Otra entrega con algunos nuevos EPs de la escena independiente: Los Mundos Posibles, Boedo, Valle de Muñecas, Agrupación Capitán y Rey Mapache.
Por Juan Martín Nacinovich
Los Mundos Posibles – Pintura de guerra
Rosario Bléfari (Suárez, Sué Mon Mont) y Julián Perla (Mi Pequeña Muerte) aunaron fuerzas para dialogar sobre el amor en Pintura de guerra (2018, Plastilina Records), un registro tan fresco como inesperado que arribó durante los primeros días del año. Sin caer en lugares comunes, el trío –que completa Javier Diz (Jaime Sin Tierra) en batería, teclados y guitarra– retrata el amor desde una faceta más problemática, de hastío y cansancio. El romanticismo, no obstante, aparece inevitablemente mediante el tratado de las voces, que octavan a la perfección sin necesidad de arreglos corales y vocales complejos. Armonías que decantan en un pop de ensueño, empalagoso, que tiene en “La guerra del Japón”, “Daba para más” y “En otra dimensión” sus puntos más altos. Lejos de ensimismarse, Bléfari abandona su ego y se reinventa, esta vez cantando de una manera atípica dentro de su repertorio, con una voz suave que se resquebraja en cada línea. Hay algo en ella que hace que todo sea especial.
Boedo – Todo el día en casa
Una típica casa porteña de antaño amurallada por postigos, con techos altos y puertas gigantescas que conectan todos los espacios sobre el piso damero de baldosa. Así parece ser el búnker ideal que eligen los Boedo para pasar Todo el día en casa (2018). Hernán Monti Molinari, tecladista de Pyramides, juntó todas sus inquietudes y las trasladó a este primer EP junto a Julieta Heredia en guitarra y coros, Julieta Lima en batería (bajo en Temporada de Tormentas) y Juana Muschietti en bajo y voces, también a cargo del diseño y arte de tapa. “Todos los chicos y las chicas” rompe con la estructura de estrofa-estribillo con una introducción kraut: la base machacante de batería y bajo da lugar al diálogo entre guitarra y teclado hasta desembocar de un tirón en una letra acongojada (Y no estar mal, venir acá / Y no estar tan metido en mi cabeza/ solo me falta practicar/ el salir un poco afuera). “Todo bien, te quiero” y “Cosas del motor” se complementan a través de un tratamiento de corte alternativo con terminaciones de rock-pop, mientras que “Río de enero”, una pieza instrumental de alto vuelo, retoma el pulso motorik mientras evoluciona sobre la marcha. Un interesante primer paso para Boedo.
Valle de Muñecas – Punk
Punk (2018) es un chiste interno, una ironía autorreferencial desde la portada, pasando por las canciones, hasta el nombre del álbum. Dos años después de la salida del excelso Días de suerte (2005), ópera prima de Valle de Muñecas, el cuarteto se despachaba con un registro en clave acústica titulado Folk (2007), donde reversionaba temas propios y lanzaba unos cuantos nuevos, sumando covers de Neil Young y The Shadows. Más de una década después el ejercicio no solo es similar: es prácticamente idéntico, sólo que en formato reducido y a través de una edición limitada en cassette. Ahora fue el turno de volver a las raíces, al primer amor, al punk como marca conceptual indeleble. Los laureles son para Attaque 77 con “Áspero” y Mal Momento con “Bar extraño”, mientras Manza se revisita a sí mismo mediante “Recuerdos del invierno”, de su ex banda Menos que Cero. En el nuevo track, “Invisibles”, que se quedó afuera de El final de las primaveras (2015), Manza canta con su tradicional naturalidad desgarradora: “Invisibles las huellas que borramos sin saber qué queda atrás,/ cuando es posible que los mapas que trazamos al partir no sirvan más / Una postal efímera, una habitación vacía, las piezas que duele encajar a plena luz del día”.
Agrupación Capitán – Agrupación Capitán
Tras dos años de juntarse a zapar y explorar colectivamente en busca de un sonido característico, ex miembros de D.I.E.T.R.I.C.H. (Hakinen), Pommez Internacional (Nicolás Suboldi) y Furies (Federico Abuaj) se juntaron para formar Agrupación Capitán (completan Julián Vey, Nicolás Teubal –también en Isla de Caras– y Damián Escalona). El viaje que proponen gravita de forma estimulante entre lo cósmico y el amor fraternal. Primero por la mezcolanza de ritmos latinoamericanos, beats electrónicos y folklore, todo enarbolado sobre una ascendencia afrobeat. Segundo, a través de sus letras, inspiradas en un viaje que hicieron Suboldi y Vey por el noroeste argentino. Allí documentaron los cantos primitivos autóctonos, como las bagualas y las vidalas. “Fueron ciertos los caminos que/ nuestra sangre hoy hermana/ fuimos lo que hemos sabido ser/ con esta voz”, cantan en “Hermano”, el segundo single adelanto. La voz acompaña, por momentos fantasmagórica, por otros de manera etérea, aunque siempre elevada. Hay un novedoso brío de vitalidad en Agrupación Capitán, de cierta energía sensorial. Definitivamente hay que verlos en vivo.
Rey Mapache – Temporada Uno
Desde Villa La Angostura, Neuquén, emerge Rey Mapache con una propuesta que conglomera indie rock y hip hop, atravesados verticalmente por el rock alternativo. El álbum sigue dos líneas bien marcadas, por un lado a través del matiz rapero, con Tomas Venica haciendo las veces de MC: en primera instancia en “Warro Horror Show”, un track que parece salido del score de una película de David Cronenberg; luego en “Plaza”, con un esqueleto musical más rico donde los sintetizadores marcan el pulso de la canción mientras una guitarra rompe alla Ratatat. La otra vertiente, más clásica, se posa sobre el tridente conformado por “Precipicio”, “Bajar”, el primer single adelanto, y “Nave”, hit instantáneo. Conformado por los hermanos Guillermo y Matías Meier, Tomas Venica, Joaquín Ignacio Brito y Juanse Campos, los Rey Mapache se nutren de amores digitales que quisieron ser reales, científicos locos, espías y naves espaciales. //∆z