La serie de televisión Dr. House llega a su fin por decisión de la cadena FOX aunque con el acuerdo de productores, creadores y el propio Hugh Laurie. La series finale será el 21 de mayo de 2012 cuando se emita el último episodio de la octava temporada cerrando así un exitoso ciclo iniciado en 2004 totalizando 177 episodios, numerosos premios y reconocimientos, y el record de audiencia mundial en 2008 con 82 millones de espectadores.

Por Luis García Fanlo

Los “dramas médicos” son uno de los géneros fundacionales de la industria de las series de televisión junto con los procedimentales de policías y abogados y esto quizás se deba a que se trata de tres profesiones siempre cuestionadas y a la vez necesariamente imprescindibles en algún momento de la existencia de todo ser humano en la sociedad capitalista. Dr. House será recordada no solo como la mejor serie de médicos de la historia, sino también como aquella que llevó más lejos la crítica hacia las formas en que se ejerce el poder y el saber hospitalario porque lo hizo desde los bordes éticos y estéticos de esa construcción discursiva que conocemos como enfermedad.

Me explico. Mejor serie de la historia porque siendo una serie de procedimientos, es decir, milimetradamente estructurada hasta el último detalle en el eterno retorno de lo mismo, sus productores, guionistas y actores –en particular el gran Hugh Laurie- supieron encontrar siempre una variante novedosa que sorprendía a la audiencia. En cuanto a su carácter transgresor está centrado excluyentemente en la composición del personaje de Gregory House porque lo muestra no solo como la personificación del discurso médico-científico sino también como su producto ya que House es como es no por su condición de médico sino de paciente mal diagnosticado. De ahí que aunque lo único que le importa a House es el diagnóstico siempre lo resuelva por una inspiración intuitiva y no por las reglas y procedimientos del arte de curar, pero aún más, porque este irredento médico solo claudica su omnipotente poder ante la resistencia del paciente que se le enfrenta y se niega a aceptar dócilmente que lo usen como conejillo de indias o ante la rebeldía de alguno de sus aprendices a los que siempre motiva para romper las reglas y cuestionar la ética del sistema hospitalario. Creo que esto es lo que hace transgresora a la serie House y no que el personaje consuma drogas, tenga un carácter autoritario y narcisista, y sea cruelmente sarcástico con sus pacientes y colegas. House es transgresor porque hace implosionar desde adentro el dispositivo hospitalario operando como el rayo en la noche oscura que nos hace ver la oscuridad en toda su negritud.

Voy a extrañar esta genial serie de televisión pero, a la vez, me deja satisfecho llegue a su fin, porque todo lo bueno, para seguir siendo bueno, tiene algún día que terminar, y ese día creo que ha llegado para House.//z 

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