menos una ucronía. 

La verdad sobre el Grito de Yara se encuentra tanto en una vieja leyenda india, como en la fusión de una antigua entidad maligna con la máquina analítica instalada por los conspiradores independentistas en  Pico Mabuya…El referido Oliverio recopiló información relacionada con la entidad que mora en Pico Mabuya y con su capacidad para predecir futuros alternativos. Si hurga en los archivos de nuestro departamento, encontrará informes relacionados con una operación en ultramar en 1938 de nombre clave: “Operación Mabuya”. Dicha operación provocó la Guerra Civil Europea, evitando una conflagración diferente en América. Las iteraciones ejecutadas desde la máquina analítica de Pico Mabuya fueron controladas por maestres de la sociedad binaria de Santiago de Cuba Oriental, hoy Santiago de las Antillas. En opinión de estos expertos del arte-ciencia del Itá, traído desde África por los yorubas, puede controlar la entidad antes mencionada.

AZ: Como que la ficción se construye descentrando un poco el mundo de la potencia occidental, ¿no? La relación entre Cuba y Estados Unidos suele estar presente en lo que hacés. 

E.M: Mira, Cuba y Estados Unidos han tenido una relación de amor tóxico durante el último siglo. Yo hago parte de una generación de la que o todos los problemas o todas las soluciones venían de los Estados Unidos. Tener a una potencia ahí tan cerca es un problema. Se convierte en la justificación de todos los males, de todos los deseos. Entonces si quieres que tu vida esté bien, te tienes que ir para los Estados Unidos o si quieres que tu vida esté bien, tienes que luchar contra el imperialismo de los Estados Unidos. Creo que esto nos impide tener el testimonio de nuestra propia vida. Creo que Estados Unidos es un villano perfecto. Yo suelo quitar a Estados Unidos de mis ficciones, no es lo central. Hay toda una ciencia ficción que se centra en los Estados Unidos. Yo no voy a jugar con eso porque sería venderle refrigeradores a los esquimales. Yo pongo el foco en el lado de acá y esto abre posibilidades muy interesantes en las cuales el papá no está. Estamos siguiendo nuestro propio camino y los problemas se mantienen. A veces es algo necesario para hacer nuestra propia ciencia ficción. Yo no ignoro a Estados Unidos, porque de todas maneras va a estar ahí, pero lo cambio. Lo pongo en términos más parecidos a los nuestros, es un país que perdió una guerra, es un país con desplazados, es un país más humano

Con El foso de Mabuya, Estados Unidos es gobernado por la Confederación Indígena de Pueblos Originarios. También rescato una parte de la cultura norteamericana que, aunque existe realmente, está ignorada por voz propia de los norteamericanos. Hay un Estados Unidos que está oculto tras los Estados Unidos. Hay que explotar un nuevo tipo de relaciones con ese país. No vas a encontrar una novela mía en la que ellos se mantengan igual o en la que América Latina sea victimizada, esa postura ni siquiera la aconsejaría a alguien que haga novela realista. La postura de la víctima no es saludable para nuestras naciones  

AZ: También hay algo de Carpentier, una influencia en tu obra.  

E.M: Sí, mira, la influencia de Carpentier es innegable, porque cuando tú quieres proyectarte hacia el futuro, para hacer una ciencia ficción como la que estoy intentando hacer yo, uno necesita una guía cultural en términos de cómo funcionan culturalmente naciones tan complejas como las del Caribe y Latinoamérica. Generalmente, los estudios que se hacen son hechos en el primer mundo, plagados de sesgos. Carpentier, desde el principio, tenía claro cómo estábamos metidos en esta mezcla cultural, una mezcla que hay que respetar. Para él esta dualidad con la espiritualidad, esta cosa mágica dentro de la realidad, para él era una maravilla. Esto es el estado natural de las cosas, el fantástico latinoamericano está mezclado con la realidad y ya no es un realismo; no es lo real maravilloso, es solo lo maravilloso en toda nuestra vida. Es una guía para todo el que quiera hacer una ciencia ficción y un fantástico en Latinoamérica en estos momentos.

AZ: Paso ahora a preguntarte sobre la reescritura que se hace en El foso de Mabuya en relación al lenguaje de hace ciento cincuenta años, como de la estructura fragmentaria. 

E.M: Tuve que aprender a redactar como en el siglo XIX. El cuerpo de la novela está basado en esos informes que estuve transcribiendo. Es un lenguaje distinto, pero no podía ser cien por ciento fiel a eso porque mis lectores leen español de hoy. Suena al siglo XIX, pero lo leen personas en el siglo XXI. Después me surge tomar los diarios de viaje de Humboldt por Colombia o el de Américo Vespucio. Practiqué transcribiendo artículos reales que ellos escribieron o incluso el diario de Colón. En el libro hay un fragmento real de ese diario.También tomé del padre De las Casas y de Martí, que fue el más difícil. Para un cubano es difícil. Hay un texto que él escribió sobre la Exposición de París y lo reescribí como la Exposición de Bogotá. Escribir ciencia ficción con las palabras de Martí es una de las cosas más difíciles que he hecho posiblemente en toda mi vida. Es un siglo XIX alternativo y con estilo steampunk el de la novela. Analizando los documentos vi historias buenísimas, algunas en las que el villano es el propio escribano, o quien tiene que dar una autorización y no la da, puedes encontrar una realidad oculta. A veces toda la épica del mundo está  en una carta de renuncia.

Por momentos es una novela de aventuras muy steampunk, pero también algo muy Lovecraft, el dios del foso de Mabuya me recordó a un personaje muy lovecraftiano. Como a eso que mora en. En El foso de Mabuya estamos hablando de algo antiguo, oscuro y muy terrible; Lovecraft llevado a la experiencia latina, cosa que él mismo habría odiado, digamos que es un anti homenaje a Lovecraft. No escogí a Mabuya como a un dios al azar, pertenece a la cultura Arahuaca, del Caribe. En Cuba se le conoce como Magulla y es un guardián, es un semí. Es un dios con falo, pero no por la fertilidad, es un dios del caos. Los Taínos veían el mundo como caos contra orden y ninguno ganaba. En las leyendas cubanas es considerado como un dios del mal, a veces es un dios castigador o más bien un dios que está trayendo equilibrio. Mi mamá decía que si el mal iba contigo, no te mataban. Entonces hay como una forma muy india, muy taína y muy extraña, fuera del foco de todo lo que te han enseñado fuera del bien y del mal católicos, muy fuera del pragmatismo de la ciencia. Esa es la dualidad de Mabuya. 

AZ: Para finalizar y volviendo a la ucronía, ¿Qué decir de Philip K. Dick? ¿ha sido una influencia?

E.M: Es el genio que logró decodificar el mundo y predecirlo un poquito, porque la realidad hacia la que nos estamos dirigiendo fue pensada por Philip K. Dick. Es una guía, la ciencia ficción anglosajona es algo que debemos atrapar a nivel conceptual y a nivel filosófico. No estamos hablando de copiar sus ideas, pero la filosofía, el cuestionamiento de la realidad y de lo político…todo esto que tenía K. Dick es algo que tenemos que implementar. Creo que la distopía es un escenario natural americano, sobre todo porque vivimos en las distopías. Para los europeos y los norteamericanos es algo distante, que ocurre en sociedades comunistas o en sociedades terribles y en países pobres o cuando ellos pierden su riqueza. Para nosotros es un tipo de sociedad posible, no hay clases medias constituidas. K. Dick es un autor que no podemos dejar de leer en América Latina. //∆z