Jane´s Addiction se presentó por primera vez en Argentina. Repasó sus grandes hits y dejó al público desesperado por más Juana.
Por Joel Vargas
Otra vez los noventa volvieron a instalarse en Buenos Aires. Otra vez ese espíritu rebelde dijo presente en forma de banda legendaria. Muchos años -y muchas rupturas de la banda en el medio- pasaron para que Jane’s Addiction, los padrinos del Rock Alternativo, se presentaran en Argentina. Fue en el marco de un show gratuito… bah, “gratuito” para los clientes de Movistar y para aquellas personas que consiguieron esos “tickets dorados”, las entradas para la felicidad noventosa.
Desde el vamos, esa modalidad de reparto de entradas fue totalmente injusta. Aun así, la convocatoria fue impresionante: alrededor de 10.000 personas (en la página oficial de Movistar anunciaban que se daban solamente 6.800 tickets) se congregaron para oler nuevamente a espíritu adolescente. Algunos fans con memoria emotiva (tal vez para recordar sus tempranos noventa), sumados a nuevos visitantes al mundo de la Juana, armaron un lindo quilombito y varios pogos en el Anfiteatro Puerto Madero. Todo esto en el primer evento de los tres que anunció Movistar a lo largo de este año.
Pero empecemos por el principio de la velada. Antes que nada tocó el crédito local, Bicicletas (banda que ganó la votación para ser teloneros en la página de Movistar) y luego Edward Sharpe and The Magnetic Zeros, cuya designación como banda soporte quedó muy colgada por su look neo-hippie y sus odas al amor. Igualmente, se las arreglaron para hacer un show corto pero eficaz, con melodías poperas y canciones bailables. El cantante Alex Ebert parecía Jesús con su larga túnica blanca, y los otros nueve integrantes del grupo, sus fieles apóstoles. La banda en vivo es un relojito y la voz de Ebert tiene un timbre a lo Elvis y reminiscencias a la música sesentosa. Fue puro Pop-rock con tintes folk y sonrisas dignas de The Carpenters. La gente coreó y saltó por única vez con su hit “Home”, o “casa”, como lo presentó la corista Jade Castrinos, de imponente voz. Todos bailaron y aplaudieron. Incluso Ebert bajó del escenario, agitó con algunas personas, tiró besos y después agradeció porque lo hicieron sentir como en casa, al ser éste su primer show en Latinoamérica. Demasiado amable y bueno para lo que iba a venir después…
Mientras el público esperaba que saliera Jane’s Addiction, un grupito estaba despotricando a los gritos que saquen la valla que formaba el ya famoso campo VIP, ese maldito semicírculo que aparece en todos los shows internacionales. Algunos miraron a la cabina donde trasmitía Mario Pergolini para Rock and Pop y vieron que había “tres pibes” que Mario estaba entrevistando. “Tres pibes que estaban acá abajo”, dijo uno del público. Cuando le preguntaron si sabía quiénes eran, resultó que esos tres pibes eran Andrés Ciro Martínez, ex cantante de Los Piojos, con su banda nueva, Los Persas. Un espectador del show, que a priori nadie imaginaba. Además, entre el público se encontraban pilares de la escena alternativa nacional como Ariel Minimal (PEZ) y Lucas Sequeira (Cucsifae, ex Fun People), desde ya espectadores que uno sí puede imaginar en un show de Jane’s, pero como dije antes, Movistar todo lo puede: Andrés Ciro Martínez y Ariel Minimal juntos.
La espera duró apenas veinte minutos. Pasadas las nueve y media de la noche, Perry Farrell y compañía salieron a escena. Cabe destacar que uno puede pensar en un despliegue y una puesta en escena increíble, por ser ellos los creadores de EL festival alternativo por excelencia, Lollapalooza (que se muda a Chile hoy sábado 2 de Abril y mañana domingo 3). Sí, demostraron eso y más. Con mucho oficio a la hora de tocar y dando cátedra de cómo hacer un show de rock, con una lista de 13 temas llena de clásicos y un tema nuevo de su esperada placa, The Great Escape Artist.
La alineación de la banda que está tocando en esta gira Latinoamericana -que los llevará también por Chile y Peru-, es la de la era Strays (2003). Los mismos de siempre, los que irrumpieron a finales de los ochenta para acabar con todo el Glam reinante: el talentoso frontman Perry Farell, el virtuoso y excéntrico Dave Navarro en guitarra, el maravilloso Stephen Perkins en batería, mas Chris Chaney en el bajo (a pesar que en el disco nuevo participó Dave Sitek, guitarrista de TV on the Radio, grabando los bajos). El tiempo dirá si se mantiene esta formación, ya que Juana siempre experimentó el síndrome Spinal Tap, con los bajistas. Por sus filas pasaron, Eric Avery (miembro fundador), Flea (Red Hot Chili Peppers), Duff McKagan (Guns ´N´Roses y Velvet Revolver) y el ya mencionado Chaney.
