El segundo día del Festipulenta Vol. 18 finalizó a cancha llena. Con bandas como Excursiones Polares, Olfa Meocorde, Shaman y los Pilares de la Creación y La Hermana Menor, el festival ya clásico del Zaguán Sur supo superar las expectativas de su público. Rock y calle Moreno.
Por Ignacio Barragán
Fotos de Flor Videgain
Las noches frías de Once nunca volvieron a ser las mismas a partir de la aparición del Zaguán Sur. La calle de Moreno a la altura de Pichincha se volvió un lugar frecuentado por jóvenes inquietos en busca de buena música. Los colectivos como el 168 o el 2 están siempre colmados de estos especímenes. Personajes de barbas, bufandas y ansiosos por la renovación constante que hay. Por suerte no sólo es un espacio para diferentes bandas sino que también es hogar de uno de los festivales independientes de mayor concurrencia: El Festipulenta, aquel gigante que ya se ha convertido en un clásico.
El sábado 31 de Agosto fue la segunda fecha de la edición (o como le dicen ellos “Volumen” haciendo alusión a una especie de compilado mensual) número 18 y se presentaron La Hermana Menor, Olfa Meocorde, Shaman y los Pilares de la Creación y Las Excursiones Polares, dos de ellas debutantes en este festival. Como siempre la selección de bandas no pudo haber estado mejor compuesta. La síntesis que se logró en el recital entre bandas suaves y herederas de Babasónicos como las Excursiones Polares hasta las mescolanza de ruidos y sonidos de Olfa Meocorde es exquisita. Rock y birra por un lado, guitarras acústicas y canciones suaves por el otro. Eso es el clásico de Balvanera.
El Festipulenta es un hervidero de emociones. Por ejemplo, cuando toca La Hermana Menor en un lugar como Zaguán Sur, no solo nos estimula poder escuchar una banda tan buena que viene del otro lado del Río de la Plata sino que además estamos legitimando una posición de rock sin fronteras bastante interesante. Un festival independiente que genere este tipo de espacio como lo hace el Festipulenta es fascinante, y no sólo habla un gran nivel de calidad el hecho de que hayan traído a La Hermana Menor sino también como en oportunidades pasadas apostaron a bandas como Hablan Por la Espalda, por citar sólo a una. Después la selección nacional fue un ir y venir de melodías descarriadas, Excursiones Polares fue amable con un público que bailaba con sus canciones, después Shaman y sus Pilares debutaron en el festival de una manera eficiente con sus baladas en rock bemol. Y por supuesto Olfa Meocorde volvió loco a un gentío que solo quería divertirse.
La noche termina, la birra se derrama, el cuadro de Néstor apoyado en la pared me mira. Terminó una vez más el Festipulenta y todos a casa, la mayor parte de su concurrencia se limita a pedir más fernet y amparar su noche en el Zaguan. Otros aún están pensando en los discos que se van a comprar cuando cobren, ya que se acerca el principio de mes. Yo, con mi libreta, di por finalizado aquel evento. Como siempre, volviendo a casa desde calle Moreno.