Analizamos las letras de Tan Biónica, ¿cuál es el concepto de una de las bandas mas importantes de Argentina?
Por Micaela Domínguez Prost y Enzo Domínguez Prost
Una noche de enero estaba cantando una canción y pasó lo que a veces pasa: dije una frase que relata con exactitud ese momento. «Yo buscaré en mis recuerdos otra vez/Tus ojos primero, mis noches de enero». Chano y yo coincidimos en el tiempo. Me pregunté si algún día buscaría esa noche de enero en particular entre mis recuerdos, otra vez. «No», me respondí sin dudarlo. Estaba de buen humor y no tenía grandes preocupaciones, pero tampoco había sucedido nada memorable. Era sólo una noche más, destinada al olvido.
Tan Biónica es una de las pocas bandas que tiene un día propio en el almanaque: el 4 de noviembre. La fecha se ha vinculado con una ruptura amorosa de Chano, con la enfermedad de su padre, con una charla con su abuela y hasta con un enfrentamiento entre republicanos y anarquistas ocurrido el 4 de noviembre de 1901 en Barcelona. “El 4 de noviembre no pasó nada”, aclaró el autor del «La melodía de Dios» durante 2016 en una entrevista en Radio Latina, y agregó: «Con el 4 de noviembre yo quería hacer una metáfora, como en la película ‘El día de la marmota’, donde la vida se repetía. Quería decir que siento que todos los días es el mismo día«.
A la mañana siguiente de esa noche de enero abrí un archivo y fui anotando los versos de Tan Biónica en los que se mencionaba una estación, un mes, un día de la semana, una parte del día. La naturaleza cíclica del tiempo regresa una y otra vez en la discografía de la banda. Chano, el autor de sus letras, repite patrones en un loop infinito en el cual, en lugar de parecerse a un Bill Murray que aprende de sus errores con el fin de evitarlos la próxima vuelta, se convierte en un hombre atrapado en el tiempo, condenado a empujar siempre la misma piedra, caer y volver a empezar, cada vez más agotado. Cuando terminé mi tarea, observé la larga lista, corroboré que el tiempo es una obsesión recurrente en su obra, y listo. Ahí lo dejé.
Seis meses más tarde estaba compartiendo un viaje familiar con mis padres y hermanos. Sonaba Tan Biónica. Mi hermano Enzo contó que un día había salido a trotar escuchando uno de sus discos, Destinología, y había notado que las letras giraban con insistencia en torno a los domingos, los febreros y los veranitos. «Tengo ganas de rastrear las referencias al tiempo en todos los discos», dijo él. «Yo ya lo hice», dije yo, y le compartí el link a un documento de Google Drive titulado «Calendario Chano».
Los cuatro discos de estudio de la banda – Canciones del Huracán (2007), Obsesionario (2010), Destinología (2013), y Hola Mundo (2015) – cuentan con un total de 46 canciones, excluyendo temas instrumentales, vivos y covers. Las estaciones son mencionadas en 19 temas, los meses en 12, y todos los días de la semana aparecen por lo menos una vez en un total de 15 pistas. La palabra “noche” figura en 30 canciones.
Ahora bien, ¿qué podíamos hacer con esto? ¿Qué representan estos momentos en la obra de Chano? ¿Por qué abril se nombra más que septiembre, el invierno más que el otoño, la noche más que cualquier otra parte del día? ¿Cuáles son los días, las semanas, los meses que espera con ilusión y cuáles los que atraviesa con dificultad? ¿Cómo se refleja su vida personal en el calendario que marca el ritmo de sus canciones?
Figura 1: Tan Biónica y sus referencias temporales
El que nació en primavera
Santiago Moreno Charpentier, alias «Chano», nació el 23 de septiembre de 1981. En su ciudad, Buenos Aires, y en el resto del Hemisferio Sur, los días empezaban a ser más largos, las plantas florecían y los colores inundaban el paisaje. Todo estaba sospechosamente hermoso, no parecía el escenario adecuado para el nacimiento de un hombre que, a juzgar por las letras de sus canciones, se autopercibe oscuro y problemático. «¿Quién dijo que fui yo el que nació en primavera?». Chano pasó su infancia y parte de la adolescencia cambiando de escuela, de amigos y de intereses; hasta que encontró un lugar en el que le hacía bien quedarse. Al principio la banda estaba compuesta por él, su hermano Bambi y su amigo Seby. Más tarde se sumó un chico que conocieron en la secundaria, Diega. Habían comenzado a tocar a principios de los 2000 y, aunque sonaban en radios y tocaban en algunos bares, no lograban despegar. «Tarda la primavera en la ciudad».
