El 2013 da sus últimos chispazos, acá está nuestra selección de las mejores canciones nacionales del año que se nos fue.
“El Encanto” – Atrás Hay Truenos:
Guitarras suaves y limpias abren un tema que obliga a mover el pie o la cabeza. Una voz media, sin sobresaltos, pero correcta, acompañada por un coro, un poco más agudo, llevan hasta el momento en que la guitarra estalla. Esa misma guitarra, pese a su fuerza, no logra tapar a otra que, arpegiada, siempre acompaña. Sutil, melódica y con remembranzas a aquel Jaime Sin Tierra de Autochocador es “El Encanto”. Un mundo de sensaciones, aunque parezca extraño, en tres minutos. A.A.
“Lo quiero mucho a ese muchacho”- Bestia Bebé:
Amigos, fútbol, birra, calle, rock. Podría pasar por una simple canción de radio, pero no. “Lo quiero mucho a ese muchacho” se convirtió en el estribillo más coreado de 2013. Qué alquimia habrán forjado que en cuanto show participen, el pogo está asegurado. Será el sentimiento de tribuna en la voz de Tom Quintans, o la honestidad de las guitarras, o en general la instantánea identificación del público que los sigue desde hace nada, porque Bestia Bebé y su disco debut aún no superan los doce meses de vida, pero ya se sabe que llegaron para quedarse. S.R.M.
“Damero” – Coiffeur:
Una road movie, la cámara se agita sobre el pasto de la escena salvaje, pero los matices son dulces, de una niñez retenida, que se lleva en la ropa como se lleva una hormiga colgada de la remera a la intimidad del hogar. Los daños colaterales de una vida al sol. Pero hay algo de oscuridad que asoma entre líneas. Algo que el brillo de los sintes no puede ocultar y hace de este track, un enigma, casi obsesivo. Un pop que se agita con el pulso interior de un bosque metafísico, y las palabras se hacen carne de ese imaginario: “En la pampa nos dejó un enigma/reverbera y se expande con la noche/cada ser ocupa su lugar y sobrevive”. N.S.C.
“Heisenberg” – Destrozada Formalidad:
Era hora de que el grandioso Heisenberg – personaje principal de la aclamada seria Breaking Bad – tuviera una canción. Los encargados de rendirle tributo fueron los muchachos de Destrozada Formalidad. El monje negro que se ocultó tras los sonidos fue Gordon Raphael, reconocido productor de The Strokes. El track desmenuza la esencia del alter ego de Walter White y lo eleva a la categoría de todopoderoso: “Sé muy bien que nadie es imposible para vos. /Heisenberg, yo sé que nada es imposible para vos”. Totalmente de acuerdo. J.V.
“A los pajaritos que cantan sobre las selvas de Internet” – Indio Solari:
Desde la soledad de Parque Leloir y con la precisión de su aguda mirada, el Indio Solari cranea discos que suelen descifrar el código imperante de cada época y ofrecen inspiradas lecturas sociales en forma de canción de rock. Pajaritos, Bravos Muchachitos no es la excepción y acá el foco está puesto en las redes sociales. Sobre el sonido ambiente del viento, varias capas de teclados de tono siniestro, guitarras que cortan el espeso clima y un coro loopeado con su propia voz procesada, el Indio apunta sus cañones contra los usuarios de Twitter y cuestiona el virtual contacto humano que se da en el “invierno de las pantallas”. M.R.
“Escapemos” – Las Diferencias:
Las Diferencias es una cruza mal parida de la cabeza de Goliat y las plateadas cruces de Black Sabbath. Un “mostro” sonoro. “Escapemos” es una radiografía mutante de Buenos Aires, llena de yeites garageros y sagrada distorsión. Con cada nota describen el bardo y la fauna de la ciudad. Andrés Robledo, científico oscuro de las seis cuerdas, agita en el medio de una encrucijada jodida: “vayamos al norte por la mañana, escapemos”. Hacelo. J.V.
