Black Fish festejó ayer su 4° aniversario en La Cigale. Les Fleurs y Autopista fueron los encargados de ponerle rock a la fiesta.

Por Claudio Kobelt

Fotos de Gonzzalo Iglesias

“No pasa nada en Buenos Aires” dicen algunos. “No hay gente” mencionan otros. “Enero es la muerte en la ciudad, no hay recitales, no hay eventos” coincide la mayoría de las personas que se quedó rumiando el verano tan cerca del asfalto y la ciudad. El calor agobia, los amigos están en el mar y las bandas, se dice, recién volverán en marzo. Entonces, oh, ¿ahora quién podrá defendernos del verano mortal? El pujante sello Black Fish festejo 4 años de existencia con un evento en La Cigale lleno de amigos, y dos bandas emergentes para descubrir y recomendar.

Todo comenzó con Les Fleurs. Un potente power trio que mezcla el noise y el shoegaze con una fina sensibilidad pop para las melodías, que avanza furioso pero contenido sobre la certera base de su baterista, quien aporrea su instrumento con total salvajia y precisión. No puedo dejar de mencionar a sus otros dos miembros que hacen del grupo algo tan rico  de disfrutar por los diversos elementos sonoros y de personalidad que cada uno aporta a la banda. Por momentos, Les Fleurs es algo completamente cósmico y alucinógeno, pero sus miembros parecen tener total control de esa “limadez”. Encausan el sonido como si fuera un rio bravo y lo mantienen siempre bajo  control y al servicio de la canción, dejando llegar el caos solo hasta donde ellos quieren que llegue.  Una climática  versión de “Mañana en el abasto” lo confirma. “Este es un cover de Wendy Zulca” dicen y arremeten con una oscura y poderosa versión de “Like a Virgin”.  Feroces pero nunca desprolijos, como controlando un incendio que ellos mismo comenzaron, Les Fleurs se retiró del escenario en una intensa zapada sónica que solo ratifica su poder y su intensidad.

Luego, Autopista. ¿Escucharon algo de Autopista? Si lo hicieron olvídense. Este es uno de esos grupos que en vivo re significan todo lo que escuchaste sobre ellos. Es un salvaje power pop, o un punk emotivo. Es Weezer con Foo Fighters. Es efervescencia, pogo y baile.  La fuerte distorsión y  la clara fuerza rocker no manchan las delicadas armonías vocales y la pureza sonora que logran. Autopista es desenfreno: un tema tras otro, velocidad y canción. Este, al igual que Les Fleurs, es un grupo donde miras a cada integrante por separado, observando la tonelada de energía que cada uno brinda. Ale Lago – ex Impermeables y Azul Perro –  canta y toca la batería al mismo tiempo,  y hace ambas cosas bien, mientras comanda esta nave espacial en pleno vuelo rasante. Su guitarrista, con sus saltos, arreglos y fuerza, y su bajista, con pose desafiante y  coros justos, completan la ecuación de este sonido único.  Si el nuevo disco de Autopista logra captar y transmitir la fuerza y claridad de este show, discos del año hagan lugar para uno más.

Ver a Les Fleurs y Autopista esa noche fue ver a dos bandas en el momento previo a su despegue, en el punto justo de maduración. Están explotando ahora mismo. Es cuestión de verlos. Dos grupos únicos, con propuestas nuevas y vibrantes, que traen un nuevo sonido a la escena independiente, y la refrescan renovándola, aportando nuevos aires. De esos que hacen falta en el verano. Feliz Cumpleaños Black Fish, y por muchas fiestas más.