La lista arrancó con “Whores”, y con Farrell yendo de un lado a otro del escenario, con una energía que no se le iba a terminar nunca en la hora y pico que duró el show. La gente estalló con la primera intervención de Navarro en guitarra. Todos estaban vestidos de impecable negro. Eso sí, todos conservando su estilo: Navarro, el del Guitar Hero, con un sombrero y cigarrillo prendido; Farell, con una musculosa diminuta bien pegada al cuerpo; Chaney de sobrio pantalón negro y remera gris, y Perkins en remera y bóxer negros. Sabemos quiénes se llevaron todas las miradas del público: Farrell y Navarro, obviamente. Una de las sociedades alternativas más exitosas de todos los tiempos, y esto quedó demostrado a lo largo del show. Es importante decir que tuvieron que pasar varios temas hasta que el sonidista pudo ajustar bien la voz de Perry y a la banda, con pedido del cantante incluido.
Farrell había prometido un show impresionante en una entrevista al suplemento Sí de Clarín, con bailarinas y toda la parafernalia. Y cumplió con creces: durante “Whores” y “Ain’t No Right” (los tocaron uno detrás del otro), había dos chicas -una sobre cada punta del escenario- colgadas del techo haciendo acrobacias con un arnés y de su ¡piel! Bienvenidos a los karmas sexuales de Perry Farrell y de Jane´s Addiction: dos chicas bien masoquistas y sensuales enfundadas en portaligas y corsets sufriendo/gozando mientras ellos tocaban.
Para entender que la cosa iba bien en serio, sonó “Ted, Just Admit It…” de Nothing Shocking (1988) y la gente gritó bien fuerte el estribillo “SEX IS VIOLENT”, mientras atrás la mujer de Farrell, la infartante rubia Etty Lau Farrell, recreaba junto a una morocha impresionante la tapa de Nothing Shocking (1998), ambas atadas y sentadas en un sillón rojo. En el tema “Three days”, las mismas muchachas recrearon junto a Perry Farrell la tapa de Ritual de lo Habitual (1991): ese ménage-à-trois pagano sobre un colchón con flores y la Virgen de Guadalupe. La canción está dedicada a la memoria de Xiola Blue, quien pasara tres días de drogas y sexo salvaje con Farrell y su novia de aquel entonces, Casey Nicolli.
¿Quieren más sexo? El escenario estaba adornado con gigantografías de unas señoritas desnudas con la boca encintada, sobre una especie de encaje gris con fondo blanco. ¿Volvemos al rock? ¡No, esperen! También por las pantallas salieron unas muchachas bailando y Farrell dijo “Muy Bonitas”, en un castellano muy simpático, pero aclaró que estaba casado hacía ya muchos años. En ese momento aludió a su cumpleaños, que fue el pasado 29 de Marzo y toda la gente le cantó un feliz cumpleaños. “Gracias por venir a mi fiesta de cumpleaños”, expresó amablemente.
Ahora sí, volvemos al rock. Una seguidilla de clásicos, “Had a Dad”, donde se destacó Stephen Perkins, “Been Caught Stealing” (muy festejado por el público) y “Superhero” (canción que se hizo conocida por la serie estadounidense Entourage), donde el Señor Dave Navarro demostró que es un superhéroe de la guitarra, con excelentes solos y punteos. El público soltó el ya clásico “Navarrooo, Navarroo” y coreó las violas de Dave, a lo que él contesto con un guiño, punteando entre tema y tema la melodía de “ole ole ole…”, y la gente lo acompañó con “soy de Juana es un sentimiento, no puedo parar”. Aprobado con creces el curso de “Aguante Argentino I”, felicitaciones alumno Navarro.
El tema nuevo “End to the Lies” era lo que se esperaba: una épica rockera alternativa con ese aire surfer californiano a lo Juana. Tuvimos el honor de ser los primeros en escuchar en vivo este tema que ya promete un gran álbum. Hubo canciones para que se destacara también Chris Chaney y su grueso bajo, como “Mountaing Song” y “Ocean Size”.
Cuando Farrell vino en el año 2000 a ser DJ en Pachá, le preguntaron “¿Dónde está Jane´s Addiction?”. Él respondió: “¡¿Yo qué carajo sé?!” La simpatía que derrocha Farrell a lo largo de todas sus intervenciones hace que guste más la banda, mientras él baila con maracas (a lo Bez, de Happy Mondays) y corre por todo el escenario, mientras la gente delira. Durante todo el show la banda se llamó “Juanas Adicción”, como bien repitió Perry muchas veces: “From West Coast, Los Angeles, Juanas Adicción”.
Quedó lo mejor para el final, para los bises. Primero “Stop!”, con una lluvia de papeles plateados que marcaron el pulso de las olas rockeras, armando el pogo más grande del recital, para luego terminar con una íntima “Jane Says”, cantada por todos y todas, con Navarro en guitarra acústica, Perkins en percusión y un Farrell tan emocionado que terminó bajando del escenario a cantar con la gente. Todo concluyó con un fuerte aplauso, incluida una posterior presentación de la banda con Perkins mostrando el culo. Como bien dice Cyndi Lair al comienzo de Ritual de lo Habitual: “Señores y señoras, nosotros tenemos más influencia con tus hijos que tú tienes, pero los queremos, creado y regalo de Los Angelis, Juanas Adicción”. Sí Cyndi, tenías razón: Juana tiene más influencia que nuestros padres, somos hijos directos de los noventa y después de ver a La Juana en vivo, nos volvimos adictos como ella.