Analizamos la primera novela gráfica de Xina Ocho, quien propone una lectura sobre aceptar la oscuridad de la condición humana y aprender a convivir con ella.
Por Diana Romero
Inframundo, la primera novela gráfica de Xina Ocho, es un viaje por ese lugar donde lo prohibido sigue latente en medio de tanta exhibición perfeccionista y donde todo se reduce a una instantánea con ángulos inmejorables y colores vivos. Familia, amigos y trabajo: una fórmula simple que con el pasar de los días se puede volver insoportable cuando no hay posibilidades de ser. La responsabilidad de siempre prestar atención a esta tríada y responder en la forma en que todos esperan, puede resultar agobiante.
Xina Ocho muestra cómo Carolina, una joven ansiosa, termina sintiéndose perdida en medio de los tediosos mandatos del deber ser y se enfrenta con sus propios demonios. Con un gran sentido del humor, la autora desarrolla un personaje que trasciende a partir de su propia confrontación. Una travesía catártica y experimental, estructurada en nueve capítulos, con cuyos títulos se puede advertir el camino dramático que tendrá que atravesar el personaje: “Sos un asco”, “Sucia”, “Vaga”, “Despertate, inútil”, “Ya no puedo”, “Patéticos” o “¿Quién sos?”.
Con Carolina actuando en medio de las viñetas y lidiando con la vida en diferentes contextos, se observa cómo la inestabilidad comienza con pequeños golpes de angustia que aparecen con los dramas cotidianos y que se acrecientan al enfrentarse con la autopercepción: cada vez que se silencia la propia voz, ésta pega un llamado de atención. Allí comienza el viaje al inframundo, un camino hacia ese fondo de uno mismo que no se quiere ver ni aceptar, pero que aparece constantemente en esos brochazos que salpican cada episodio de la vida y describen la complejidad humana. En definitiva, Inframundo es una lectura sobre aceptar ese lado oscuro y descubrir que, al aprender a convivir con ese costado no tan virtuoso, se pueden enfrentar con mucha más soltura las problemáticas y elecciones del día a día.
La novela, editada por Hotel de la Ideas, tiene un alto desarrollo gráfico en la composición del dibujo: los trazos, que demarcan los gestos y la personalidad de cada uno de los personajes expuestos, pone en evidencia la destreza narrativa de la autora para ir resolviendo cada episodio. Xina Ocho es ilustradora, arquitecta y docente. Publica historietas en internet y fanzines desde el 2014, y participó en Pibas (Ediciones In Bocca al Lupo / Hotel de las Ideas), Yeguas (Ediciones Invisible) y en los fanzines autogestionados Valiente, Los Azules y Ridícula. Actualmente se dedica a la ilustración de forma freelance para distintas agencias de publicidad y tatúa sus dibujos en un estudio privado.//∆z