De la mano de la TV Pública y el INCAA, llega a la pantalla chica local un thriller cuyos puntos de contacto son el crimen, la traición, el amor, la conspiración y el drama ambiental en una serie de primer nivel rodada en múltiples puntos del país.

Por Ale Turdó

Seamos honestos, al ver la secuencia de títulos de Cromo (2015) a uno le vienen a la mente ciertos resabios estéticos de True Detective: la paleta de colores, las imágenes fragmentadas que develan potenciales pistas, etc. Pero la analogía se termina ahí, puesto que en la primera escena de la miniserie vemos a dos científicos arriba de un bote a los pies del glaciar Perito Moreno. Y es en ese preciso momento cuando uno reflexiona y entiende que esto es algo bien nuestro.

Triangulando entre Corrientes, la antártica Base Marambio y Buenos Aires, Cromo nos cuenta la historia de Diego y Simón, dos científicos y amigos que reciben la noticia de la muerte de Valentina -esposa de Diego- mientras se encuentran en el extremo sur. Valentina también era científica y se encontraba en la provincia de Tucumán investigando la posible contaminación con cromo de las aguas de la región al momento de perder la vida. Diego descubre que Simón y Valentina habían tenido un romance, cuestión que echa aún más combustible a una situación de por sí crítica.

Rodada con una factura técnica impecable, Cromo llega a nosotros tras ser la ganadora del concurso Prime Time 2015 de Fomento TDA, organizado por el INCAA y el Ministerio de Planificación Federal. También fue la única serie latinoamericana que formó parte de la novedosa sección de Series Prime Time del Festival de Cine de Toronto.

Muchas veces hemos escuchado frases remanidas como “factura impecable” o “producción de alto nivel” para describir algunas producciones nacionales que finalmente no estaban a la altura de las palabras que las antecedían. Por suerte Cromo se para en la vereda de enfrente de todos estos clichés malhabidos y entrega un relato con gran complejidad dramática, el cual por lo que se puede apreciar irá desentramando capítulo a capítulo una historia de complot, engaño y poder.

Germán Palacios, Guillermo Pfenning y Emilia Attias interpretan a los personajes del triángulo amoroso; son acompañados por Male Sánchez, Valentina Bassi y Luis Machín. Las múltiples líneas narrativas dan al relato un dinamismo tal que cada elemento que vemos en imagen y cada línea de diálogo parecen esconder un indicio; nada se percibe superfluo ni mucho menos sobrante.

La serie se compone de trece capítulos que se pueden ver todos los martes a las 22 horas en la pantalla de la TV Pública, al mismo tiempo que pueden ir viéndose cada uno de los nuevos episodios en el sitio web del canal estatal.

Investigadores del CONICET colaboraron en esta nueva producción basada en hechos reales dirigida por los hermanos Lucía y Nicolás Puenzo junto con Pablo Fendrik, la cual abarca múltiples temáticas al mismo tiempo. Sin duda la veta ambiental es una de las más fuertes considerando el trasfondo actual.

Todos esperamos que esta nueva etapa de producción coordinada entre distintos ámbitos, que van más allá del estrictamente audiovisual, permita que nuestra tele local dé ese salto de calidad tantas veces promocionado y escasamente alcanzado. Tan claro como el agua.//∆z