Armamos el quinteto más talentoso que encontramos para jugar este 2017: Kendrick Lamar, Phoenix, Cigarettes After Sex, Royal Blood y Fleet Foxes tienen discos nuevos para escuchar a un link de distancia.

Cigarettes After Sex – Cigarettes After Sex

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¿Cuál es uno de los mejores momentos para fumar un cigarrillo? Después de tener sexo, sin dudas. En una relación de armonía total entre el nombre de la banda/álbum y su propuesta sonora, Cigarettes After Sex  está atravesado por melodías sugestivas, lleno de sensualidad y canciones suaves para escuchar en estado de relajación: la calma justo después del éxtasis de placer. La banda fue cobrando protagonismo en You Tube con miles de visitas de usuarios que descubrieron el talento del grupo como un tesoro oculto y, luego de abandonar su Texas natal para sentar en Nueva York su centro de operaciones, empezaron a darle forma a un disco perfecto e irresistible: dream pop envolvente (“K” o “Flash”), romanticismo oscuro (“Each Time You Fall in Love”), remolinos etéreos de guitarra y la seductora voz andrógina de Greg González para redondear unos de los discos debut del año. Como para reforzar el concepto sonoro y dejar en claro el momento justo para escuchar este disco, González le dijo a la revista francesa Inrockuptibles: Me gusta trabajar de madrugada. Es un momento donde todo el mundo está distendido. Siento que los ambientes nocturnos se corresponden bien con nuestra música”. Matías Roveta

 Crack Up – Fleet Foxes

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Seis años demoró Fleet Foxes en entregar su nuevo material. Crack-Up continúa en la senda de sus predecesores aunque de una manera un tanto más oscura, reposada y sobre todo, retorcida. A la calidad sonora y de arreglos a la que nos tiene acostumbrados la banda, se le suma una complejidad compositiva inusual. Alejados del formato tradicional de la canción, la sucesión de partes muy disímiles entre sí, van dando ¿forma? a un mismo tema. La pieza que abre el disco, “I Am All That I Need/ Arroyo Seco/ Thumbprint Scar”, presentada en tres movimientos, funciona como una excelente muestra de lo que se escuchará a lo largo de los 9 tracks: permanentes y caprichosos cambios de intensidad que van de las guitarras acústicas desganadas de los primeros compases a la pared de sonido de las guitarras rasgueadas superpuestas a los arreglos de cuerdas y el exceso de cámara en las voces, para luego dar paso a las siempre redondísimas melodías vocales de los momentos (pocos) más apacibles. Crack-Up es un disco de difícil escucha (imprescindible darle un par de pasadas antes de formar un juicio), que no respeta la estructura tradicional de la canción, sino que se nutre de momentos y destellos desperdigados a lo largo de los 44 minutos del álbum. Juan Alberto Crasci

DAMN. – Kendrick Lamardamn-kendrick-lamar

Kendrick Lamar es el número uno del hip-hop, así sin vueltas. Cada tanto aparecen tipos brillantes que marcan un antes y un después en la historia de la música. Somos contemporáneos de un artista que está atravesando un momento creativo excelso. Disco tras disco sube cada vez más alta la vara. Si en Pimp a Butterfly (2015) demostró cómo rapear, cómo manejar la cadencia y el ritmo, en DAMN. le suma el don de la melodía.  ¿Un ejemplo? “LOYALTY.”, donde comparte las voces con Rihanna. Cuando aparece ella, la canción se rompe en dos. Pareciera que todo el universo dependiera de eso. Se construye un clima adictivo, dos mundos que se fusionan.  Es el mejor tema del disco y uno de los mejores de la cosecha 2017. Hay un cambio sonoro con respecto a Pimp…, ese álbum es una suerte de Aleph de la música negra, contiene la memorial universal de muchos ritmos. Y en DAMN. cada canción es un mundo en sí mismo. Hay de todo: trap en “DNA.”; RnB en “PRIDE.” y hasta un feat. mutante con U2 disparando contra el sueño americano, “XXX.”. Un dato: el año pasado editó untitled unmastered., un mixtape conceptual donde se podía vislumbrar el camino que traza en DAMN.. ¿Cuál será su próximo paso? Joel Vargas

Ti Amo – Phoenix

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El lujo es vulgaridad: eso es lo que parece intentar comunicar Thomas Mars –cantante y letrista de Phoenix- en buena parte de Ti Amo, último disco de la arrolladora banda indie pop francesa. Porque si bien es cierto que en “J-Boy” le habla a su pareja (que se deja embelesar por lo que un negocio tiene para ofrecer, al tiempo que pregunta por más), que en la canción que da título al álbum se pregunta si es mejor tomar champagne o prosecco y que “Via Veneto” hace referencia a una avenida fashion de Roma, la sensación que flota es la de una aproximación irónica a ese mundo de consumismo y derroche: en “Tuttifrutti” habla de la austeridad como mérito y en “Fior Di Latte” deja en claro que no le gusta Los Ángeles porque todo es “demasiado elegante”. En última instancia, nada de esa realidad de fantasía tiene sentido si uno está vacío por dentro, y de allí que en tantas paradas del disco se habla del amor sincero a la persona que se elige como compañero en la vida. Las constantes referencias a Italia y su lengua (Mars mezcla ahora el francés con el inglés, pero además suma palabras o frases en italiano casi en todas sus letras) tienen también una lógica desde lo musical: junto al característico synthpop multicolor y las guitarras de veta pop minimalista que los hizo grandes en Wolfgang Amadeus Phoenix (2009), Ti Amo suma además reminiscencias a la música disco y electrónica italiana de los ’70. Todo suena alegre y luminoso, es la banda de sonido perfecta para un verano europeo pero para escuchar con los pies sobre la tierra.  Matías Roveta


 

How Did We Get So Dark  – Royal Blood

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Un bajo. Una batería. Nada más. Letras que hablan, del amor, el deseo ,la noche, el humo del cigarrillo, la conquista. Un sonido demoledor. Un eco a duetos poderosos, como Black Keys y White Stripes. Una densidad en los bajos que remite a QOTSA -ese pulso entre ominoso y sensual. Estos ingleses oriundos de Worthing continúan en la misma linea que su primer disco, Royal Blood (2014) pero no de un modo repetitivo: aquí profundizan una búsqueda musical. Suenan demoledores. La voz de Mike Kerr, aggiornada con coros angelicales y sexies, está al frente mientras su bajo se convierte en un instrumento melódico y no solo rítmico, efectos mediante. “How Did We Get So Dark”, tema que da nombre al disco, explora su obsesión con la obscuridad (algo que viene de “Out Of The Black”) y es pura pesadez en el sonido y aceleración. “I Only Lie When I Love You” -con una cadencia cuasi stoner y un Ben Thatcher reventando los parches- y “Lights Out” -otro giro a lo oscuro-  marcan el punto más alto del disco. “Es tan aburrido ser lo que querés que sea” canta Kerr en “She´s Creeping” en un modo que remite a Jack White. “Look Like You Know” ejemplifica las explosiones de los estribillos de esta banda, donde el bajo y la batería se condensan y le dan forma a un sonido casi metálico pero bien de esta era. Son modernos, elegantes y evidencian un interés por los contrastes ya desde la tapa de su álbum (con una especie de ying y yang con dos misteriosas mujeres sin rostro). Esta banda, con una propuesta poco frecuente, ratifica su manifiesto sonoro. A no perderle el rastro. Pablo Díaz Marenghi