Desde las profundidades del indie rock espacial platense, surge el espíritu de una banda que pone los pies sobre la Madre Tierra
Por Martín Barraco
AZ: ¿Cómo nace Mermel y de dónde surge el nombre?
Uriel Fernández (cantante): Mermel creo que es algo que aún está naciendo. Nace por esa necesidad que tenemos algunos seres de expresarnos, en distintos sentidos, de trasmitir lo que uno siente a través de distintos canales. El nuestro es el de las canciones, el de la música…
Nos conocimos con Nahuel Martorelli hace unos años, estudiando grabación y producción. Comenzamos a trabajar juntos y a compartir experimentos musicales. Él en ese momento estaba tocando la batería en Ciudavitecos y con Carca, y yo estaba empezando a hacer mis primeras canciones. En un viaje que nos dejó a orillas de un río guitarra en mano, le surge la maravillosa idea de comenzar a producir un disco con mis canciones en un estudio que estaba a punto de estrenar con su familia.
Ese fue el comienzo de todo lo que va viniendo. Yo ya había comenzado a hacer algunas presentaciones solo, y de a poco a gestar un proyecto que hasta ahora se sigue moldeando y asentando. Lo que iba a ser un álbum solista terminó siendo un disco más bien barroco, con pasajes por distintos estados de la canción, pero más cercano a lo que sería un álbum de banda. Fue producido al fin por “Manza” Esain, y sumado a mi voz y guitarra, con Juan Ravioli en bajo, Nahuel en batería, y la colaboración de otros tantos músicos, creamos un Lp que, al editarlo y distribuirlo de manera independiente, tanto con el disco en la calle, en la web, etc., como con el comienzo de varias presentaciones, materializan o le dan un contexto más bien físico a Mermel.
Antes era Mármol. Creo que porque ya existía algo que era Mármol, se suavizó y se fundió en Mermel. Para mí es el nombre de la energía que nos impulsa a comunicarnos y a conectarnos con la música.
Por otro lado, como banda aún estamos en proceso de formación y de regeneración, varía casi siempre entre los mismos igualmente…
AZ: ¿Cuáles son las principales influencias?
Uriel: creo que la naturaleza en toda expresión y el amor, son la máxima fuente de inspiración a la hora de hacer poesía. En lo musical hay mucha influencia de todo lo que pasó a fines de los `60 y principios de los `70, tanto en Argentina como afuera, más que nada en la escena de la psychedelia. Pero hay influencia también de toda la música y los folclores del mundo, todo lo que a uno lo emociona y lo hace vibrar lo incorpora como tal, como propio, como un sentimiento que después es capaz de expresar, en música o en lo que fuera.
AZ: ¿Es por estas influencias que se incorporan sonidos de violines, sitars y tablas indias a su música?
Uriel: cuando creas música, por lo menos de mi parte, intento con una canción transportar hacia un lugar o un sentir. Primer Manifiesto es un disco de canciones en casi todos los estados. Creo que desde la producción tratamos de decorar cada tema con lo que estética y tímbricamente se uniera mejor a lo que la voz o la letra querían expresar o decir, tratando de no perder el concepto, pero sin importar si después a la hora de tocar en vivo había banda o no había banda, si voy solo con la criolla o como sea.
AZ: La ciudad de La Plata atraviesa un momento musical bastante interesante, con muchas bandas muy buenas que se están dando a conocer, ¿Cómo aprovecha Mermel este momento?
Uriel: la verdad que hace solo un año y unos meses que vivo en La Plata. Nací y me crié en Maipú (Provincia de Bs. As.) y tuve un paso por distintas partes de Buenos Aires antes de asentarme aquí. El resto de la gente que me acompaña en formato banda (salvo mi hermano, que está por estos lados conmigo, y toca trompeta y percusión en vivo) están en Ciudad Evita y Capital.
Para el poco tiempo de rodaje que llevamos por aquí, hemos tenido o he tenido la suerte de tocar ya bastante. Hicimos varios shows en distintos centros culturales o espacios públicos reconocidos de la ciudad en lo que va de 2010, tanto con banda como solo, ya sea convocados por alguna producción o autogestionando fechas. Y eso nos pone muy contentos porque de a poco nos estamos haciendo un lugar, vamos como echando una raíz en La Plata, como banda platense si se quiere. También con Los Poderes de Ganja, otro proyecto en el que participo con toda gente de mi pueblo, estamos como abriéndonos el camino con nuestra música desde La Plata, en otro estilo, pero con la misma energía. Somos una gran familia trabajando con la música.
