Malas Lenguas conversó con el músico acerca del reciente Pitada, un disco con formato audiovisual y relacionado con la naturaleza, y también sobre la posibilidad de Xavier II, el legado actual del hip hop y los treinta años de Fabrico Cuero (1991).
Por Tomás Gorrini, Juan Duacastella y Patricia González López
Grillos, viento, árboles. Desde la casa de campo que sirvió como refugio en la primera cuarentena de Emmanuel Horvilleur, el ex Illya Kuryaki habló con Malas lenguas para presentar Pitada, un disco audiovisual creado para redes y diferentes plataformas de música online que recopila los grandes éxitos de su carrera como solista en versión acústica y, en varios casos, a dúo con nuevas voces de la escena local.
Grabado en esa misma casa, Pitada condensa algunas escenas de realismo mágico y espiritual que se pueden ver por YouTube y conforman un relato maravilloso: Chiara Parravicini poniéndose en la voz de Gustavo Cerati en “19” y un pájaro que entra en el estudio abierto justo cuando a ella le toca cantar, o los Bandalos Chinos en plan Hare Krishna entonando el estribillo de “Llamame”, a coro con Emma.
Bocanada de aire, ansias de libertad, Pitada se perfila como uno de los mejores lanzamientos de 2021, el mismo año que los IKV celebran las tres décadas de Fabrico cuero, su primer álbum de estudio y el inicio de una aventura que sorprende hasta el día de hoy.
Malas Lenguas: Pitada es un álbum audiovisual. ¿Cómo nació la idea?
Emmanuel Horvilleur: Yo venía con ganas de hacer unas versiones de mis canciones con esta formación acústica. Muchas veces, cuando uno va a una radio y hace una promoción de un disco, se da esa situación de que te piden si podés tocar alguna canción con la acústica. A veces, también armamos cosas así para ir a tocar y nos gustaba esa sonoridad. Cuando caímos en la primera cuarentena, la que nos mandó a todos para adentro de nuestras casas, empecé a ver algunas cosas de otros artistas, como shows de streaming en estudios, y pensé que quizá era un buen momento para hacer algo. Pero sentí que me gustaba la idea de hacerlo, no en un estudio, sino en la naturaleza: un día estaba tocando la guitarra abajo de un árbol y me gustó esa cosa, por más que suene a un cliché, medio hippona de tocar acústico y con el sonido de los pájaros y los grillos y toda esa data. Entonces, le comenté la idea a la gente de Qué Calido, que es una productora audiovisual con la que vengo trabajando algunas cosas, como los artes de los discos o incluso videoclips. Esa idea prendió, empezó a crecer y terminó siendo lo que es Pitada: nunca sé bien cómo definirlo, a veces le digo peli, a veces le digo show, a veces contenido o disco audiovisual. Es todas esas cosas y, a la vez, es Pitada, porque es la naturaleza lo que le da esa cosa diferente.
ML: ¿Y cómo surgió la propuesta de agregarle ese estilo más folk? El banjo, por ejemplo, que marida muy bien con el video.
EH: Jugamos un poco. Obviamente somos lo que somos, una mezcla de todo. También, usamos el cavaquinho, que es de la música brasilera, con todo el respeto que nos merece esa música o el folk y todas las músicas del mundo que están para jugar. Desde ese lugar y contando con los músicos con los que cuento: por ejemplo, Andrés Cortés, que toca el banjo, el cavaquinho o la guitarra dobro, que es la que se toca con el slide, ese tubito que te metés en un dedo y vas como deslizándote para lograr ese sonido que es muy del spaghetti-western. Todos esos instrumentos, salvo el slide, no son cosas que Andrés viniera tocando, sino que se puso a practicar y estudiar un poco para Pitada, lo cual es una locura: les sacó el sonido perfecto para meterlos en estas canciones. Y está muy bueno eso de animarnos a buscar por otro lado.
ML: ¿De dónde nace la necesidad de las colaboraciones, por ejemplo con Bandalos Chinos o Zoe Gotusso, para hacer las versiones de Pitada?
EH: Nace por el gusto hacia la música de ellos y porque me gustan como artistas. Sentí que le iban a dar mucho a las canciones, que le iban a dar una nueva interpretación o color. Son canciones que, salvo las que hice en el disco Xavier (2019), todas tienen más de diez años y estaba bueno a esta altura hacer nuevas versiones: es como un refresh, una refrescada de la versión original. Tanto en el caso de Bandalos con “Llamame”, Zoe Gotusso con “Amor loco” o Chiara Parravicini con “19”, son de las canciones que más lindas quedaron. Me gusta esa situación de compartir música con otros artistas.
ML: A diferencia de Xavier (2019), que proponía un recorrido introspectivo y un repaso de una historia muy íntima, Pitada parece alimentarse de algo exterior.
EH: Sí, creo que en este disco propusimos un viaje, que es re palpable: nosotros estuvimos en esa y, lo que se ve, es en donde estuvimos. Me parece que, desde ese lugar, se disfrutó y fue un viaje como una curación, también: hasta ese momento, yo no había tocado nada, fueron meses duros de estar encerrado y de no hacer lo que sé hacer, que es tocar. El hecho de volver a juntarme con mis amigos y con los músicos con los que toco, un par de días, fue una gloria y fue muy disfrutable. Eso es algo que se nota en todo el material. Y sí, fue hacia afuera: hay que salir del agujero interior (risas).
ML: El título refiere a esa pitada de aire o de vida y puede pensarse también como un guiño a la palabra bocanada. El disco justamente incluye “19”, una canción que hiciste con Gustavo Cerati y que en su video incluye una escena increíble cuando aparece un pájaro.
EH: Fue un flash. De todas las canciones habíamos hechos tres o cuatro versiones y después elegíamos la mejor, a medida que las íbamos ablandando en vivo. Siempre relajados, nada nos apuraba más que, en algunos casos, por ejemplo la luz. De “19” habíamos hecho una versión y había salido linda, y de pronto fuimos con la segunda y ahí apareció ese pájaro. Yo lo que sentí es que estaba todo bien: “Vayan para adelante”, nos dijo el pájaro (risas). Y eso se nota: si te fijás bien en detalle, en nuestras caras se nos escapa un poquito una sonrisa. Nos relajamos e hicimos una versión tremenda, de hecho el final medio que se extiende y lo dejamos así bien largo.
ML: Fue como si entraran en un trance. Se cuelgan en cerrar la música y la aparición del pájaro es como una habilitación de gol o una complicidad.
EH: Totalmente, pasó todo eso. Nos encanta que haya quedado impreso todo ese sentimiento.//∆z
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