La editorial Letra Sudaca y el colectivo marplatense de jazz ICM (Improvisación Colectiva en Mar del Plata) publican este imprescindible libro de entrevistas a quince figuras del jazz.
Por Juan Alberto Crasci
Ben Sidran (Chicago, 1943) es pianista, compositor, cantante y periodista. Y conjugar las actividades y conocer de música en profundidad da pie a que las entrevistas de este libro sean tan jugosas y relajadas. Realizadas entre 1984 y 1990 para el programa Sidran on record de la radio pública estadounidense, las entrevistas discurren como charlas entre pares apasionados por la música y por el devenir histórico de un género tan vasto e inabarcable como casi ningún otro en la historia de la música.
Si algo queda claro luego de leer estas entrevistas es la gran diferencia estética, estilística y conceptual de cada uno de los participantes ―quince monstruos del mundo del jazz―, como también el profundo respeto por la tradición, los viejos maestros y los compañeros de agrupaciones. En pocos géneros se hace tan evidente el diálogo ―otra dimensión de esta historia oral― existente entre el pasado y el presente, entre la escucha atenta y el estudio de las piezas de otros grandes músicos y la interrelación de todos ellos ―prácticamente todos tocaron con todos― como en el jazz. Y más, teniendo en cuenta que es un género en constante expansión, desde las big bands hasta el free jazz, el avant-garde y el ingreso de los sintetizadores y la interfaz MIDI ―cabe recordar que el libro contiene entrevistas registradas antes del año 1990―, los entrevistados se muestran sumamente respetuosos y conocedores del género, pero con la mirada puesta en el futuro, en la innovación y en la renovación personal, junto al compromiso social de eyectar el jazz hacia adelante.
La visión más crítica de la contemporaneidad está presente en la entrevista a Wynton Marsalis. Dice dos cosas. Una: “La posibilidad de ser mejor expresándote, como ser humano, viene del desarrollo personal. Pero el problema es que en algún momento del camino alguien dijo que el intelecto es lo opuesto a la emoción. Lo más fácil para mí es sentarme y no decir nada sobre la música. Solo que «la siento». Mi hermano menor podría venir y decir eso, él sabe muy poco de música. Pero yo no voy a caer en eso porque entiendo que cuando músicos como Coltrane entraron en un estudio tenían algo específico en mente. Él no entraba y decía: «Siento la música y ahora voy a documentarlo»”. Y la otra: “(…) muy pocas personas en verdad han logrado el conocimiento. Muy pocas personas pueden sentarse con un disco de Miles Davis de los sesenta y decirte lo que pasa en ese disco. (…) En la universidad (…) tienen personas que les gusta la música, que la escuchan. Pero todos podemos escuchar música. Lo que te hace músico es conocer la música. Por eso decís: «Soy músico». Eso indica el conocimiento en la materia. No que podés sentir la música. Porque todo el mundo puede sentirla.” Finaliza: “Una vez leí una entrevista que decía: «Marsalis debe haber perdido a muchas novias». Me reí tanto cuando leí eso, porque la gente de todo el mundo pierde novias todos los días y todas las noches. (…) Lo importante es el conocimiento. ¿Y qué tiene que ver que tu novia te deje con el conocimiento? Tal vez tu novia te dejó y no te pareció que era una situación trágica. Tal vez te puso contento.”.
Los músicos entrevistados por Sidran para este volumen son Sonny Rollins, Miles Davis, Herbie Hancock, Art Blakey, Don Cherry, Paul Motian, Wynton Marsalis, Horace Silver, Michael Brecker, Max Roach, Johnny Griffin, Carla Bley, Mel Lewis, Rudy Van Gelder y Keith Jarrett, equilibrando así la cantidad de trompetistas, saxofonistas, pianistas y bateristas, sumados a un ingeniero de sonido y una compositora, cantante y multiinstrumentista. Están ausentes los testimonios de los contrabajistas y los guitarristas.
Muchos de estos músicos hoy están muertos, y a fines de los ‘80 eran mayores y nada tenían que demostrar en la escena musical, y sin embargo se hace evidente en las charlas la necesidad de cada uno de ellos de continuar tocando, de mejorar, de seguir estudiando y perfeccionándose. La no conformidad es una de las características principales de estos artistas, como así también la fe en el futuro, en la renovación de la escena y la confianza en el papel que los jóvenes músicos tendrán en la historia del jazz. Algo de todo eso queda en la excelente edición de Letra Sudaca que cuenta, además, con la traducción rioplatense de Ana Kauffmann y Nicolás Pasetti. //∆z
Talking Jazz, de Ben Sidran
Traducción: Ana Kauffmann y Nicolás Pasetti
Letra Sudaca, 2017
288 páginas.