En The Stars Are Indifferent to Astronomy, su séptimo disco, los Nada Surf –quienes se presentarán en Niceto Club el 1º de mayo- se las arreglan para sonar frescos y potentes en diez canciones en las que los ganchos power pop son las indiscutibles estrellas.
Por Emmanuel Patrone
Que veinte años no es nada, cantaba el Morocho del Abasto en aquel tango inolvidable, que muchos, muchísimos repitieron para señalar sus particulares proezas y celebraciones de longevidad. Y a pesar de que los neoyorkinos de Nada Surf probablemente sólo hayan visto la figura de Carlos Gardel en alguna que otra postal (aunque seguramente verán más de su cara el próximo 1º de mayo, cuando el trío se presente en Niceto Club), el legendario verso se podría aplicar a su ya larga pero modesta historia. El punto más alto de su carrera probablemente lo podemos encontrar en “Popular”, aquel pequeño hit de su primer disco High/Low (1996), en el que les daban sarcásticamente a la muchachada autodespreciativa post-grunge consejos para ser populares en la prepa.
Lo que vino después fueron discos que fueron dejados de lado por no presentar un single tan poderoso como “Popular” llevando a encasillamientos odiosos como el de “one-hit wonders”, causados por esa desaparición del radar de los charts de la banda. Pero la agrupación siguió dando vueltas, sacando discos de puro pop guitarrero, formando –como suele suceder en estos casos- una legión de fanáticos que transformó al trío en una especie de grupo indie de culto. De esta manera, sin bombos ni platillos, sin alarmas ni sorpresas, hace su aparición a comienzos de este (supuestamente) apocalíptico 2012 su séptimo disco, The Stars Are Indifferent to Astronomy.
Con tantos años a cuestas, lo que llama la atención cuando suenan los primeros acordes de “Clear Eye Clouded Mind” es la potencia casi juvenil de la canción, sobre todo teniendo en cuenta que la banda está integrada por tipos ya o rozando sus 40 años. Mientras Weezer ya están entrando (o ya entraron) en su faceta de pendeviejos ridículos, los Nada Surf –que tienen en común con el grupo de Rivers Cuomo en este acercamiento del pop y lo guitarrero- parecen canalizar su experiencia en un sonido tal vez no asombroso ni novedoso pero sí que suena como salido de una banda que mira entusiastamente su propio futuro. Quizás las canciones suenen demasiado pulidas, a tal punto que muchas de estas seguramente lleguen a formar parte de la banda sonora de alguna serie para adolescentes tardíos y que el disco puede llegar a ser tedioso por cierta falta de variedad, pero, al mismo tiempo, habría que ser necio para negar los numerosos ganchos que deja The Stars Are Indifferent to Astronomy. Tomemos al segundo track como ejemplo, “Waiting for Something”. El estribillo es uno de esos que a primera escucha parecen demasiado sencillos como para dejar una impresión duradera. Sin embargo, el “factor pegote” está presente a tal punto que se torna imposible no tararearlo.
Entre los power-chords y la voz apacible de Matthew Caws y la eficacia pop de la base rítmica, se vislumbran melodías que acompañan letras que parecen asentarse en esa dicotomía antes mencionada de “juventud/experiencia”. En el single “When I Was Young” (que comienza como un precioso número acústico antes de explotar lentamente) a los Nada Surf les pinta las nostalgia y parece que finalmente aceptan su condición de hombres con una mochila de años encima (“Crecí y me pregunto qué era ese mundo del que soñaba”). Por suerte, unos minutos después en el disco, coquetean con que no debe haber lugar a la resignación: “Nunca es demasiado tarde para los sueños adolescentes” cantan en, justamente, “Teenage Dreams”. Y después de escuchar estas diez canciones pop incandescente uno no puede dejar de pensar que eso es lo que buscan los Nada Surf: seguir dejando música fresca a pesar del inevitable paso de los años.//∆z
AZ recomienda: “Clear Eye Clouded Mind”, “Waiting for Something”, “Jules and Jim”, “Teenage Dreams”.
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