Ciro y los Persas, la vuelta de Bersuit (sin Cordera) y la alegría de Kapanga, cerraron el festival ante 25 mil personas.
Por Emmanuel Gentile
Una copiosa lluvia amenazaba con arruinarlo todo. La tarde gris de un domingo que no ofrecía precisamente el clima ideal para una fiesta rockera, al final, dio tregua.
Para el momento en que Ciro -ya una figura emblemática del rock nacional- salió a escena con sus Persas, solo quedaba el piso resbaloso y húmedo del campo de GEBA, porque el público ya había recibido el calor de una vuelta anunciada en grafittis callejeros: “Vuelve Bersuit”, y atrás había quedado ya la fiesta en la que siempre se prenden todos, la de Kapanga.
El ex Piojos y su banda arrancaron el show con un homenaje a Pappo, siempre bienvenido por el rockero medio argentino, con el tema El viejo. El rito piojoso puede que sea algo menos intenso con Ciro y los Persas, pero aún así aparecen las banderas de siempre y los cánticos de otros tiempos. En definitiva, esta es otra banda, por eso la cosa siguió con Antes y después, el primer corte de su primer disco, Espejos. En seguida aparecieron los clásicos del “87”, Ando ganas, Ximenita, Luz de Marfil, y vuelta a lo nuevo con Paso a paso y Banda de garage.
Más tarde, la banda de percusión La chilinga subió al escenario para interpretar San Jauretche, junto al ex Piojos Daniel Buira, y enseguida otro homenaje infaltable con Malambo para Luca.
Pequeño intervalo y cambio de look para Ciro: salió de smoking para dar lugar a una demoledora versión de Blues de la ventana, y a partir de allí, hacer llegar más invitados a la fiesta. Primero fue Jimmy Rip, guitarrista de Mick Jagger, para rockear con Genius y un cover al ritmo de los primeros Rolling Stones, haciendo Carol. Después de los éxitos “persas” Insisto y Servidor, con video incluído, llegó la presencia tanguera siglo XXI de Omar Mollo, quien puso la voz en Yira Yira.
Cuando parecía que llegaba el final, hubo lugar para el pop con Chucu-chu y el clásico Pacífico.
Pero aun había más, pasadas más dos horas de show sonaron Cruel, El balneario de los doctores crotos y Tan solo, luego el “aguanten los trapos” cumplió con el ritual piojoso y ahí sí, el final del Quilmes Rock 2011.
Repasando lo sucedido, la vuelta de Bersuit sin Cordera tuvo la respuesta de un público que los extrañaba. Con las voces de Cóndor Sbarbatti, Daniel Suárez y Juan Subirá, se abrió nuevamente el camino para la historia bersuitera: “Vamos a seguir tocando porque es lo que más nos gusta hacer”, fue el mensaje de la banda.
Y en esta vuelta de brazalete con símbolo cuasi peronista, con la VB (Bersuit Vuelve) pasaron éxitos de todos los tiempos: Desconexión sideral, La Soledad, Murga murguera, Esperando el impacto, La bolsa, Vuelos, El viejo de arriba, Señor cobranza con la voz de El Cabra de Las Manos de Filippi, Yo tomo y una explosión patriótica en La argentinidad al palo.
Atrás habían quedado Estelares, La Mancha de Rolando y la fiesta “Kapanguera”, con un Mono que a base de bromas y algún mensaje para “esos giles que vienen a robar billeteras y celulares”, sabe ganarse a todo el público.
Con la fuerza rockera-cuartetera que los caracteriza, Kapanga festejó sus primeros 15 años en escena con éxitos como Ramón, Me mata, Rock, Fumar y un llamativo enlace entre dos clásicos ajenos, Vení Raquel y La marcha peronista.