¿Electrónica Tropical? ¿DJs argentinos de folklore digital? Todas las respuestas las tiene Spaniol, el impulsor del festival electrónico tropical más importante de Brasil que tocó el sábado pasado en Palermo junto a DJs locales de la movida.
Por Juan José Relmucao
Quizás la mejor manera de ubicar la cosa sea diciendo: electrónica orgánica tropical. Qué tanta vuelta, si en 2017 las etiquetas son los padres y los diarios de papel casi no existen. La fecha de esta noche en La Tangente, organizada por los sellos y productoras Fértil Discos (Buenos Aires) Sonido Trópico (San Pablo) es una (es la) oportunidad de conocer de primerísima mano los sonidos y soportes que en toda Latinoamérica definen a varias camadas de músicos multidisciplinarios y polivalentes. Son productores de música electrónica, sí, pero también músicos de banda, profesores de música, antropólogos virtuales de ritmos ancestrales y actores políticos que predican el valor de la cultura autóctona en tiempos de neoliberalismo 3.0.
Con nombres -alias- como Barda, Uji, El Remolón, Sidirum y la visita especial del DJ brasileño y cabeza del Festival Sonido Trópico, Felipe Torquato (Spaniol), quien haya cruzado la puerta del local de Honduras 5317 el sábado pasado debió dejar atrás todo prejuicio: esto es música electrónica y también esto es Leda Valladares subida a un beat hipnotizante.
¿Tiene esta corriente de DJs algo que ver con las distintas escenas electrónicas mainstream y under de Buenos Aires? ¿Es parte del universo de sellos como Zizek y artistas como Chancha Vía Circuito? Vamos por partes. Una cosa serán las fiestas electrónicas eyectadas hacia la masividad por el ansia bursátil y otra, muy distinta, las de colectivos/crews como T R R U E N O. Con otros códigos, otras búsquedas y otro… todo, básicamente. También existe cierta afinidad estética entre esta nube de productores y los de núcleos como Zizek, pero no todo es lo mismo, claro.
Eso sí, entre T R R U E N O y Fértil, por ejemplo, o Hiedrah, quizás haya ciertas similitudes que trasciendan al Ableton: los tres espacios mencionados funcionan como plexo creativo para pulsiones artísticas variadas y su naturaleza es conscientemente política. Lo que estalla los parlantes son ciertos sonidos y también ciertas tomas de posición sobre la forma de gestionar la noche y de reconocer las diferencias que nos amalgaman como sujetos políticos mayormente heteronormados y oriundos de las metrópolis de América del Sur.
O mejor que lo diga Spaniol: “Estamos en contra de la homofobia, del racismo y, en mi caso, como brasileño, en contra del gobierno ilegítimo de mierda que tenemos. En San Pablo las fiestas continúan siendo espacios de libertad, donde los freaks están en casa, y eso buscamos con Sonido Trópico, fomentar un espacio democrático y múltiple”.
Mientras tanto, de este lado de la Triple Frontera, uno de los arietes de Fértil, Andrés Schteingart (aka El Remolón) profundiza el modelo: “Nos gusta tener un sonido fabricado en casa e intentamos llenarlo más de contenido teniendo en cuenta nuestros territorios. Eso puede ser buscando las raíces musicales, intentando hacer conocer algo del legado ancestral de la música del continente y, a veces, con algún mensaje subliminal ligado al amor o la política. Intentamos ser inclusivos y sumar gente de distintos palos. En términos más intensos, más tropicales, “en los medios masivos hay demasiado bombardeo de música industrializada que no tiene nada que no tienen nada que ver con nosotros, es algo impuesto”.
“Brasil -subraya Spaniol- es un país muy musical con grandes variedades de ritmos y yo recién hace unos años descubrí el Carimbó, que es un sonido típico de mi zona, Pará. Pienso que hay muchos jóvenes que no se sienten interpelados y descubren estos sonidos, que son de nuestra tierra y tienen nuestro color, nuestro dolor. Algo que nos identifica sin una relación de imposición. Esos sonidos, esa cultura es nuestra. No necesitamos imposiciones, entender nuestra belleza nos hace querernos y cuidarnos: merecemos más, ¡queremos más! Y para un brasileño, nada como mandar el gobierno a la mierda con poesía, como hicieron los genios de la Tropicália, Chico Buarque, Tom Zé, Caetano, Gilberto Gil…
¿Y dónde, amén del eje Buenos Aires -San Pablo podemos seguir la huella del psicotropicalismo que supimos concebir? Andrés la hace corta: “Chile, con el Festival Nómade, y Berlín creo que son los epicentros. Luego, los DJ se mueven por distintas ciudades del mundo. Creo que es algo sin fronteras”.