“Noches de Verano” – Los Espíritus:
Tal vez la mejor manera de entender a qué va Prietto con “esas noches de verano / que salía a matar” sea ir al Zas y ver este temazo en vivo. Está al fondo del disco debut de Los Espíritus, en plan coro infinito que se vaya apagando a medida que va saliendo el sol en donde sea que la fiesta esté ocurriendo. Es feliz, inesquivablemente feliz y bailable, escucharlo incluye la cerveza que te estás por tomar. El solo con slide le pone ese toque hawaiano, por lo menos playero. Reconoce que “todos tendremos que cargar la misma cruz”, pero eso empezará mañana, cuando te despiertes con el coro girando en la cabeza: “En las noches, en las noches, en las noches…”. S.R.M.
“Carmelo” – Los Rusos Hijos de Puta:
Los rusos bien fueron una de las sorpresas del 2013, no solo editaron uno de los mejores discos del año que paso, sino que dejaron algunos estribillos que seguiremos cantando por mucho tiempo. Porque… en serio ¿Quién no estuvo coreando lisérgicamente aquello de “carmelo de pepa con vos” aun después de haber escuchado este tema mil veces?. La potencia y la firmeza de Carmelo, la única del disco cantada por Julian Desbats, aumenta en vivo donde se convierte en una invitación al pogo y arenga popular. Larga vida a estos rusos hijos de mil putas. N.U.
“Así” – Luciana Tagliapietra:
La áspera y fresca voz de Luciana Tagliapietra nos invita a adentrarnos en esta fantástica canción de su más reciente disco, La Luna. Y como no ceder ante sus encantos?La cantautora tucumana nos conduce en un viaje donde el apuro no quita la tranquilidad y la paciencia. Paisajes donde el inminente atardecer y la ansiedad por su presencia apuran la marcha,es acompañan la marcha con cuidados arreglos de cuerdas y vientos. Termina la canción, y quedamos ahogados de encanto. N.U.
“Los Pájaros” – Mi Amigo Invencible:
Mi Amigo Invencible a fuerza de un vivo caliente y canciones sin género, se ganó un merecido lugar en la nueva escena independiente. En La Nostalgia Sounddsystem cada tema es un sentido relato de desamor, lucha y búsqueda de un lugar mejor, del pasado que pesa y vive en la memoria. “Los Pájaros”, hit innegable, es una pena mostrando los dientes tras la piel del ritmo. Un acercamiento a la naturaleza salvaje e incontrolable del recuerdo en el sentimiento humano, desgranado finamente en una canción pop. C.K.
“Interferencias Totales” – Pablo Malaurie:
Malaurie compuso un ataque emocional al rock mainstream, un manifiesto de la nueva escena independiente con mucha ironía y precisión: “Los cantantes de mi tiempo te lo están diciendo: nos cansamos de tu voz y de tu aburrimiento.” Sobre un mapa de beats te canta la posta, cita a Pappo, Manal y Tanguito; y acaba con la solemnidad del rock edulcorado. Malaurie planta bandera y dice acá estamos los “sonidos de la nueva era”. Un himno “natural”. J.V.
“La madre de todas las artes” – Pez:
Resumiendo en una palabra: versatilidad. Minimal avisa que jamás podrá alejarse del sonido ancestral de los dientes crujiendo, el de apretar las mandíbulas para hacer un esfuerzo sobrehumano. El oficio de sostener la vida, toda la épica que eso conlleva, la modesta épica del día a día. Entonces el estribillo suena heroico. El tema pasa por climas, por tensiones, por llanuras plácidas de electricidad; atraviesa todo sostenido por un groove indeclinable de bajo y batería, sobre la que el frontman cuelga soleando sin escalas para ir de a poco apagando todo sobre un mismo riff peleador. Como en Iron Man II, Pez demuestra que la fórmula del poder está hoy en el triángulo. S. R. M.
