La cantante acaba de lanzar un notable disco de reversiones de temas clásicos de la banda de heavy metal Hermética en ritmo de tango. En esta charla profundiza acerca del proceso de producción, la selección del repertorio, su particular interpretación y cómo ve hoy en día al principal compositor de las letras, el siempre polémico Ricardo Iorio.
Por Carlos Noro
Además de su trabajos como locutora, actriz de doblaje, guardaparques, de llevar adelante la banda de doom-metal-stoner Vulcana y el dúo de metal folk Ramanegra junto a Pablo Chihade. Ana Patané decidió meterse con un verdadero peso pesado.
En medio de la pandemia comenzó un lento proceso que se concretó en una selección de canciones de los tres discos de Hermética —Hermética (1989) Ácido argentino (1991) y Víctimas del vaciamiento (1994)—, la banda más popular de la historia de la música pesada argentina. Se rodeó de un seleccionado de músicos del nuevo tango y rock que van Noelia Sinkunas, Pablo Chihade, Julián Hermida y Adrián Steinsleger pasando por Il Harmonica Trío, Juanito el Cantor y su hermana Lucy Patané (coproductora del disco junto con Tomás Campione). Así forjó Ajeno al tiempo, un disco de versiones que revisita la obra de La H en modo tango-canción.
Esta selección de clásicos del repertorio metalero argentino se construye entre pianos, cuerdas y guitarras acompañadas por la expresividad y la particular interpretación de Patané. ¿El objetivo? Romper estereotipos y explorar la potencia lírica del polémico Ricardo Iorio en lo que fue su época más lúcida y combativa a nivel ideológico y compositivo.
AZ: El catálogo de Hermética es bastante amplio y diverso en cuanto a sonoridades y aspectos líricos. ¿Cómo elegiste las canciones?
Ana Patané: En realidad, aunque parezca extraño, no tuve mucha incidencia en el criterio de selección por la forma en que elegimos trabajar. Primero pensé en amigos músicos a mi alrededor a los que sabía que los había atravesado Hermética en algún momento de su vida y eran capaces de versionar alguna canción. En algún punto, siento que versionar una canción es un desafío porque entiendo que hacerlo bien no es hacer lo mismo pero con una guitarra criolla. Pensé en cada músico y dejé que eligieran qué canción hacer. Así le fuimos dando forma. Por ejemplo, “Cuando Duerme la Ciudad” en mi cabeza siempre fue un tango. La introducción tiene algo de eso. Ahí le dije a Julián Hermida que participara y terminó haciendo una versión con un terceto de cuerdas. Me acuerdo que le pedí una versión bien oscura, densa y dark. Respeté las elecciones en un lindo ida y vuelta aunque me hubieran gustado más versiones del primer disco.
AZ: ¿Por qué?
AP: Son las letras que más me gustan, las más esotéricas, porque Iorio estaba muy enganchado con la filosofía de Hermes Trismegisto (N.de.R: el nombre Hermética tiene, en parte, que ver con esto). Son letras muy elevadas. Luego creo que en los discos que siguen va virando hacia un contenido orientado a la crítica social y va dejando de lado todo ese conocimiento. Es más, en “Victimas del Vaciamiento” me genera una sensación de rencor. Hay algo de crudeza que no me gusta tanto.
AZ: En este proceso colectivo de selección de canciones ¿Cuál fue el principal desafío a la hora de darles tu impronta ?
AP: Eso lo puedo responder contando cuáles fueron las que más me costaron: “Cuando duerme la ciudad” y “Soy de la esquina”. La primera es muy distinta de la original, me costó encontrarle la vuelta. Es más, hasta hace poco me gustaba. Más allá de eso, siento que tengo grabados los temas de Hermética en las células. Me salió solo. Tal vez solo las dificultades fueron convenir horarios y agendas con cada músico.
AZ: Nombraste dos canciones que en el disco se escuchan de diferente manera (con guitarras la primera y con cuerdas la segunda) pero que tienen en común un espíritu tanguero. ¿Por qué decidiste llevar el disco para ese lado y no para el folklore que también es otra de las influencias que se filtran en las canciones de Hermética y la impronta de Iorio?
AP: Cuando empecé la idea del disco estaba estudiando en la Escuela de Música Popular de Avellaneda y me enganché con cantar tango, a pesar de que después no me gustó escuchar el género. Lo cierto es que tanto Julián Hermida, que es mi amigo y clave al inicio de esta historia, tiene una fuerte orientación al tango. Luego me pasó que todos los músicos tenían que ver con el género. Creo que en el momento que se me ocurrió estaba rodeada de músicos que tenían que ver con el género. No fue muy pensado. Fue casi circunstancial.
AZ: Más allá de que el tango y el folklore son bastante aceptados por los adeptos de Iorio y Hermética, acá no hay distorsión ¿Cuál te parece que es el público del disco?
