El pasado viernes arrancó el segundo ciclo de recitales de Oui Oui Records con las presentaciones de Las Diferencias, Compañero Asma y El Perrodiablo.
Por Martín Barraco
Fotos por Pablo Lakatos
Un cielo entre nublado y neblinoso enrarecía las calles de Once el viernes por la noche. Las nubes no se decidían entre descargar toda su lluvia o esperar a que, poco a poco, la gente se hiciera presente en el Zaguán Sur para el inicio del Ciclo Oui Oui Records vol. 2. Dentro del lugar, la música de DJ Gamba (violero de Fútbol) amenizaba la velada que transcurría entre las mesas cerca de la barra. Birra va birra viene, los amigos se encontraban tras una larga semana con la esperanza de sacarse el frío de encima y disfrutar de una noche rockera que prometía acción.
Pasada la medianoche, Las Diferencias saltaron al escenario y con los primeros acordes de “Está Viniendo” levantaron a todos y empezaban a calentar la noche. Con sólo su álbum debut encima –No Termina Más– suenan como un grupo experimentado, con esa mezcla de Led Zeppelin y del rock argentino de los setenta. Ya la gente había abandonado sus mesas y se acercaba cerveza en mano a ver cómo el trío de Caseros la rompía con lo mejor de su seductor repertorio cargado de rock rutero (“Escapemos”) y aires bluseros (“Jamás Creíste Que Lo Haría”, “Lo Que No Fue”), que generaban una encendida respuesta de un público que llegaba en gran número al comienzo de su show.
Verlos en escena es viajar en el tiempo, donde los quiebres de caderas y la guitarra en llamas de Andrés Robledo transportan a la génesis de ese rock del que hablaban nuestros viejos, y que algún que otro curioso puede encontrar en los puestos de revistas del Parque Rivadavia o en la comodidad burguesa de Youtube. La contundencia de Nicolás Heis en la batería y el paso firme del bajista Alejandro Navoa refuerzan ese concepto, y sirven de sustento para que Robledo pueda exhibirse como uno de los mejores guitarristas de la nueva escena independiente.
¡Un, deux, trois, quatre!, gritaba Compañero Asma en “Esperando Por Tocar” y le daba comienzo a un show que recorrió casi en un totalidad su último disco, Mágica Posesión, mechado con algunos destellos de Guitarra Dulce Hogar (2009). Atentos, los pibes de Las Diferencias y otros integrantes del sello Oui Oui miraban mientras el Compañero desandaba su laberinto de canciones, cuyos pasillos se entrecruzan entre el kraut y el pop. “Poesía, Técnica y Orden” fue una de las canciones más aplaudidas, pero su título sirve también para definir con las palabras justas la calidad de un artista de largo recorrido que siempre tiene algo nuevo para ofrecer.
Tras una seguidilla de hits ramoneros cortesía de DJ Gamba, El Perrodiablo subía al escenario pasadas las dos de la mañana. El público se acercaba al escenario, pero dejaba un espacio lo suficientemente amplio para que el Doma pudiera pegar el salto y cantarte en la cara. El arranque es con “No Califica” en una versión mas light del desenfreno habitual que la banda entrega en cada presentación, pero no por eso menos efectivo. Doma y Lea invitaban a todos a acercarse un poco más para que empiece la fiesta, pero el público se mostraba tímido y la banda salió con los tapones de punta: “La Guerra Psicológica”, “Una De Esas Cosas”, “Las Vegas” y “Los Malditos” pusieron la cosa más caliente. “¡Viva Perón!” gritaban todos en la habitual arenga que tira el Doma tras cada canción y agrega: “la gente después me bardea por Twitter”, se ríe y luego se “confunde” a un pibe del público con Gus de los Utopians, y la risa es general.
“Algo Sobre Estar Vivo” es el nuevo caballito de batalla de los platenses y sale al galope para cerrar la primera noche del segundo ciclo de Oui Oui Records. El show termina y los abrazos sobre el escenario son la muestra cabal de una banda que celebra cada oportunidad para hacer lo suyo. Abajo también se abrazan los amigos. Se apuran los vasos de cerveza y se sale a la noche, con ese mismo cielo cubierto del principio, que aguantó lo suficiente para que todos salgan del Zaguán empapados de rock.