Martín Avati, cantante de La ciudad bajo la niebla, reniega de las etiquetas del rock y se prepara la presentación de su nuevo disco, Salir a matar.

Por Santiago Berisso

El Margarita Xirgu abrirá sus puertas, mañana sábado, para la presentación de Salir a matar, segundo álbum de La ciudad bajo la niebla, tras su debut con Te amo. Además de la colaboración de músicos invitados, en este trabajo discográfico contaron con Edu Schmidt en la producción, quien aportó no solo una percepción crítica, sino también su vasta experiencia al proceso de creación de un LP.

Una banda que ya se encuentra segura de lo que tiene que hacer con su música y que en el show de presentación de su último trabajo promete algún que otro agregado aparte de lo estrictamente musical.

AZ: Es indefectible comparar los trabajos discográficos en la obra de un mismo artista. Se suele hablar de distintas etapas que se van recorriendo. ¿En qué momento se encuentran ustedes actualmente? ¿Creen que son más los cambios introducidos en el sonido o la confirmación de lo ya hecho, si lo comparamos con Te amo?

M: Creo que mejoramos mucho la calidad del sonido. Trabajar con un productor artístico y grabar en buenos estudios hace la diferencia, sobre todo porque crece la exigencia y eso te hace mejor músico. Se trabajaron todos los arreglos y las partes a conciencia. Esa es la diferencia que se escucha con Te amo, que es un disco mucho más salvaje. Los dos me gustan, hay que mantener un equilibrio entre lo pensado y lo salvaje.

AZ: ¿Qué consideran que es la madurez en una banda? ¿Cuán cercanos se sienten a ella?

M: Para mí la madurez de una banda llega cuando se empieza a trabajar a conciencia, cuando tenés un lugar propio para ensayar, producís tus propios shows, y cada uno sabe lo que tiene que hacer. Después de muchos años tocando estamos llegando a ese momento, estamos todos convencidos de lo que tenemos que hacer.

AZ: En Salir a matar cuentan con la colaboración de músicos invitados, como Chano Moreno Charpentier (Tan Biónica) y Joaquín Levinton (ex Turf), entre otros. ¿Cuál dirían que es el principal disparador que los incentivó a incluirlos en su trabajo?

M: Los invitados del disco son todos artistas que admiramos y con los que queríamos compartir algo por el placer de hacerlo, ese fue el motor.

AZ: Parecería ser que la presencia de músicos invitados en trabajos discográficos es un fenómeno cada vez más frecuente en cierta escena rockera. ¿Creen que esto habla de una concepción más colectiva y, en consecuencia, menos individualista de la creación musical dentro de la escena o aún falta para que así sea?

M: Últimamente veo mucha colaboración entre músicos, quizás no con participaciones en los discos, pero sí veo una escena donde la gente que de verdad hace música se interesa por lo que está haciendo el otro.

AZ: Salir a matar cuenta con Eduardo Schmidt (ex Árbol). ¿Por qué se decidieron por él para acompañarlos en la producción? ¿Creen que lo ideal es entender a un productor como una voz autorizada, pero que sigue siendo ajena a la banda, o una suerte de integrante más de la banda? ¿El contar con un productor a la hora de grabar un disco es, de alguna manera, un modo de limpiar los resabios de ego que puede llegar a tener un compositor?

M: Edu es un gran facilitador, es un tipo que resuelve situaciones (tanto musicales como extramusicales) de manera simple. Empezamos a trabajar de a poco y todo se fue dando. El productor es ajeno a la banda, y es necesario que así sea para mantener una visión crítica. Y con respecto a la segunda pregunta, aún no hemos tenido problemas de ego, la última decisión la tengo yo (risas).

La ciudad bajo la niebla salir a matar

AZ: Tanto en las letras como en su arte de tapa el elemento femenino parece robarles su curiosidad. ¿Se puede hablar ya de un aspecto característico de La ciudad bajo la niebla, o no deja de ser un elemento temporal atado al cambio?

M: Seguramente eso vaya cambiando, o no. Todavía no lo sé, nos daremos cuenta el próximo disco.

AZ: ¿Se han sentado a escuchar de pies a cabeza el disco o el proceso de grabación lleva más a querer sacárselo de encima por un rato como para que respire un poco y termine de amoldarse en su oído?

M: El disco lo escuchamos tanto en el proceso de grabación que la verdad es que no lo queríamos escuchar más. Yo ahora lo escucho cuando vamos a alguna radio y no me molesta, pero en casa no.

AZ: Si alguien viniera y los encasillara en un género, rock, pop, una combinación de ambas, el que fuere, ¿qué les generaría?

M: No sé, supongo que está bien si necesitan verlo de esa manera. Nosotros hacemos música, todo lo demás es filosofía.

AZ: Está claro que la industria musical ya no gira sólo entorno al lanzamiento de un disco físico. Los shows en vivo, la realización de videos y la posterior promoción en las redes sociales ya parecen ser un parte igual de fundamental. ¿Les resulta atractivo atender a tantas cosas o creen que, a veces, su foco se puede llegar a nublar?

M: Son muchas cosas que atender, pero hay que hacerlo, la comunicación en el siglo XXI funciona así. Pero no hay que perder el foco porque la realidad de una banda es el día a día, si no hay banda se nota. Y si hay banda, la gente se va a enterar, así que tranqui.

AZ: Estarán presentando oficialmente Salir a matar en el Teatro Margarita Xirgu. ¿Por qué decidieron ese escenario? Por el tipo de sala se puede llegar a arriesgar que la puesta en escena les resulta un aspecto relevante. ¿Piensan explotarlo de algún modo en particular?

M: Para nosotros Salir a matar es muy teatral, por eso elegimos el Margarita Xirgu. Va a haber una puesta en escena a cargo de Max Rompo (diseñador del arte del disco), una actriz que forma parte del show, y visuales. No les puedo contar nada mas, lo tienen que ver.//z