Una noche, durante un recital en La Pampa al que habían acudido sólo 70 personas, les contaron que en un boliche de Daireaux (pueblo que entonces tenía 12 mil habitantes) sonaba todos los fines de semana Canciones del Huracán. Chano sospechó que se referían al hit “Arruinarse”, pero no. Pasaban el disco entero. Tan Biónica fue allí y los recibieron como si fueran los Rolling Stones. El público los amaba y gritó a coro cada uno de los 14 temas que cantaron. El fanatismo por la banda se extendió de Daireaux al resto de la provincia de Buenos Aires, luego a toda Argentina, a Latinoamérica, hacia otros continentes. Con el lanzamiento de Obsesionario llegaron los primeros premios y los eventos multitudinarios. La popularidad de Tan Biónica por fin florecía, y en cinco de sus canciones se hablaba sobre la estación en la que el mundo renace. «Yo te espero, primavera». Sin embargo, a la par que el universo biónico se llenaba de luces y color, había algo que comenzaba a marchitarse.
Cada lunes es un día muerto
La parte más difícil de un ciclo es volver a empezar. Juntar fuerzas para intentarlo de nuevo, hacer un balance de lo vivido, mirar alrededor y darnos cuenta de que estamos en el mismo lugar que hace un día, una semana, un año. «Es la hora de tomar nota, de pagarte todas las cuotas, de reconocer las derrotas».
La vida de Chano está atravesada por escándalos, choques, tweets polémicos, drogas, denuncias, streamings preocupantes, internaciones, shows fallidos, subidas y bajadas, caídas estrepitosas y resurrecciones sorprendentes. En este continuo subibaja, el inicio de un ciclo es el precio que hay que pagar, la resaca de una noche de euforia. «Cada domingo fulero, cada lunes de miedo». Las noticias que tienen a Chano como protagonista suceden de madrugada, después de una fiesta de cumpleaños, un primero de enero; y las letras de sus canciones le temen a lo que llega cuando vuelve a salir el sol. «Las mañanas exigen clemencia». El momento de despertar, abrir los ojos y darse cuenta de que todo está igual o peor que ayer se manifiesta con contundencia en la aversión de Chano hacia el día lunes: las veces que nombra este día de la semana lo hace asociándolo a palabras como terror, odio, adiós, dolor, pozo, muerto.
«Ando metido en un domingo delirante/amanecido, loco en este desastre», primeros versos de una canción oportunamente titulada «Dominguicidio», reflejan el estado de aturdimiento que Chano atraviesa en soledad después de sus salidas caóticas que se convirtieron en material de memes, comentarios en redes sociales, notas periodísticas y conversaciones entre amigos. Tan Biónica tiene cientos de fans que aman su música y cientos de personas que la detestan, seguidores que admiran la creatividad y carisma de su frontman y gente que opina que es un chetito roto y predecible que se droga porque está aburrido. Pero hay algo indiscutible en la música de la banda y en la vida del compositor de sus temas: a Chano le encanta la noche.
Me toca el turno de la noche siempre
Tan Biónica le dedica a la noche dos tercios de su discografía, mucho más que a la suma del resto de los momentos del día: en 30 canciones habla de la noche, en 12 de la mañana, en 5 de la tarde y en 3 de la madrugada. «Si lo que viene después te asusta/mejor te canto lo que te gusta», dice en la misma canción en la que canta «Pero no me importa/no me arrepiento/de que me guste la noche». Pero ese tema, «Lunita de Tucumán», forma parte del primer disco. Muy pronto la noche empezaría a mostrar otras caras.
Antes de su primer álbum, Tan Biónica había grabado en 2003 su primer EP, titulado Wonderful Noches. Allí ya se hablaba sobre dos de los principales temas de sus canciones: la fascinación por la vida nocturna y el consumo de drogas. Chano nunca fue lo suficientemente desfavorecido como para que sus adicciones generaran en el público lástima, empatía o el deseo de ayudarlo, ni tan rockero como para que sus escándalos despertaran orgullo y complicidad entre sus seguidores. Como si entre los adictos se pudiera fácilmente distinguir a los que lo son porque no les quedó otra y a los que consumen porque se la bancan, de los nenes de mamá que sólo quieren llamar la atención. Los ingresos a hospitales y centros de rehabilitación de Chano conforman otro loop que se integra en la circularidad de su tiempo, pero su relación con la noche cambia a lo largo de su discografía. La noche aparece con fuerza en los dos primeros álbumes: en 10 de 13 temas de Canciones del Huracán y en 11 de 12 que conforman Obsesionario. Luego comienza a desvanecerse en Destinología, figurando en 6 de 11 temas, y casi desaparece en Hola Mundo, con 3 canciones que la nombran de un total de 10. El vínculo contradictorio con la noche se refleja en sus versos, que alternan entre la enérgica «Qué noche mágica Ciudad de Buenos Aires» y la catastrófica «Buenas noches, Buenos Aires/ Esta noche falta el aire/ Se avecinan tempestades / Terremotos y huracanes», entre la fiesta repleta de gente y la soledad insoportable. «Porque eternos como el tiempo/Son las noches y el vacío».
