Arrancamos nuestro recorrido por el 17mo. BAFICI con dos recomendaciones: un mediometraje argentino-chileno y un clásico del nihilismo.

 Por Martín Escribano

Mar (Competencia Oficial Argentina / Dominga Sotomayor, 2014)

Mar Póster

Rodada en solo ocho días en Villa Gesell y con una duración que apenas sobrepasa la hora, la chilena Dominga Sotomayor, directora de La isla y De jueves a domingo, describe a su nueva obra como una película “sencilla, casi invisible”. Hemos de creerle a medias, puesto que si bien Mar cuenta la historia de una pareja que decide vacacionar en la costa argentina, en esa pausa habrá más tensión que disfrute. Sotomayor sabe poner el ojo en lo cotidiano: los juegos en la arena, clavar la sombrilla, armar un toldo, ponerse bronceador, meterse al agua, que se tape el mate… porque sabe que en cada acción, en cada gesto, por mínimo que sea, puede leerse una verdad. Los diálogos que sostienen Eli y Martín, entre ellos y con sus amigos, cena o fogón de por medio, tocan temas tan trascendentes como la vida y muerte, la reproducción, la descendencia, el futuro y se apoyan en una larga cadena de planos fijos que se quebrará solo de a ratos. Palabra e imagen se retroalimentan develando que es difícil disfrutar de un tiempo de ocio. Aunque suene una guitarra y circulen los porros y el alcohol, hay un malestar multiforme que anda al acecho y se manifiesta bajo la forma de un rumor, de una alarma y por qué no a través de fuerzas más poderosas como un rayo mortífero o una madre tan pintoresca como desastrosa.

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La profesora de piano (Sección Isabelle Huppert / Michael Haneke, 2001)

la profe piano

¿Por qué recomendar un título multipremiado que se estrenó en salas argentinas hace casi quince años siendo que un festival de cine independiente es la oportunidad para ver un cine distinto? Pues por la simple razón de que una película no vale tanto por ser distinta sino por ser mejor. En el caso de Haneke se aplican ambas categorías y no se debiera dejar pasar la chance de ver La profesora de piano como corresponde, es decir, en pantalla grande. De los trece largometrajes que se exhibirán en la sección Isabelle Huppert elegimos este por tener la potencia de un navajazo. El singular romance entre la experta en Schubert, Erika Kohut, y Walter Klemmer, su joven aprendiz, ya es historia, y no precisamente porque sean parte del pasado sino porque las actuaciones de Huppert y Benoît Magimel (a las que sumaremos con justicia la de esa madre-monstruo que interpreta Annie Girardot) elevan a los personajes de la novela de Elfriede Jelinek al Olimpo cinematográfico. En tiempos de 50 sombras de Grey,las dos funciones que el BAFICI le destinará a La profesora de piano son un golpe que se agradece. No tanto por el masoquismo puro y duro de la profesora Kohut sino por la lucidez del nihilismo que nos ha legado el tríptico Jelinek-Haneke-Huppert.//z

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