La legendaria banda de hardcore de los noventa se volvió a reunir y tocó en Uniclub. Nostalgia, himnos y encuentro de generaciones.
Por Gerónimo Kener
Fotos: Sara Vega
Adrián. Seba. Leito. Lucas. Oscar. No habrá segunda función. No habrá cambio de lugar. No habrá entradas en puerta. Así se anunciaba el regreso de No Demuestra Interés, una de las bandas más reconocidas del hardcore argentino. El 1 de octubre, Adrián Outeda se subió a los escenarios para reversionar los discos Días de Furia (1994) y Mensaje No Preciso de Imagen (1996) pero con su otra banda emblemática, Satan Dealers. Una gran cantidad de público se acercó ese día para revivir temas que se gestaron en una época lejana como los 90. El mismo día que esto sucedía, se anunciaba el regreso de NDI con su formación clásica. Para Outeda las siglas son algo de los medios, para él siempre fue No Demuestra Interés.
Esta es la segunda ocasión que los miembros de la banda hardcore decidieron reunirse tras la separación en abril de 1998. El primer regreso se dio en 2009 cuando tocaron en el Teatro de Flores. Luego hicieron algunas fechas más durante 2010. La banda siguió su camino con otro vocalista durante los años siguientes. A Adrián le gusta vivir el presente, realizar otros proyectos musicales, la nostalgia no es lo suyo. De vez en cuando regresó a esos discos tan importantes para la escena como cuando tocó Extremo Sur (1993) con Bandera de Niebla, la banda más parecida a la rabia que tenía No Demuestra Interés.
La fecha elegida para esta ocasión fue el 26 de noviembre, plena época de euforia por el mundial de Qatar. Unas horas antes del show, Argentina venció a México y levantó los ánimos de la gente tras el paso en falso ante Arabia Saudita. Se convirtió en un día muy argentino, camisetas albicelestes y gritos de festejos por las calles. Mientras algunos festejaron el triunfo, cerca del Abasto hubo un clima de reunión, charlas con cerveza de por medio, remeras negras y bermudas, ya que se estaba por celebrar otra victoria.
Alrededor de las 8, Ians abrió la noche en Uniclub para levantar un poco de calor y generar los primeros pogos. Una banda de recorrido en la escena pero todavía joven. Esta fecha juntó a dos generaciones de músicos. A medida que el show avanzaba, el recinto se llenó por completo. El público consistió en la vieja guardia del hardcore ya con algunas canas de por medio, jóvenes veinteañeros y algunos adolescentes junto a sus padres. Lo concreto es que muchos de los presentes nunca vieron a No Demuestra Interés en vivo.
Tras un par de minutos donde una música sci-fi se adueñó de los parlantes, el telón se abrió y el plato fuerte de la noche se acomodó en el escenario. “Debes Quitarte el Uniforme” fue el primer tema elegido para inaugurar un pogo que nunca cesó. Si algo cambió en los músicos fueron sus cuerpos y cabezas, la ejecución musical sigue siendo apabullante. Adrián gritó como si el tiempo no hubiera pasado. El público interpretó sus letras como si sus gargantas tuvieran la misma experiencia.
Tras un par de temas, el guitarrista Lucas Romeo se acercó a uno de los micrófonos para hablarle a la gente. “A pesar de que acá somos todos ateos o agnósticos, hay algo en esta juntada que tiene que ver con la fe”. Automáticamente inició el riff de “Fe” y el descontrol se desató una vez más. Sebastian Erbino, el otro guitarrista, le dedicó el próximo tema a sus hijos. “Que todo sea para bien/verdad/que todo sea para bien”, cantaba Adrián. Romeo se tiró al público y observó lo que lograron como banda.
Entre tantas personas que se subieron y bajaron del escenario, uno de ellos quedó enganchado al cable del micrófono. Luego de agarrar el cable en su plenitud, Outeda decidió que la gente se adueñe de “Discriminación”. Como un director de orquesta, marcó con los dedos cada palabra de una letra que los presentes sentían como propia. Incluso el cantante de Ians que tiempo atrás estuvo arriba, le tocó volar por los aires y miró a Adrián a los ojos, agradeciendo sus reflexiones líricas.
No Demuestra Interés siempre fue una banda que buscó innovar, ya que se animó a ir dejando los riffs arrolladores de Extremo Sur a Mensaje No Preciso de Imagen donde sacaron a relucir un costado más melódico y calmo. Así es como llegó el momento del recital para la experimentación con “Closer Still”, un cover de DYS que solían tocar en los 90.
Outeda no dio mucho lugar a las palabras entre temas, pero cuando lo hizo se mostró filoso con quien quería hacerlo. Antes de “Violencia” se encargó de aclarar que la canción habla sobre una violencia interna a dominar, para que no haya malinterpretaciones. Más tarde, avisó que “Tu Fin” sería el último tema de la noche. “Estaría bueno que en este mar de machitos lo cante una chica”, dice Adrián.
Entre tanta pasión una vez más bajaron los decibeles tocando “Estimo”, uno de los temas de Días de Furia, ese segundo disco que marcó un nuevo rumbo musical. Para el final se despidieron con “No Demuestra Interés”. Cada uno de los presentes tiene una canción favorita o con significado especial. Un fanático que observó todo el recital a un costado, se fundió en el pogo por primera vez en la noche y llegó a centímetros de los músicos cumpliendo un sueño.
Para el bis, Adrián agradeció en nombre de la banda a todos por estar y también le dio crédito a los dos hombres de seguridad parados en ambos costados del escenario que tuvieron que controlar la euforia de los fanáticos. Luego de “Ceguera juvenil”, llegó el momento que minutos atrás habían anticipado. En “Tu Fin” finalmente una chica del público subió y cantó, cumpliendo con el deseo del vocalista. El micrófono finalmente pasó de mano en mano para todos los que llegaron arriba.
Así termino una hora y diez minutos de adrenalina pura. Outeda le acercó unas cervezas y aguas a la gente que esperó por este momento, como lo habían hecho en esa primera vuelta en 2009. Sebastián Saire, dueño de Tienda Inerme, disquería especializada en hardcore punk y fiel seguidor en los 90 de la banda, unos días antes del show decía: “Me parece que estas reuniones sirven para encontrarnos con aquellos viejos que van con cierta nostalgia de lo que alguna vez fue, pero también para cruzarnos con las nuevas generaciones que están escribiendo su presente sin olvidar quienes prendieron el fuego”.
Adrián bromeaba al final del show diciendo que se volverían a ver las caras en un estimativo de tres años. Tal vez la eficacia de este recital es su carácter de irrepetibilidad. El regreso en 2009 no fue igual a este de 2022. Los contextos son distintos y si la banda decidiera organizar una fecha dentro de meses o años será otro el cantar. Lo único que las emparenta es que hay lugar para todos: nostálgicos de los 90, nuevo público o gente que quiere traspasar su pasión a sus hijos, pero siempre sabiendo que este recital puede ser el último con esta formación. No Demuestra Interés práctica el hardcore a su manera y como solo ellos pueden hacerlo, no pierden vigencia. Le cumplieron el sueño a muchos. Una experiencia única se convirtió en presente.