En una entrevista para Telenoche, Chano declara que ya gastó el equivalente a una casa en tratamientos para intentar superar sus adicciones. Eleonora «Beba» Pérez Caressi le pregunta por qué no puede soltar las drogas. «Primero, porque me gusta la joda. Y todo el mundo me invita a todo», responde él. Luego Chano pide por favor, a ella y a los espectadores, que si lo ven «haciendo una gilada» lo «botonéen». «No me abandones por favor, que estoy perdiendo la ilusión/ Y cada noche es más difícil no perderme». Luego agrega, esperanzado: «Yo creo que no va a pasar, que no voy a consumir más». Corría enero de 2017 y todavía quedaban muchas noches por sobrevivir, pero Chano estaba empezando a mostrar el lado oculto de sus salidas a bares top y a asumir públicamente su enfermedad crónica. «Esto que ves también soy yo/el vacío que deja la noche y la desilusión».
Dejar que pase el mes de abril
El 19 de abril de 2016 apareció un comunicado en las redes de Tan Biónica: «Queremos contarles que en este momento el grupo se encuentra en un impasse, y durante este tiempo no realizaremos conciertos ni presentaciones públicas como grupo». Al rato, Chano escribió un tweet que luego borró: «Yo fundé este grupo y soy autor y compositor de todas las canciones y me entero por un tweet. Qué triste«. A partir de ese día comenzó su carrera solista, pero en varias presentaciones se mostró incómodo en ese rol. En paralelo, atravesó una serie de internaciones seguidas por períodos de mejoras, recaídas, nuevas internaciones. El 19 de abril de 2016 fue un martes. «Dale, no me podés tratar así/En este martes medio gris». Pero el principal problema con esa fecha maldita está en el mes. Abril, los primeros días fríos, el verano que queda atrás, los árboles que se desnudan. «Después de no sobrevivir a las mañanas de ese abril, nubladas como rotas». A principios de abril de 2019 Chano se internó por voluntad propia en la clínica de Vida Sana Puiggari, en Entre Ríos, con el objetivo de juntar fuerzas y prepararse para cantar en el Gran Rex en mayo. En abril de 2022, Chano volvió a elegir esa clínica para internarse con el fin de llegar en condiciones al casamiento de su amigo Jorge Lanata, programado para ese 23 de abril. El 2 de abril de este año la madre de Chano, Marina Charpentier, contó que su hijo estaba internado en la Comunidad Terapéutica UdiGens realizando un tratamiento de recuperación de adicciones. Abril es el mes al que más recurre Chano para expresar lo que siente: aparece en 4 canciones, mientras que los otros meses que menciona sólo figuran dos veces.
En las cuatro oportunidades, abril se presenta como un período en el que terminó lo bueno, lo fácil, y arrancan las dificultades. Es un mes que hay que atravesar, que cuesta pero que, sin importar cómo esté uno, al cabo de 30 días por fin se termina. «Y decidir dejar que pase el mes de abril/ Juntar todas las hojas del otoño». Pero hay un problema: después de abril, de mayo, de los 90 días de otoño; llega algo peor.
Nos fracturó el invierno solitario
Hay dos episodios graves en la vida de Chano que fueron noticia en distintos medios durante varios días. Ambos sucedieron en invierno, la estación más nombrada en las canciones de Tan Biónica.
En la noche del miércoles 5 de agosto de 2015, Santiago Moreno Charpentier manejaba a contramano y chocó al menos siete autos estacionados en el barrio porteño de Belgrano. Algunos vecinos rompieron la ventanilla de su camioneta Dodge Ram, lo sacaron y lo golpearon. El cantante terminó hospitalizado con ocho puntos de sutura en la boca, cinco puntos en un ojo y dos costillas rotas. El parte médico determinó que conducía bajo los efectos de marihuana y cocaína. «Es el invierno, la ventana/Y tu carita de reventada».
