Por Hernán Panessi

Diego Trerotola me parece un tipo formidable. Una gema sofisticada flotando aturdida en un inodoro repleto de mierda hedionda. Es gordo –gordo-, ancho –ancho-, cogió con cientos de taxistas igual de gordos que él, seduce constantemente a transeúntes de cuero hirsuto, prefiere a los varones tamaño XXL, se calienta con los viejos, le acarició la panza al director de Re-Animator, choluleó a John Waters en Nueva York, tiene el pelo largo y enrulado, colecciona cartucheras, tiene una remera naranja incandescente de The Ramones, hace headbanging con Las Ligas Menores, es fetichista de los objetos, usa bermudas, anda en chancletas, se sabe de memoria textos de Edgardo Cozarinsky y es un muy agudo crítico de cine. Y, además, tuvo la deferencia de presentarme una banda igual de formidable que lo tiene –no tan en lateral- como protagonista.

En uno de los primeros Festipulenta del 2013, el disco de Bestia Bebé recién salía a la calle. En su tapa, un equipo de fútbol improbable: ningún jugador tuvo nunca tanto rock. Hasta esa tapa. Allí, en una postal de potrero profundo, Trerotola hace las veces de arquero suplente. El primer arquero suplente que posa para una foto en la historia. Y agrandando el combo, me presenta 2×1: banda e integrantes. Así conocí a Tom Quintans, líder de Bestia Bebé. En ese momento, yo estaba atendiendo el stand de VideoFlims, mi pequeño sello de cine independiente. Tom me pidió si no le podía hacer un lugarcito para vender sus discos. Por supuesto que, con semejante portada, la invitación ya garpaba: no podía negarme a que Plaga Zombie comparta espacio con esta curiosidad. Ni viceversa. Tampoco podía hacerlo porque estaba en Festipulenta que, además de ser un imprescindible radar de bandas nuevas, es el mejor lugar del mundo para conocer gente. Así, entonces, vendí un par de DVDs, algunos discos y me llevé uno de los suyos a casa.

No tardé nada en hacerme fanático. Me bastó con escuchar “Omar”, “Lo quiero mucho a ese muchacho” o “Wagen del pueblo”, todos hits instantáneos. Al tiempo, en marzo de 2013, salí al aire con FAN, mi programa de radio. Naturalmente, Bestia Bebé fue una de las primeras bandas que invitamos a tocar. También, a la sazón, nos visitó Trerotola y reforzó la idea de su erotismo calórico, fláccido y barrigón. Y Bestia Bebé siguió sonando. En mi programa, en mi MP3 o, casi en un gesto anacrónico, vía ese CD cuya tapa tiene a aquel equipo de fútbol improbable. Los vi unas cuantas veces en vivo. Debo admitir que lo que más me simpatizó de ellos es lo que siempre odié de todos los demás: cierta futbolización del rock.

RemerasRockera_ Panessi

Pasó el tiempo. Casi un año después, en el Festipulenta vol. 20 –porque lo que uno recuerda en la vida son los números redondos o nada, ¿no?- en el Club Cultural Matienzo, Tom Quintans me chistó. Me llevó hasta debajo de unas escaleras llenas de pibas y pibes y me revoleó una remera acompañada con un gesto de es tuya. Era mía. Sin solución de continuidad, me saqué la que tenía puesta y la reemplacé. Es verde flúor y dice “Bestia Bebé” en negro, como escrito a mano. Me gusta. Es sencilla pero flúor, como yo. Como el flúor –incandescente- y no tan sencillo Diego Trerotola que volvió –una vez más- reinterpretado en forma de hipervínculo: una gema sofisticada flotando aturdida en un inodoro repleto de mierda hedionda. En medio del Puente Gerli, una interzona picante que junta al riñón de Avellaneda y al estómago de Lanús Este con el corazón de Lanús Oeste, un tipo me dijo «Hey, loco, qué masa esa remera, mi hermano está en la tapa del disco de esos pibes». Por supuesto que le pregunté: «¿Cuál es tu hermano?». Y la respuesta no hizo más que certificar lo que estaba suponiendo: «El gordo», me dijo. Y no faltó nada más.//z

Hernán Panessi (Avellaneda, 1986) es un periodista especializado en «cultura pop» y abraza con cariño esa simpática entelequia llamada «cultura juvenil». Escribe semanalmente en el Suplemento NO del diario Página/12 y todos los meses en las revistas Los Inrockuptibles, THC, Playboy, Irrompibles, NaN, Haciendo Cine y La Cosa. Conduce FAN, programa que va los domingos por Radiolexia. Sacó un libro –Periodismo Pop-, está por sacar otro –Historia del cine porno en Argentina– y prepara un tercero –unas conversaciones con maestros, aún sin nombre-. Es co-director del sello independiente VideoFlims, da talleres de Periodismo en el Centro Cultural Rojas, presenta rockumentales en el ciclo La Pesada del Doc en Radio Nacional, edita el catálogo del Festival Buenos Aires Rojo Sangre, arma listas, come asados, toma birras, actúa en películas de amigos, se hace pajas, recorre pulgueríos, sueña con ser la pesadilla de las amas de casa, mueve la cabeza y el culo lo acompaña.

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