El primer y único Festival Internacional de Cine de Terror, Fantástico y Bizarro de nuestro país ofreció diez días ininterrumpidos de sangre, tripas, zombies y demás criaturas fantásticas.

Por Ale Turdó

Noviembre es esa época del año en que el epicentro del terror bizarro tiene domicilio legal en Lavalle al 800, más precisamente en las salas del Monumental Lavalle. El Buenos Aires Rojo Sangre –BARS para los amigos- abre sus puertas como lo viene haciendo desde el año 2000 para recibir a cientos de fanáticos del género en todo su amplio y maravilloso espectro. Este domingo fue la fecha de cierre, y habiendo hecho un análisis sesudo como pocas veces les dejamos un Top 5 con lo mejor que entregó el festival:

#5 Le Escaphandriér

Aquel que piensa que los canadienses son esos primos del norte de los yanquis, inocentones fanáticos de los bosques y los alces, es porque nunca vieron Le Escaphandriér. Esta delicia de Alain Vézina cuenta la historia de un pueblito costero del país que lleva una hoja de maple en su bandera, el cual comienza a sufrir misteriosos ataques de un hombre disfrazado con una escafandra de principios del Siglo XX, justo al mismo tiempo que comienzan los trabajos de salvataje de ciertos tesoros de una antigua embarcación que se hundió en esas aguas.

Lo que primero empieza como una historia de misterio y crimen, luego gira en el sentido del slasher más canónico para desembocar en un híbrido que hasta incluye zombies con sed de venganza (y de tripas, por supuesto). El Carpenter de La Niebla tuvo un hijo no reconocido con el Jason Vorhees de Martes 13 y estas fueron las consecuencias.

#4 The Editor

La ganadora a Mejor Largometraje y Mejor Fotografía en Largometraje de este año fue una celebrada sorpresa por todos. Esta historia en clave homenaje al Giallo italiano pone en el centro de escena a un hombre que supo ser el mejor editor de cine, pero que luego de perder su mano derecha en un accidente se ve obligado a trabajar en películas de bajo presupuesto. La cosa se pone interesante cuando los actores de la película empiezan a caer como moscas y el pobre manquito bigotón se vuelve el principal sospechoso.

Otra vez Canadá haciendo de las suyas en el ranking con una producción que es pura nostalgia dentro de un subgénero que los fans siempre miran con cariño, imitando no sólo la estética sino el tono y la factura técnica de lo mejor de terror tano de los ’70, incluso permitiéndose varios chistes internos.

#3 Resurrección

La película del argentino Gonzalo Calzada que formó parte de la Competencia Internacional se animó a abordar una de las patas del Terror que pocas veces vemos en la pantalla local, el Terror Gótico. La historia nos sitúa en la Argentina del año 1871, azotada por la fiebre amarilla. Un joven sacerdote regresa a la casona de su hermano en las afueras de Buenos Aires sólo para enterarse que toda la familia es víctima de la epidemia.

El largometraje filmado en una locación enigmática, que se vuelve otro personaje más de la tenebrosa historia, nos obliga a descender a las profundidades de ese abismo que es el límite entre la tierra y el inframundo, donde es difícil distinguir a los muertos de los vivos y ahí donde también se dificulta diferenciar lo real de lo ilusorio. Una historia de fantasmas, peste y la eterna pelea entre el bien y el mal. Nada de giladas.

#2 Daemonium: Soldado del Inframundo

La serie web que se volvió un fenómeno local se convirtió en uno de los largometrajes más esperados del BARS, con entradas agotadas en sus tres funciones y mucho hype generado alrededor. La historia de Daemonium transcurre en lo que podríamos definir como un no-lugar, un mundo donde la tecnología y la magia tienen el mismo poder, donde la puja entre humanos y demonios es motivo de lucha constante.

La guerra contra el mismísimo infierno es el eje central de esta historia que se fue haciendo de a poco y con mucho esfuerzo, con una factura técnica impecable que entrega secuencias audiovisuales de alto vuelo y dejan en claro que el género fantástico argento está en su mejor momento, como si estuviésemos titulando la tapa de la Revista Gente… así de grosso.

#1 Francesca

El argentino Luciano Onetti también brilló en el festival con su obra en clave Giallo. Onetti tiene su pequeño prontuario dentro del BARS: hace dos años se ganó el visto bueno de todos con su Sonno Profondo. En este caso presentó Francesca, un thriller policial con reminiscencias al estilo Dario Argento, en el que un misterioso asesino deja monedas de plata en los ojos de sus víctimas y tiene un gustito por ciertos pasajes de La Divina Comedia de Dante Alighieri.

El relato se desenvuelve cómo la clásica historia detectivesca donde los hombres encargados de descifrar el misterio van uniendo las piezas del rompecabezas, en un film cuya estética exuda setentismo a través de cada uno de sus fotogramas, desde la puesta de cámara, el montaje y la música. Como si todo esto fuese poco, el final se guarda una sorpresita que le sacaría una sonrisa hasta al mismo Brian De Palma. ¡De antología!//∆z