Estuvimos presentes en la edición número 2 del Festival Internacional de Cine Independiente de El Palomar que se realizó entre el 24 y el 28 de mayo. Breves pero no fugaces, analizamos una ópera prima de Europa del Este, un documental sobre la identidad en el campo de refugiados del Líbano, un docufiction sobre la violencia política de los ‘80 en Colombia y un mediometraje sobre la soledad y los viajes en los cruces de caminos.
Por Gabriela Clara Pignataro
El Festival EPA surge del deseo de descentralizar los circuitos de difusión cinematográfica hacia la periferia, recuperar en un sentido simbólico y territorial el origen popular y público del cine, acortando distancias entre nuevos espectadores y las producciones nacionales e internacionales independientes que proponen viajes en surcos no habituales y lejos del brillo de los éxitos comerciales.
Dentro del marco del Festival que se desarrolló en diversas sedes como el Cine Teatro Helios, Untref y la Biblioteca Popular Ciudad Jardín también tuvieron lugar talleres, charlas, conferencias y debates abiertos a toda la comunidad de manera gratuita. De esta manera se constituyen como otras formas posibles de acercarse a la experiencia cinematográfica.
Tomamos el San Martín, caminamos por las calles arboladas del boulevard y abrigados de cine le hicimos frente a la llovizna prepotente de esos días.
All the cities of the north (Competencia internacional de largometrajes/ Dane Komljen, 2016/ Serbia, Bosnia & Herzegovina – Montenegro)
La geografía de lo abandonado se desprende de lo que fue alguna vez pero nunca del todo: enormes edificios vacíos preservan los ecos fantasmales y son habitados otra vez, en otras horas. Dos hombres sostienen una relación que no precisa del puñal de la palabra, construyen un lenguaje propio que surca los objetos, el contacto con estos, las texturas de los materiales. La naturaleza desbocada, lo silvestre, la densidad del tiempo: la religión violenta de las estaciones blanden sobre los cuerpos y los gestos. Un tercero irrumpe en su mundo y algo altera el ritmo del paisaje.
Como una fábula de niños perdidos, reencontrados, deambulantes, la película transcurre en una atmósfera poética donde cada elemento es parte de una sinfonía: no hay color librado al azar, ni una rama que se agite sin conectar destellos invisibles en el mapa que refulgen en la oscuridad.
Un film melancólico, inclasificable, una metáfora del fin y del origen de todo aquel andamiaje que pudo llamarse amor, infancia o despojo.
A man returned (Panorama/ Mahdi Fleifel, 2016/ Reino Unido – Dinamarca – Holanda)
El documental registra el retorno del joven sirio Reda al campo de refugiados Ain El-Helweh del Líbano, luego de una travesía de tres años en Grecia. Su identidad se construye y deconstruye en un doble sentido: ser refugiado y al mismo tiempo, haber sido deportado de Grecia. Dicha condición lo limita a poder desplazarse dentro de los límites de Ain El-Helweh donde la vida ebulle entre el espectro de las ráfagas de balas cruzando las calles y también en los gestos cotidianos de intentar hacer hogar en las habitaciones más oscuras.
El film no desdeña nada ni protege al espectador, con fluidez se trenzan en la pantalla las imágenes de Reda inyectándose heroína en el lavadero y la delicadeza de su madre acercándole algo caliente.
Así es como participamos de la preparación de su casamiento, de lo choques entre dealers en los pasillos o la vibración de una fiesta colectiva donde celebran transpirados y Reda abraza a sus sobrinos. Todo ocurre sin intermitencias, con la misma intensidad. Videos en repeat de familiares muertos en enfrentamientos, revólveres cruzados en la cintura, llamados telefónicos a la medianoche como una posibilidad de sostener al amor que se espera.
Reda decora la habitación nupcial, se seca la transpiración, mueve los brazos llenos de marcas, ajusta los detalles. Un montaje para la futura felicidad con una mujer que pudo amarlo.
Parábola del retorno (Panorama/ Juan Soto, 2016/ Colombia – Reino Unido)
Este estreno del joven cineasta Juan Soto se construye tanto con imágenes de archivo de Wilson Mario Taborda Cardona, chófer del líder presidencial de la Unión Patriótica, que desaparece el 23 de noviembre de 1987 en Bogotá y nunca es hallado; así como también con los registros documentales y narraciones en primera persona de un yo hipotético que retorna treinta años después del exilio en Europa.
«Lo que podía haber sido es una abstracción que queda como perpetua posibilidad solo en un mundo de especulación», cita de un poema T.S Eliot que atraviesa el film y punza pensar en la capacidad del docufiction de traducir la abstracción y de cómo puede introducir la incógnita como una forma de política del espectro en la memoria. O bien una posible dimensión material de aquello que encierra la misma etimología del término parábola: “narración de un suceso fingido, de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante”.
Una cámara que tiembla, la suciedad de las imágenes, la leve restitución de lo extrañado que vuelve en el cuerpo de lo analógico, la soledad de la voz retumbando en el eco del sonido ambiente: formas de la memoria de recuperar lo devastado.
Highway Rest Stop (Panorama/ Isabelle Ingold, 2016/ Francia)
¿Qué otra cosa son no-lugares sino esas zonas cargadas de sentido, entre lo contigente, lo extranjero, lo exiliado, lo que a nada pertenece? La mística de los lindes reside en la particularidad de no ser adueñado por nada en su totalidad y a la vez, ser atravesados por lo múltiple.
En un populoso cruce de rutas, en un parador de descanso y comidas, se entrelazan sin tocarse, pero relativamente hermanadas, historias en la frontera de los que viajan. Camioneros, viajantes, trabajadores que se desplazan por Europa en busca de mejores salarios, que dejan sus lugares de origen para volver su estar en el mundo una forma móvil y transhumante.
También se revela la ficción de las zonas de tránsito: medianoches desoladas, carteles intermitentes, empleados de los locales de comidas y hoteles que observan el sueño de los otros a la distancia, en algún lugar.
El film se muestra como una radiografía sensible del mundo globalizado, sus fronteras cada día más recrudecidas y la indómita fuerza incierta de estar en los caminos.//∆z