El debut solista de Liam Gallagher, As You Were, lo encuentra a él buscando rescatar un poco de humildad, hurgando en su interior para enfrentar parte de sus demonios y poder sacar desde allí algo verdadero.
Por Matías Roveta
Liam Gallagher es uno de los mejores frontmans que el rock tiene aún para ofrecer. Consolidó ese lugar a fuerza de talento, una voz inigualable, mucha actitud y decisión. También, un ego desmesurado: parte de esa arrogancia innata del mancuniano fue el motor que le permitió ponerse al frente de Oasis, una banda que supo ser gigante y buscó llevarse el mundo por delante desde el vamos a partir de un hambre de gloria descomunal que se alimentó con deseos de trascendencia en el rock (“Rock and Roll Star”) y la búsqueda desesperada por romper con el cerco de la gris y aburrida Manchester de comienzos de los ’90. Como parte de la otra cara de la moneda, Liam más de una vez patinó con declaraciones grandilocuentes (“Soy el músico más importante de Inglaterra”, dijo recientemente en una entrevista con el diario español El País) y ataques despiadados a cualquier figura del rock: esa extensa lista de víctimas hoy incluye a su hermano Noel, a quien el menor de los Gallagher responsabiliza por la separación de Oasis en 2009 y le dedica casi diariamente tweets venenosos desde su cuenta oficial.
Ya sin la batería de grandes canciones que su hermano podía ofrecerle y con la disolución –sin pena ni gloria- de Beady Eye, no quedó otra que el propio debut solista: As You Were (titulado así por el modo en que Liam firma cada uno de sus ácidos y, a veces, ininteligibles tweets) encuentra al cantante buscando rescatar un poco de humildad, hurgando en su interior para enfrentar parte de sus demonios y poder sacar desde allí algo verdadero. Y el resultado es emocionante y sorpresivo: “For What It’s Worth” es la prueba de que su gola aún tiene mucho para dar y la mejor canción del disco, una balada de grandes guitarras que remite al Lennon solista y en la que Liam pide perdón por el dolor que pudo haber ocasionado en el pasado. “En mi defensa, todas mis intenciones fueron buenas (…) Hay demonios en mi puerta desde el día en que nací, es difícil encontrar un atardecer en el ojo de una tormenta (…) Pero soy un soñador por diseño”, canta Liam. En una entrevista con la revista inglesa NME, el cantante reconoció que quizá estaba pensando en su divorcio con la modelo Nicole Appleton (de quien se separó tras admitir una infidelidad) o en los fans de Oasis (condenados al final de la banda por las interminables peleas entre los hermanos Gallagher), pero su pedido de disculpas (“Voy a ser el primero en decir que cometí mis propios errores, a veces perdemos el foco”, profundiza en la letra) bien puede ser extensivo a cada situación en la que este buscarroña por naturaleza desbarrancó. Y ahí se concentra lo mejor de As You Were: una obra sincera en la que Liam Gallagher suena vulnerable como nunca antes, pero al mismo tiempo totalmente enfocado en sus mejores capacidades –esa voz narcotizada e irresistible, su don para dar con buenas melodías- para producir un buen disco por cuenta propia.
No debería ser sorpresa a esta altura que el cúmulo de influencias de Liam se resuma a los Beatles, los Stones, John Lennon, un poco de psicodelia y, claro, Oasis. Ya desde la portada –una fotografía del cantante con mirada adusta y detalles simples en blanco y negro- hay una clara búsqueda vintage. Pero donde más resuena eso, por supuesto, es en la música. “Bold” y “When I’m In Need” son casi ejercicios brit pop a partir de la conducción de una guitarra acústica, los arpegios cristalinos de una guitarra eléctrica y el colchón de arreglos de cuerdas; “Paper Crown” es una balada suave que remite a Paul McCartney (y en última instancia a los Beatles), la mencionada “For What It’s Worth” es puro Lennon y el combo “I Get By”/ “Come Back To Me” está atravesado por varios riffs de guitarras filosas que ponen a los Stones en el posible horizonte de referencias. Recogiendo el guante de una conocida tradición en las canciones de Oasis, Liam también inserta referencias clásicas desde las letras: en “You Better Run”, por ejemplo, las frases “helter skelter” y “gimme shelter” se suceden casi sin respiro, en “When I’m In Need” Liam usa la figura de “purple haze” para hablar de la belleza de una mujer y en “Chinatown” –un hermoso folk lisérgico con reminiscencias a los Beatles psicodélicos- el cantante asegura que la felicidad (happiness) “is still a warm gun”.
