¿Se acuerdan del cuarteto australiano The Vines? Volvió pero no en forma de fichas, como Alf, sino con un nuevo disco bajo el brazo: Future Primitive.
Por Gabriel Feldman
Future Primitive es el quinto disco del cuarteto australiano que estaba un poco desaparecido. Desafortunadamente, el disco se retrasó más de un año (bueno, después de los veinte de Chinese Democracy, un año no parece nada, ¿no?), pero finalmente salió. La banda había empezado a maquinar con algunos demos en el 2009 y en febrero de 2010 entraron al estudio a grabarlo y producirlo. Ya tenían todo armadito pero no contaban con un sello discográfico para el lanzamiento y bueno, cubrieron los gastos y el tiempo pasó. Los Vines se acercaban a potenciales discográficas para lanzarlo pero no había suerte, hasta que firmaron con Sony Music Australia, retocaron algunas cositas a principios de este año y ya, en este frío junio de 2011, podemos escuchar nuevas canciones de ellos.
Si tuviéramos que definir a The Vines, lo primero que se nos viene a la cabeza es que son una banda caracterizada por temas bien concisos. Todo sin muchas vueltas. En su momento, luego del lanzamiento del primer disco, los llegaron a considerar como los “nuevos Nirvanas” – un poco pretencioso, sí, seguro. Aunque Nirvana no sé si era el mejor ejemplo, pero bueno, les quedó. Igualmente hay que admitir que Highly Evolved era un discazo. El que no haya agitado con “Get free”, que lance la primera piedra. Después la banda tuvo recaídas y nunca volvió a ser lo que era. La condición de su frontman, Craig Nicholls, que fue diagnosticado con síndrome de Asperger –una especie de autismo que se caracteriza por comportamientos antisociales y a veces hasta agresivos-, empeoraba y no le permitía encontrar lo mejor ni para él ni para la banda.
Ahora bien, la banda hace tiempo que no se encuentra bajo los grandes reflectores, luego de tres discos que pasaron sin pena ni gloria –recomiendo darle una escuchada a Melodia-, con críticas repartidas y sin el éxito comercial que se esperaba, nos encontramos ante Future Primitive: trece canciones, treinta y tres minutos. Arranca con un grito desde las entrañas de Nicholls en “Gimme Love”, típica canción de los Vines: corta, precisa, sin vueltas y repetitiva. Así, el disco se desenvuelve con canciones bastante efectivas. Alguna más potente, más garage, como “Weirds Animals” o incluso “Future Primitive”; otras más poperas y amistosas (casi la regla) como “Leave me in the Dark”, “Candy Flippin Girl”, “Cry” o “Review Avenue”; otras con una onda más experimental, con una atmosfera de ecos y efectos tirando más para la psicodelia como “Black Dragon”, “Outro” o “S.T.W” –ya tenían “Fuck the World”, ahora suman al repertorio “Screw the World –, pero todas con ese espíritu ganchero que amagan a ser el próximo hit que se te atora en el cerebro por un buen rato. El disco, para quien haya escuchado alguna vez a The Vines, no le va a resultar extraño. Un disco %100 The Vines que no trae nada del otro mundo, pero tampoco defrauda. Aunque hubiera sido lindo más agite, nunca viene mal algún grito y un tempo más acelerado ¿no? Y según parece la banda no para: Nicholls, quién se encuentra mejor de su condición, puede dar más conciertos en vivo y tiene grabados muchos demos, ha asegurado que ya están trabajando en nuevo material.
AZ Recomienda: “Gimme Love”, “Candy Flippin Girl”, “Weird Animal”, “S.T.W.”