El líder de The Tandooris nos habla de su banda, la bestia sexy del rock under.

Por Martín Barraco


AZ: Ya son casi diez años de carrera para The Tandooris, ¿Qué balance hacen de la trayectoria de la banda?

DG: Si, y tocando juntos en otras bandas, hace ya casi 20. Esto es como un delirio, un sueño. Algo hermoso más justificado por el corazón que por la razón. Somos una banda underground de tipos de alrededor de 35 que, desde hace mucho tiempo, enfocan todos sus rayos lasers y su felinidad en generar rock and roll groovero, riffero, y tratando de compartir eso con otros seres felinos de rock and roll, con personas sensibles a eso.

Pero en un circuito cagado a palos, algo como Spinal Tap al cubo, y además en un momento muy extraño del mundo, y del “negocio de la música”. A mi me encanta estar en este lugar, es algo que soñé de teenager y que ahora me parece lógico estar haciendo. Mad Max meets The Monkees!

AZ: ¿Qué recuerdan de su primer show?

DG: Fue en Eldorado con Elio & The Horribles y Finlandia, y ahora que lo pienso fue bastante significativo, lleno de esas boludeces que te hacen sonreír cuando te acordás. Por un lado en ese lugar tocábamos mucho con nuestras bandas de los 90s, y por otro lado los Horribles fueron la banda que nos empujó a formar parte de todo ese bullicio garagero que explotó a principios de los 2000s. Esa noche la hicimos en el escenario del pasado, con los compañeros del futuro. El cambio de eras fue muy gráfico. Habíamos estado un par de años sin tocar, y estábamos felices de volver a rockearla.

AZ: ¿Por qué cantan en ingles? ¿Creen que el mensaje cambiaría si cantaran en castellano?

DG: En los últimos años hicimos algunos temas en castellano, como Explosiones, 1000000 Freaks, y los temas que cantaba Marce Tandoori, que ahora toca con Fuzzycats. Al principio, la decisión de cantar en inglés fue más bien infantil: querer jugar a tener una banda como las que mas te gustan. Un juego divertidísimo, hermoso. Mi inglés, además, es pedorro, pero es muy práctico para componer temas cavernícolas rifferos tener tantas palabras de 1 o 2 sílabas, con sonidos cancheros, con ataque.

AZ: En su disco “Walking Blind” (2003) versionan “Whip it”, de Devo. ¿Por qué eligieron hacer un cover de esa canción?

DG: Somos fanáticos de Devo, en especial Johnny y yo. Los amo desde que era pendejo. Es mas, decidí empezar a tocar música en los 80s motivado por Devo, principalmente. Muchos freaks encontramos el puente salvador en Devo cuando éramos pendex.

AZ: El sonido característico de la banda hace referencia a la vieja escuela del rock (The Kinks, la primera época de los Stones) ¿Es algo que querían lograr o es algo que se dio por las influencias que ustedes tienen?

DG: Es natural. Puede ir mas para un lado o para otro, pero siempre todo gira en torno a un rock rutero, guitarrero, clásico, más bien yankee. Siempre escuchamos más que nada rock viejo, y eso se nota. Mas allá de que somos abiertos y escuchamos muchos estilos de música, lo que te criaste escuchando siempre va a aflorar más que otra cosa. El makeup va variando, pero en el fondo siempre se notan los Stones, los Ramones, los NYDolls, MC5, Velvet Underground, Pappo, y todo eso.

AZ: ¿Cómo caracterizarían al público que los sigue?

DG: Es vox pópuli que a los Tandooris nos vienen a ver unas minas buenísimas. Me lo dijeron varios, y yo doy fe. Pero al margen de eso, el público es heterogéneo, y varía mucho en cantidad y en estilo de un lugar o de un momento a otro. Para mí nuestra música conecta con el lado travieso, pillo de las personas. No se si será así, pero me suena que el común denominador de las personas que nos vienen a ver es que les gusta vincular su sensibilidad estética con su felinidad, o espíritu sexual salvaje de rock and roll, digamos. Y nosotros les ofrecemos humildemente un medio para lograrlo.

AZ: Hablemos un poco del Photosizer, ¿Cómo llega a la banda y en qué cambiaron las presentaciones en vivo a partir de su uso?

DG: Lo inventó Johnny. En vivo es muy poderoso porque genera momentos de ciencia ficción muy rockeros. Tiene un sonido salvaje, muy violento, y a la vez muy psicodélico, de ciencia ficción. Suena como un monstruo de los Herculoides completamente en celo, aullando descontroladamente en el espacio.

AZ: “Bombs Away!”, fue lanzado este año por el sello Scatter Records, ¿Cuál es su relación con las otras bandas del sello?

DG: Somos amigos y compañeros de ruta de muchas bandas que están o estuvieron en Scatter.

AZ: También este año participaron del festival Ciudad Emergente, ¿Creen que The Tandooris es una banda emergente a pesar de sus años o que es forma parte de una movida musical emergente?

DG: Seguramente “emergente” significa algo distinto en el underground y en el mainstream. En los bares rockeros y en el circuito más vampirezco, somos una banda que viene rockeando hace tiempo. No somos algo nuevo. Ese es un circuito medianamente efervescente, donde hay una renovación más o menos rápida y fluida. Ciudad Emergente es un evento mainstream, oficial, y para esa óptica sí somos algo nuevo, porque en esa capa no hay tanta renovación. Varias veces nos han invitado de eventos así como para mostrar un poco de rock más cavernícola, y está bien. Siempre hay alguien que recibe la transmisión, y suelen ir personas curiosas, que a lo mejor no se sumergieron nunca en los abismos del rock, pero que la miran con cariño.

AZ: ¿Cómo es el proceso de composición de los temas? ¿Trabajan en conjunto las letras y música o cada uno acerca una idea ya definida de lo que quiere?

DG: En general yo traigo la columna vertebral y parte de la musculatura. Juntos terminamos de ponerle la musculatura, la piel, y luego el rimmel y la peluca.

AZ: ¿Cuándo son los próximos shows de la banda antes de fin de año?

DG: 18/9 en Tío Bizarro de Burzaco con Los Colmillos, 17/10 en el GBA Club de Villa Adelina, 19/11 en Roxy Live Bar con Utopians, el 12/12 en Burzaco con Los Odio.

AZ: ¿Están trabajando en canciones nuevas para un próximo disco?

DG: Si, hay mucho material nuevo. Muchos temas inéditos que estamos tocando en vivo, como Paranoid City o Fucking Happy.