“Capricornio” – Pommez Internacional:
Gatillo fácil, canas zarpados, casillas, tierra, sangre. Pommez (re)construye en una crónica furiosa y precisa la historia del Frente Vital, santo de los pibes chorros. La narración frenética se hace carne sobre la base de una cumbia épica, deudora de Foals. Crece con el correr de la caída del “halcón” y explota en un estribillo inmortal mientras unos shyntes trazan un mapa sonoro en el territorio de la melodía. Cuando me muera quiero que me toquen “Capricornio”. J.V.
“Como la música lenta” – Richard Coleman:
Richard Coleman fue otro de las músicos (chequear, también, The Messenger de Johnny Marr) que en 2013 escribió canciones críticas sobre el avance hacia tanta compresión digital, y sobre la obsesión por la tecnología y cómo eso anula el diálogo entre las personas. Ante esa situación, Incandescente es un disco que insiste en volver a las cosas simples -conversar en un bar, hablar y reírse- y a las bases: escuchar discos reales y leer libros reales. En un álbum sin fisuras ni temas de relleno- el mejor disco nacional del año- brilla un hit de guitarras sobre amor y engaño que avanza rápido sobre un riff pegadizo de acordes urgentes y una gran melodía que el propio Coleman festeja en la letra. M.R.
“En el sueño” – Riki Riki Tave y la Banda Misteriosa:
“Das Pan” – Simón Fuga:
Para los que no los ubiquen, ¿vieron esas cortinas que hay antes de que los locutores de la Metro 95.1 empiecen a hablar después de la tanda? Siempre son temazos que se cortan porque vuelven con el programa y uno quisiera seguir escuchando, que se callara Matías Martin o JP Varsky. Justamente él empezó a pasar a los Simón Fuga y su cheez. Estos animales del funk tributan a los robots franceses cool en siete minutos de dictadura del swing para moverla toda. Seamos instrumentales como ellos y no digamos más nada. S.R.M.
“Todo lo que quiero en este momento, oh!” – Sub:
Confía es un disco que muestra a Sub en su madurez artística plena, un irrefutable registro del crecimiento, donde se aprecia el recorrido realizado hasta el momento, y da pistas (y esperanzas) del enorme futuro por venir. Una muestra es “Todo lo que quiero en este momento, oh!”, claramente un hit. La voz de José Noise muta y encuentra un nuevo nivel y riqueza para la expresión, con uno de los estribillos más pegadizos del año. C.K.
“Besos” – Sue Mon Mont:
Es tan solo una muestra con espíritu lo-fi, un ensayo, un pequeño adelanto de lo que vendrá. Sue Mon Mont este año va a dar el zarpazo, va a confirmar el estruendo que hizo a fines del 2013. Rosario Bléfari armó una nueva banda, un seleccionado de los mejores músicos de la nueva escena independiente: el Niño Elefante, guitarrista de El Mató, Tifa Rex, batería de Los Reyes del Falsete y Marcos Díaz, bajista de Bosques. En “Besos” Bléfari despliega toda su poesía en un microrelato con una melodía cargadísima de rock sónico que te golpea el pecho. Y es tan solo el comienzo. J.V.
“La capital del mundo” – Tobogán Andaluz:
Honestidad brutal, un esperanto sonoro, el fuego sagrado. Facu Tobogán, el pibe de oro, vuelve a hacer de las suyas en “La Capital de Mundo”. En tan solo 2’ 41’’Tobogán Andaluz construye una confesión desesperada llena de punteos de violas asesinas, una melodía devoradora y una plaga que no te podés sacar de encima. El amor en los tiempos de la nueva escena independiente. J.V.
“México” – un día perfecto para el pez banana:
“México” es una suerte de suite popera que, por suerte, dura más de cinco minutos, donde Lucila Escalente parece que cuenta los fatídicos hechos del cuento de Salinger que le da nombre a la banda. Fabián Casas alguna vez escribió: “Salinger ha creado una secta para vencer al miedo a la muerte, al deseo, a la vejez y a la ansiedad de la notoriedad”. Un día perfecto… es parte de esa secta y SUBA su banda sonora. J.V.