Pero no todo se reduce a eso y As You Were tiene muchos otros matices. Para concretar la tarea de lograr un buen disco enteramente escrito por él, Liam convocó a un trío de productores reconocidos: Dan Grech-Marguerat (Keane, Lana del Rey, The Kooks), Greg Kurstin (Foo Fighters) y Andrew Wyatt (Lorde, Bruno Mars). As You Were tiene todo ese claro abanico de influencias clásicas, pero decorado con una mano de barniz brillante y moderno. Uno de los mejores ejemplos es la canción de apertura, “Wall Of Glass”: un rock furioso en donde todo es saturación y hay poco lugar para las sutilezas, que tiene una armónica nerviosa y blusera que convive con hachazos de guitarras procesadas y ruidos de sintetizadores, mientras Liam (de nuevo frágil) canta sobre lo fácil que todo puede derrumbarse en la vida y para ello usa la figura del cristal. “Greedy Soul” (el momento del disco en donde Liam se pone más belicoso cuando le dice a una mujer “vos, alma codiciosa, estuviste diciendo mentiras”) está estructurada a partir de un gran riff de guitarra acústica y desnuda los posibles puntos de contacto que hay entre la música de Oasis y Primal Scream: ADN de rock and roll, guitarras acoplando y una armónica, pero también un pulso machacante y casi bailable (la música electrónica aparece en su máxima expresión en uno de los bonus track del álbum, “Doesn’t Have To Be That Way”, que respira sobre un ritmo casi industrial con citas a Nine Inch Nails). Ese mismo tipo de ritmo insistente y traccionado a sangre atraviesa a la mencionada “You Better Run”, un rock crudo de nuevo hilvanado a partir de un rasgueo agresivo de la guitarra acústica (una de las marcas sonoras del disco) y que tiene a Liam centrado a bordo de una melodía con tono amenazante: “Voy a robar tu trueno / Es mejor que corras, es mejor que te escondas”.
As You Were es también una obra que mira al pasado no solo en términos musicales, sino además para no perder de vista qué hacer con esa serie de experiencias personales a la hora de analizar el presente y los pasos a seguir de allí en más. En algunas canciones, Liam parece estar intentando llegar a buen término con todas aquellas cosas que lo atormentaban hasta hace poco, y lo interesante es que lo hace sin golpes bajos: recuerda casi con dulzura y sin resentimientos a un ex amor (la citada “Paper Crown”) o en “Bold” canta –con superación, pero sin soberbia- sobre que va a eliminar a alguien de su lista de obligaciones y dejar de desperdiciar “su preciado tiempo” (tal vez, un modo elegante de decir que lo de su carrera solista va en serio y que Oasis puede esperar al menos por ahora). “I’ve All I Need” funciona como cierre perfecto: brit pop de manual con el mentado combo de guitarras (acústicas y eléctricas) más arreglos de cuerdas, toques psicodélicos con unos efectos de sitar, otro estribillo bailable y un solo alla Johnny Marr. Liam suena confiado, seguro de lo que quiere y con la certeza de que puede escribir buenas canciones. De cara al futuro, la letra lo resume bien: “No hay tiempo para mirar atrás (…) Tengo todo lo que necesito y más”.