AZ: en su mayoría, las bandas platenses tienen un sonido más indie, más garage. Mermel, en cambio, elige moverse por un camino más espiritual. ¿Cuesta hacerse un lugar en el mundo con la atención de la gente y la prensa mirando hacia otro lado? ¿Puede remarse contra la corriente?
Uriel: no sé si remamos contra la corriente. En cuanto al sonido, Primer Manifiesto suena a disco hecho con un carácter de otra época, pero aprovechando las posibilidades tecnológicas de hoy en día. Usamos instrumentos y equipos viejitos, eso sí, y largas horas de yerba y grabación… Por ahí, en La Plata prevalece el sonido indie o menos tratado porque no hay muchos estudios o productores que impongan una estética o posibilidades distintas, por ahí las bandas no acostumbran a trabajar sus discos en estudio y son más de vivo, de garage. Igual ojo, una cosa es hacer un disco y otra tocar en vivo. Me parece perfecto también que se mantenga lo que es verdaderamente una banda arriba del escenario a la hora de llevarlo al disco.
Lo espiritual viene más por el lado del concepto en general, de las letras, la forma en que vivimos la vida nosotros. Uno comunica lo que siente y lo que ve, reciba quien lo reciba. Somos bastante espirituales. Espirituales y bastante rockeros a la vez. Por eso creo que nunca sé ni sabré adonde mira la prensa.
AZ: ¿Cuáles son los fundamentos del “Manifiesto Mermel”?
Uriel: creo que surge lo de Manifiesto cuando siento que el disco y el correr de las canciones se arman como una historia que va llevando una conducción, por distintos estados. Y, sabiendo claramente lo que queríamos, le dimos un enfoque artístico conceptual que a mi parecer se hacía a la luz como un manifiesto, de una energía por ahí, que a todos nos había llevado a estar tirando para el mismo lado.
AZ: ¿Cómo les llega la propuesta para integrar el compilado de Skittlebrau Records? ¿Qué respuesta internacional han tenido por su participación en el disco?
Uriel: la propuesta llegó por un amigo de Ecuador cuya banda ya había sido incorporada al compilado. Me dijo que me comunique con la gente de Skittlebrau que seguro les interesaba lo que hacíamos para incluirnos. Y así fue, enviamos las canciones vía web y John, el encargado del sello escocés, se enamoró de Sol de Iruya.
Respuesta internacional por el momento no ha habido, el sello es bastante indie, no tiene demasiados discos editados aún. Solo sé de una radio en Glasgow dónde pasaban nuestro tema, nos llegaba un link con la lista y ahí estaba Mermel. Imaginate, para nosotros es algo fabuloso, que algo con lo que estás dando tus primeros pasos ya esté siendo escuchado en Escocia o Inglaterra, un flash…
AZ: Una nota de la Rolling Stone compara su canción “Sol de Iruya” con la música de Los Gatos, ¿Qué piensan de semejante comparación?
Uriel: uf, hace muy poquito volví a escuchar después de bastante tiempo el Beat nº 1, cuánta magia! A mí al principio mucho no me parecía, después entendí que las comparaciones vienen como para ubicar al receptor, a veces son bastante generales. En todas las reseñas que vi hasta ahora del disco se habla también de Miguel Abuelo, en algunas de Spinetta. Claro que son algunos de los tantos grandes maestros que hemos tenido y tenemos aquí en nuestro país en lo que al rock se refiere. Yo me crié escuchando sus discos. Por suerte me llegó de chico toda esa información, como tanta otra, pero no es que busquemos sonar o cantar o escribir como ellos. Hay un largo camino en eso. Por ahí la forma de buscar o enfocar el audio que nos gusta sea esa, la instrumentación por ahí también influye. Lo que sí siento es que el lugar desde donde decimos las cosas, desde donde las expresamos, la manera, es bastante similar. Nuestro aire y nuestro espíritu por ahí son muy parecidos al de esa época, en un contexto diferente, seguro, pero creo que vibramos en la misma frecuencia.//∆z