Seis años más tarde, en la madrugada del lunes 26 de julio de 2021, Chano tuvo un brote psicótico. Agredió a su madre, intentó atacar a un policía con un cuchillo, el policía le disparó en el abdomen. Chano estuvo a punto de morir. Como consecuencia del disparo perdió el bazo, un riñón y parte del páncreas; pero de algún modo logró cantar, saltar y correr por el escenario durante tres Luna Park agotados tan sólo tres meses después de este hecho. “Les quiero pedir perdón por preocuparlos. A mi familia, a todo el mundo. Les prometo que voy a cambiar. Esta vez sí. En serio, amigos. Los que escribimos somos lamentablemente autobiográficos», dijo en uno de esos shows, pero como no puede salir de su hechizo del tiempo, a los pocos meses llegó el temido abril y una nueva internación por adicciones, seguido por unos días en terapia intensiva debido a una desestabilización, y una internación en una clínica psiquiátrica en mayo de 2022. A principios de 2023, los problemas seguían: Chano fue internado de urgencia el 17 de febrero. Si es verdad que el hecho de haber estado cerca de la muerte tantas veces realmente lo condujo a un cambio, esta evolución no está siendo lineal, tampoco inmediata ni veloz. «Lentos, infinitos, los minutos del invierno». Pero a esta altura hay algo que tenemos claro: lo mejor y lo peor del tiempo, es que pasa. Y el invierno también termina. «Es una forma de resucitar/ de pasar el invierno, pararme y salir a buscar».
Hola Noviembre
Chano fue internado en enero de 2017 de Punta del Este, en febrero de 2023 en el Sanatorio Otamendi, chocó con su auto en Cañuelas en marzo de 2016, se internó en Entre Ríos en abril de 2019, en una clínica psiquiátrica en mayo de 2022, sufrió la muerte de su padre en junio de 2013, recibió un disparo en julio de 2021, fue procesado por una denuncia de Militta Bora por abuso sexual ocurrido en agosto de 2016, fue internado nuevamente en Entre Ríos en septiembre de 2019 y en el Hospital Austral de Pilar en diciembre de 2017.
Enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre y diciembre. Octubre y noviembre se presentan como una excepción a esa seguidilla de oscuridad. Son los meses de la ansiada primavera, y aparecen tanto en su vida como en sus letras como períodos de bienestar, tranquilidad y la promesa de un futuro más luminoso. “¿Quién va a sacar del comedor la angustia?/¡Hola Noviembre!”. Son el fin de semana del año, la nochecita del día, la parte cúlmine del ciclo en la que parece que, luego de tantos intentos, algo está marchando bien.
El 17 de marzo de 2023, en el marco del festival Lollapalooza y luego de 6 años, 10 meses y 27 días de un impasse que parecía eterno, Tan Biónica volvió a aparecer en un escenario y anunció la proximidad de un gran evento en un estadio. Debido a la inmensa demanda, ese gran evento se convirtió en cinco shows con entradas que se agotaron en pocas horas: el 28 y 29 de octubre en el estadio de Vélez, el 4 y 5 de noviembre en el Estadio Único de La Plata y el 8 de diciembre en el Monumental. «Si estás pensando en mí/y abril no funcionó/Hola Noviembre». Cuando parecía que Tan Biónica estaba muerta y enterrada y que Chano ya no tenía fuerzas para seguir, octubre y noviembre se presentan como una nueva oportunidad, otra más. Esta gira de conciertos recibió el nombre de «La última noche mágica», y al finalizar habrá reunido 270 mil* testigos de un regreso que esperaban con la ansiedad con la que se espera el verano y el viernes a la tardecita.
Pero no olvidemos que el tiempo es circular. La última noche mágica dará lugar a una madrugada, el 2023 terminará y llegarán las primeras semanas de un nuevo año, el calor de noviembre y la primavera en unos meses serán solo un recuerdo. Aunque quizás el hombre atrapado en un rulo de su historia encuentre la fórmula para salir del embrujo, para despertar y descubrir que llegó un nuevo día. Para poder celebrar, por fin, el Año Nuevo Chano.//∆z
Esta nota fue publicada originalmente en Afuera el 7 de diciembre de 2023.
*Nota del Editor: En 2024 con 10 Movistar Arena agotados se convirtieron en la banda más convocante en ese estadio. Además tocaron por primera vez en Europa: Barcelona, Madrid y Malagá. La última noche mágica pasó también por Uruguay (Montevideo, Punta del Este y Paysandú), Paraguay (San Bernardino) y por las ciudades argentinas: Mar del Plata, Neuquén, Córdoba, San Martín (Mendoza) y Rosario. La gira llegará a su fin donde comenzó, el 23 de marzo de 2025 en el Lollapalooza.