AP: Antes de hacerlo me imaginé que iba a trascender los límites del metal y lo iba a escuchar mucha gente. Eso era lo quería que sucediera: que traspasara los límites del metal y se acercara gente que, tal vez, por el sonido o la voz de Claudio O´ Connor jamás hubiese aguantado un tema entero. Quería romper los prejuicios que se tienen respecto al heavy metal ligado a que es una música que transmite una vibra baja, una frecuencia densa y oscura. Lo loco es que finalmente está teniendo más repercusión en los que escuchan metal. Recibo mensajes de agradecimiento y amor que me sorprenden, algo que no me imaginé. Se ve que era algo esperado.
AZ: Evidentemente es bienvenida la idea de que las letras se escuchen con claridad, principalmente porque las líneas vocales de O´ Connor tienden a veces a acomodarse a la métrica y a veces resultan difíciles de entender. ¿Te parece que incluso los que ya escucharon las canciones pueden encontrar nuevos sentidos?
AP: Me pasó algo así. Me senté a leer las letras y descubrí un nuevo sentido. Creo que eso es un lindo proceso que fui sorteando y genera otro disfrute de las canciones para quienes las descubren. Me pone contenta que así sea.
AZ: A la hora de reinterpretar las canciones, ¿trabajaste en particular la acentuación de distintas estrofas, palabras y frases de las canciones que se distinguen de las versiones de las originales?
AP: Eso es parte de la interpretación. Cuando vos entendés la letra, la estás cantando y la estás sintiendo, más allá de cantarlas, esas cosas salen solas. No es que fui remarcando qué iba a resaltar. Es el resultado de que una letra te atraviese y te interpele. Una cuestión que hice adrede, fue la acentuación de ciertas palabras. En las versiones originales están en otra sílaba y ahí es donde uno no entiende la letra. En mi caso trato de acentuar bien las palabras. Ese gesto hace que las letras se entiendan más porque la cabeza hace un menor esfuerzo. Un poco tuve que olvidarme de las líneas vocales originales para lograr esto.
AZ: En “Memoria de Siglos” hay una especie de coro de mujeres ¿Cómo surgió eso?
AP: Para esta canción teníamos la guitarra grabada y fuimos al estudio de Lucy (Patané) para grabar la voz. Ahí mismo ella, parte importante de la producción del disco, me dijo que a la canción le faltaba algo genuinamente mío, que tuviera más que ver con mi impronta. Ahí se me ocurrió este coro que es como de hadas, algo que remite a una fantasía que me gusta desde chica y tiene que ver con el bosque, los dragones y todo ese mundo. Ahí empezamos a pensar en esos pequeños coros que están acá y en “Predicción”, por ejemplo. Surgió del trabajo de producir con Lucy que me conoce más que nadie.
AZ: ¿Por qué el título, Ajeno al Tiempo?
AP: Buscando el nombre del disco empecé a pensar que quería incluir algo que ya estuviera dentro de las letras de Hermética. Rápidamente apareció esa frase y me empezó a cerrar desde lo conceptual porque es un disco que va más allá de la historia. Las canciones tienen más de veinte años y, por otro lado, siguen estando vigentes, están en el corazón de las personas, algo que también las hace “ajenas al tiempo”. Luego se fue armando un concepto que incluye la tapa, con elementos que no tienen que ver tanto con Hermética sino que definen cosas que tienen que ver conmigo. En este punto Julián Hermida me terminó de convencer incentivando a que estuviera en la tapa con mi foto, mi nombre y el del disco. Aproveché para elegir elementos propios de mi mundo que tienen que ver con una foto que me saqué en frente de la casa de mis viejos y la diseñadora transformó en algo circular, en un portal que te lleva a estar “ajeno al tiempo”. Creo que tiene coherencia respecto a cómo suena el disco.
AZ: Más allá de que el aspecto lírico e ideológico de las canciones de Hermética no condice con las expresiones públicas actuales de Ricardo Iorio ¿Algo de esto te hizo dudar a la hora de hacer el disco?
AP: Nunca fui muy fanática de Iorio. Es más, luego de la separación de Hermética (N.de.R: 1994 lo que originó el inicio de Almafuerte, con Iorio en la formación y Malón con el resto de los integrantes) siempre fui fanática de Malón. Nunca me gustó lo que hizo. Nunca identifiqué cien por cien a Hermética con Iorio. Es verdad que haciendo este disco tomé conciencia de que él es el autor de casi todas las letras y su importancia es clave desde la concepción del grupo. Sin embargo, para mi Hermética es algo que va más allá de las personas, una banda trascendental en el rock argentino que representó a un montón de gente. Creo que trasciende su figura. Esto es un homenaje a Hermética y lo que significó como banda. Ahora que tomé conciencia de su importancia y lo veo como está, me dan ganas de darle una abrazo. Esas letras que escribió sólo las puede escribir alguien extremadamente sensible. Él siempre alentó a ser quien sos y eso es invalorable. //∆z.