La banda chilena se hace un lugar en la escena de de rock progresivo con su último disco, 4.45 AM.
Por Juan Alberto Crasci
El rock progresivo está vigente en todas partes del mundo. Producciones como las de Opeth y Steven Wilson, o la continuidad de la obra de bandas legendarias como Rush así lo demuestran. Pasan los años y las modas, pero la intención de crear música de calidad y de profundizar las búsquedas y la experimentación sonora e interpretativa persiste.
Latinoamérica no es la excepción a esta regla y vale destacar 4.45 AM, tercer disco de Aisles, grupo formado hace más de 10 años en Santiago de Chile, afianzado en el territorio local y con repercusión y público de culto en países europeos como Francia, Holanda e Inglaterra. El sexteto está conformado por Germán Vergara en guitarras, voz y teclados; Felipe Candia en batería y percusión; Rodrigo Sepúlveda en guitarras y voz; Sebastián Vergara en voz principal; Alejandro Meléndez en teclados y Daniel Baird-Kerr en bajo.
4.45 AM se publicó a fines del año 2013, contiene diez tracks, entre los que se encuentran tres instrumentales (“Gallarda Yaura”, “Intermission”, “Hero”), un breve interludio (“The Ship”) y fue masterizado en Estados Unidos por Adam Ayan, que trabajó con bandas como Rush, Foo Fighters, Rolling Stones, Pearl Jam e Incubus.
Las letras están escritas en inglés, cualidad común a gran parte del rock y metal internacional –verificable en bandas desde Noruega hasta Israel–, ya que supone una mayor apertura a distintos mercados y culturas. Podremos discutir las cuestiones relacionadas al colonialismo cultural que ejercen Inglaterra y Estados Unidos al respecto, pero no podemos negar el resultado final: el disco cuenta con excelentes canciones, desde la composición hasta la interpretación, con grandes ideas, resueltas de manera fina, prolija y emotiva.
La técnica individual de los instrumentistas está puesta al servicio de la canción. Prevalece el carácter melódico de los temas por sobre la destreza técnica y el virtuosismo de los músicos. Estos rasgos melódicos –en la línea de bandas como Sieges Even, Marillion y Dream Theater– crean un ambiente etéreo, sutil, delicado, en el que los complejos arreglos de guitarras y teclados se acoplan de forma completamente natural a las estructuras de las canciones. Hay lugar para el coqueteo con el pop, como por ejemplo en el tema “Shallow and draft”, en el que los teclados y la línea melódica recuerda a las composiciones de bandas de los 80.
Algunos de los puntos destacables del disco son los temas 4.45 AM, que abre la placa, “The sacrifice”, en el que la interpretación con guitarra clásica recuerda a canciones de los alemanes Sieges Even –en especial del disco A sense of change–, la balada “Back my strentgh” y la extensa “Melancholia”, de más de 10 minutos, que cierra el álbum.
Calidad interpretativa, delicadeza, complejidad, intensidad y emoción; todos estos ingredientes en su justa medida recorren las canciones de 4.45 AM. Habrá que estar atentos a las novedades de esta excelente banda trasandina, que promete para el próximo año un nuevo material de estudio.//∆z