Después de meses de intriga y especulaciones, la espera terminó y la cadena AMC finalmente estrenó el spin-off más esperado del abogado más turbio después de Lionel Hutz.
Por Ale Turdó
ADVERTENCIA: El siguiente artículo espoilea un poquito ciertas cuestiones centrales de Breaking Bad… pero nada grave del estilo “al final Bruce Willis estaba muerto!”. Han sido los neófitos debidamente notificados.
Por cada Daria que llega a la pantalla chica tenemos que soportar un equivalente a 10 Joey, por cada Frasier nos toca sufrir entre 8 The Cleveland Show y 6 Baywatch Nights. Los spin-off están lejos de ser una ciencia exacta y la mayoría de las veces la apuesta no pagará, los fans del producto original le darán la espalda rápidamente y cualquier involucrado en el proyecto llevará una mancha de por vida en su currículum.
Tal vez a causa de esto se había generado tanta expectativa entorno del refrito de Breaking Bad que ponía a Saul, abogado del maestro de escuela devenido en dealer Walter White, en el centro del escenario. Better Call Saul es la más flamante producción de la cadena AMC -que también fuese emisora de Breaking Bad (BB)- y narra los orígenes del abogado más turbio y carancho de todo el estado de Nuevo México y alrededores.
Primero retrocedamos un poco. El episodio número 8 de la segunda temporada de BB se titulaba “Better Call Saul” e introducía en el universo de la serie a Saul Goodman, un letrado criminalista que llega para sacarle de encima a Walter y Jessie sus problemas con la policía de Albuquerque. Y el resto -como dicen- es historia. El personaje tuvo tal nivel de aceptación en la audiencia que desde el final de BB siempre estuvo flotando en el aire la idea de darle una serie propia.
Better Call Saul hereda de su progenitora una estructura narrativa que va dando constantemente saltos temporales. Inicialmente todo tiene lugar en el futuro inmediato post-final de BB, con el mismísimo Saul trabajando en una franquicia de Cinabbon, negocio gastrónomico en el cual el abogado había mencionado intenciones de incursionar una vez que todo el embrollo de Walter White y compañía llegase a su fin. Es ahora un Saul Goodman con menos cabello y un frondoso bigote que oculta bastante su apariencia y parece vivir con ojos en la espalda, temeroso de que alguien descubra su fachada. Cuando Saul se sienta en su sillón frente a la tele observa sus viejos anuncios de televisión grabados en VHS -elemento retro por antonomasia- y en ese momento somos llevados atrás en el tiempo al año 2002, aproximadamente unos seis años antes de que el abogado conozca a Walter White.
Así como Spiderman fue primero Peter Parker y Wolverine fue un leñador canadiense antes de formar parte de los X-Men, nos enteramos que Saul Goodman tuvo que ser primero Jimmy McGill, jurista que intentaba mantenerse a flote evitando pasar más tiempo del absolutamente necesario dentro de la corte, antes de convertirse en el abogado criminalista más controvertido del estado. Jimmy McGill intenta sobrevivir a base del mísero dinero que paga el Estado por ser defensor público de los acusados más indefendibles, tiene su oficina en la parte trasera de un salón de belleza tailandés y vive con su hermano, también defensor de la ley pero con tintes de ermitaño, recluido y temeroso de conspiraciones en su contra.
El humor negro es uno de los elementos que se toman prestados del universo de BB y permiten mantener el mismo tono y espíritu en la nueva producción. Todo lo que sucede es notoriamente terrible, decadente y sus personajes son sujetos con dudosa integridad moral. Pero la forma en que se trata cada uno de los sucesos, los convierten en hechos sumamente jocosos y disfrutables por parte del espectador. El ambiente árido y marginal de Nuevo México también es otro de los elementos que se mantienen para aportar ese factor de familiaridad que se torna innegable para los seguidores de BB.
Conforme la trama central va tomando forma, varios personajes del universo de BB irán haciendo apariciones en Better Call Saul, pero en una suerte de estado embrionario, serán un esquema prototípico de los sujetos que vimos previamente en la serie original. En los dos primeros capítulos ya podremos ver a algunos de estos personajes, no les decimos cuales para no espoilear más de lo necesario.
Más allá de personajes secundarios reincidentes y una estructura narrativa similar con idéntico telón de fondo, la clave jamás deja de ser Saul Goodman. Un personaje dotado de tan alto nivel de magnetismo siempre es interesante de ver. Es más, se torna doblemente interesante poder ahondar en aquellas historias a raíz de las cuales Jimmy McGill devino en Saul Goodman.
La nueva serie recibió el visto bueno de una audiencia cautiva y con altas expectativas, en particular tratándose del spin-off de una de las series más exitosas de los últimos 25 años. El primer episodio fue visto por 6.9 millones de espectadores en Estados Unidos, marca récord para la TV por cable de ese país. Esta primer temporada estará compuesta de 10 episodios y ya se confirmó la producción de una segunda, que llegaría a la pantalla chica recién a principios de 2016. Apenas estamos arrancando una serie nueva y ya nos están haciendo sufrir por lo larga que será la espera hasta la llegada de la segunda temporada. La seriefilia moderna funciona cual anfetamina catódica: Te manijean un montón antes, te dan un poco durante y te hacen desear un montón después… hasta que llegue la hora de la siguiente dosis.//∆z