Lejos de dormirse en los laureles, los  precursores  de la new-wave y el post-punk arriban con Something ELSE For Everybody, un nuevo disco de material que en un principio no llegó a ser lanzado en lo que fue su regreso discográfico luego de un intervalo de 20 años.

Por Damián Jarpa

La dupla compositiva de Mark Mothersbaugh y Gerald Casale grabó en principio un total de 40 canciones, de las cuales menos de la mitad fueron editadas en 2010. Gracias a la re-edición de viejo material hasta entonces inconseguible –llamado Hardcore Volume 1 y Volume 2 (1990)-, se tomó la decisión de que salgan a la luz esta colección de demos, para obvia y completa satisfacción de los devotos fanáticos.

Análogos sintetizadores y baterías electrónicas con ritmos quebradizos casi robóticos sobrevuelan en la mayoría de las canciones, aunque “On the Inside” definitivamente se podría ubicar en la veta más punk-rockera de la banda. Potente y visceral, con un Mothersbaugh desencajado a sus 60 años de edad.

En tanto, algunas canciones cuentan con demasiados arreglos que elevan la calidad de los temas: es el caso de la electro-rockera “Monsterman”, canción que curiosamente se utilizó como banda de sonido en una serie de ciencia ficción que llevó el mismo nombre. “Think Fast”, tiene un gran parecido con “Cameo” editada en “Something For Everybody” (2010) en la cual se destacan elementos poco ortodoxos para la banda. Aparecen la cítara y el bongó, denotando rasgos del trabajo que Mothersbaugh realiza por separado para  películas hollywoodenses  y videojuegos. En sintonía con su cínico e inteligente sentido del humor, “Raise Your hands” y “Message of Hope” son observaciones sobre la saturada industria del entretenimiento. Para el final, en plan homenaje a los Devo japoneses, Polysics, se despachan con una estrafalaria versión de “Don’t shoot me I’m a man”, canción que refleja la actual violencia en la sociedad consumista norteamericana.

Sin perder siquiera un solo miligramo de gracia en sus cuatro décadas de existencia, los incansables obreros de Akron, en el industrial estado de Ohio, continúan viviendo en su mundo paralelo, lejos de las tendencias, por más que hoy en día no realicen obras prolíficas como las de sus primeros discos –el seminal Q: Are we not men. A: We are Devo! (1978). Ese cual sirvió de influencia a músicos de la talla de David Bowie e Iggy Pop. Lo cual no es poca cosa.//z

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