Asuntos de Venus – Astrología del Placer, de Lu Gaitán, profundiza sobre la importancia astrológica de este planeta y reflexiona, también, sobre el potencial colectivo que habilita la disciplina.

Por Agustina del Vigo
Collage de Jesica Giacobbe

“¿Cómo se hace para sostener la chispa del enamoramiento y el encanto durante mucho tiempo?”, se pregunta una falsa Victoria que tiene Venus en Géminis. “Si amo a alguien lo amo con todo, tanto que me olvido de mí y lo que necesito”, dice Lucía con Venus en Escorpio. “Una parte de mí ya se olvidó de él, pero parece que aún está presente en otros planos”, Alejandra, Venus en Piscis. Estos son algunos de los asuntos de Venus que propone explorar Lu Gaitán (Licenciada en Ciencias Políticas, Astróloga y Cosmógrama) a partir de su primer libro Asuntos de Venus – Astrología del Placer (Planeta, 2019).

¿Qué es Venus? En esta guía acerca de la pluralidad de formas que pueden adoptar los vínculos, Venus se define como el planeta que rige las relaciones y la autoestima, la estética y el erotismo. Venus también es una diosa, con nombres diferentes según cada pueblo: Afrodita para los griegos, Venus para los romanos.

Venus también, y sobre todo en este libro, nos indica, según en qué signo se haya posado este planeta en el cielo que nos vio nacer, cuáles son las cualidades que valoramos y lo que nos parece atractivo en otros. Es, en definitiva, un indicador de lo que amamos en general. Entonces, saber dónde está nuestra Venus es una herramienta más de búsqueda personal. Hacia adentro, hacia lo que nadie ve, en oposición a lo que todos vemos todo el tiempo y de todos en nuestros mundos digitales.

En el prólogo a la edición, la autora habla de una preocupación en este sentido: las redes sociales ¿nacieron como amenazas contra el amor? Se concluye que no, para plantear en cambio algo más interesante: que las redes sociales no son el veneno que dará muerte al amor, sino que nos volverá adictos al amor propio.

¿En qué nos convertimos? En “egos hiper producidos”,  jueces faveros en Twitter y dadores febriles de corazones rojos en Instagram. De contados likes en Facebook y  de caritas tristes, de asombro o rojas de enojo cuando vemos algo que en realidad no querríamos ver.  “Está claro que nuestro mundo prefiere prohibir, abolir y ocultar aquello que no entiende”, dice la autora al explicar la energía que proyecta el planeta Plutón sobre la Tierra, que significa explosión y liberación de lo que permaneció oculto por mucho tiempo. ¿Cuántos likes recibió mi foto? ¿Cuánta gente vio mi story en Instagram? Sentirse identificado con estas preguntas no es para preocuparse. No es uno, son todos. Eso es lo que también viene a decirnos Asuntos de Venus – Astrología del Placer: que ningún asunto es individual, sino colectivo. Que una “pauta arquetípica” podría ser el trasfondo de todas nuestras conductas y las de los demás.

El libro cuenta con una serie de prólogos donde los no-especialistas en el campo recibimos información precisa y necesaria. Como, por ejemplo, que los arquetipos responden a formas ancestrales de estar en el mundo que sobreviven en la memoria colectiva y, por ende, en nuestra memoria individual. Estos arquetipos también nos hacen lidiar con algunos temas que nos persiguen desde el tiempo de las cavernas, como el arraigo y el desarraigo, el vacío existencial o la comida, y que se transforman en problemáticas de nuestra vida.

De eso habla en realidad la astrología y nuestras cartas natales: de los dilemas humanos y en cuál vinimos a indagar cada uno de nosotros. Y es que para los que saben, como Lu Gaitán, la astrología es un modo de “ver, sentir y andar por el mundo”.

“Lo personal es político”, sigue la autora en las Palabras Preliminares, presentando a la astrología en su dimensión política, más bien como un saber de lo colectivo que de lo individual. Los arquetipos nos polarizan, dice Venus en sus asuntos. En la sociedad de los binarismos, de los nativos digitales versus los emperrados analógicos, de los matches versus “Hola, te vi desde la otra punta y me acerqué”, queda claro que fuimos educados más para reconocer la diferencia que la sutileza de los entramados. Sin embargo, la batalla contra la polarización puede darse mediante la pregunta, un acto natural para los nacidos en la casa de Géminis. “Habitar la geminiana zona de la pregunta y la indagación, mirar y legitimar al otro desde la ternura, volverse gentil con los procesos propios”. Eso propone Lu Gaitán y su escuela astrológica.

Y es que la premisa fundamental de la astrología y de este libro es: “como es adentro es afuera”, lo que no vivimos de manera consciente lo proyectamos hacia afuera y lo experimentamos a través de otras personas y situaciones. Por eso la autora se encarga de recopilar también historias de amigos y pacientes bajo decoroso seudónimo- para ilustrar las características amorosas de cada signo y su Venus.

Entre ellos, destacan algunas historias sobre otros temas específicos, como la de Maria Riot —trabajadora sexual y militante feminista de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina)— la actriz porno Argentina que declaró hace poco a los medios que ejerce la prostitución como elección de vida desde los veintiún años, o el testimonio de un aborto que retoma todos los debates que tomaron dimensión pública desde la primera marcha por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el 2018.

Los últimos capítulos se dedican a la reivindicación de la masturbación femenina fuera de todo tabú, con tips para mejorarla según cada signo, al parto respetado (“Con placer parirás”) y a un análisis —más bien un compilado de deseos— sobre el “futuro”, que nos advierte sobre el poder de Urano, el planeta que rige esta época del Mundo, y que trae la energía de la revolución. Gracias a Urano,  movimientos que luchan por la liberación del placer femenino y el reconocimiento de las diferentes identidades sexuales seguirán su curso saludable. La autora vaticina, citando a sus gurús personales, que romper las estructuras no nos debería llevar a elegir otras igualmente tiranas: toda elección debe ser con libertad.

El desafío que nos ofrece Lu Gaitán en su primer libro es múltiple. Por un lado, preguntarnos cómo vivimos a Venus en esta época y, a partir de ahí, indagar sobre la estructura tradicional de pareja, sobre qué es la belleza, qué es el género y qué idea tenemos de la sexualidad.

Pero también nos lleva a hacernos otra pregunta fundamental, que podría venir a levantarle la autoestima —fundamental en los asuntos de esta diosa— a la astrología frente a otras disciplinas: ¿qué tan difícil se nos hace pensar lo colectivo hoy?

Nos dicen que si indagamos en nosotros mismos lo suficiente, tendremos un impacto en aquellos con quienes nos vinculamos. “Como es arriba, es abajo”, reza la fórmula de El Kybalión, tratado esotérico, escrito por un misterioso Hermes Trimegisto, cuya palabra sobrevive en los prolegómenos de este libro. Cualquier similitud inversa con la teoría económico-social del marxismo, ¿es pura casualidad? Habría que consultar el mapa que dibujaron los astros en el cielo, la noche en que el espectro que se cernió sobre Europa, comenzó su recorrido justiciero.//∆z