Un latin lover, una asesina, un fortachón, un árbol poco expresivo y un mapache tiracuetes conforman el Nacional B de Marvel en Guardianes de la Galaxia. El equipo es chico, sí, pero juega bien.
Por Martín Escribano
El capitán de este seleccionado multirracial es Peter Quill (Chris Pratt, conocido por su personaje de Andy en “Parks and Recreation”), un cazador de recompensas con ínfulas al que nadie conoce pero que se hace llamar Star-Lord. El muchacho va de aquí para allá por la galaxia buscando el misterioso Orbe, codiciado por su alto valor y también por sus secretos poderes. Como no es el único que anda tras él, a los pocos minutos ya tenemos un lío bárbaro y cuatro de nuestros jugadores terminan en una cárcel espacial. Star-Lord deberá compartir la celda con Gamora (Zoe Saldana), quien busca el Orbe para llevárselo a su malvado padre Ronan, y también con el dúo conformado por Rocket Racoon y Groot, el primero un mapache pendenciero al que la voz de Bradley Cooper le sienta de maravillas, el segundo un pseudoent que solo sabe decir “Yo soy Groot”. Ya sabíamos que Vin Diesel era de madera actuando pero ponerlo a hablar a través de este arbolito fue una decisión acertada.
Al tiempo que planean un escape se les sumará el musculoso Drax, que busca venganza contra Ronan por haber matado a su esposa y a su hija. Así, mientras se estudian unos a otros, descubrirán que cada uno de ellos es, a su modo, un perdedor y como lo hacían los adolescentes de ese clásico de 1985 que es El club de los cinco (porque si hay algo que Guardianes de la Galaxia tiene es espíritu adolescente) sumarán talentos desde el confinamiento para dejar de ser meras individualidades y constituirse como grupo.
Aunque sus personajes sean mejores que la película en sí, el tercer largo de James Gunn no debe ser subestimado. Con el mismo espíritu de clase B que el director viene arrastrando desde Slither pero con un presupuesto de más de 150 millones de dólares, Guardianes de la Galaxia es una aventura pop sazonada con oldies setentosos y ochentosos que derrocha encanto, una versión teen de Star Wars que bien puede encontrar en su protagonista al heredero de Han Solo.
Benicio Del Toro, John C. Reilly, Glenn Close y Michael Rooker (Merle de “The Walking Dead”, actor fetiche del director) son de la partida y quizás se sumen a la segunda parte fechada para el 2017. Algunas preguntas de cara al futuro: ¿Existe alguna relación entre el Orbe y el Teseracto de Los vengadores? ¿Se cruzarán las sagas? ¿Podremos ver juntas en pantalla grande a Gomora y la Viuda negra? ¿O al mapache y a Iron Man haciendo de las suyas?
Hay futuro para el quinteto de losers. Se los ve unidos. No está mal salvar la galaxia a solas pero si lo hacemos con amigos es mejor.//∆z