En la segunda entrega de nuestra cobertura del Bafici 20 comentamos cinco películas de distintas secciones. Entre ellas, el estreno argentino que abrió el festival, un clásico de ciencia ficción de los años ’50 y una referente del terror moderno.

Por Martin Escribano

El monstruo de la Laguna Negra (Creature from the Black Lagoon(Sección Rescates / Jack Arnold, 1954)

Si tenemos presente que 2018 fue el primer año en que un largo de ciencia ficción se llevó el Oscar a Mejor Película, que El monstruo de la Laguna Negra, clara antecesora de La forma del agua, forme parte de la programación de este BAFICI viene como anillo al dedo. Jack Arnold, uno de los grandes directores del “cine de monstruos” de los 50, tiene en su haber varios clásicos entre los que se incluyen It Came from Outer Space (1953), Tarantula (1955) y The Incredible Shrinking Man (1957). El monstruo de… cuenta la historia de una expedición científica que viaja al Amazonas para investigar los restos fósiles de un desconocido animal prehistórico. Una vez allí, se encontrarán con una criatura, mitad pez mitad humano (el Gill-Man, uno de los personajes más conocidos del cine de terror y uno de los tantos monstruos de la Universal) que progresivamente le irá dando de baja a varios de la tripulación. El argumento quizás pueda sonar aburrido y es verdad que los personajes pecan de sosos e irritantes, pero adentrarse en esta versión clase b de La bella y la bestia vale la pena por sus escenas subacuáticas y, cosa poco habitual, por el monstruo, una criatura que al mismo tiempo logra ser ridícula, simpática y hasta cautivante.

Mulholland Drive (Sección Rescates / David Lynch, 2001)

Elegida por Les Cahiers du cinéma como la mejor película de 2001 y consagrada por la BBC (tras consultar a 177 críticos de 36 países) como la mejor película del siglo XXI, la joya cinematográfica de David Lynch merece ser vista en pantalla grande para que podamos continuar discutiéndola como lo venimos haciendo desde su estreno. Si se pudiera definir la trama de Mulholland Drive se podría decir que es la historia de dos mujeres – Betty (Naomi Watts), que llega a Hollywood para convertirse en estrella de cine y Rita (Laura Harring), amnésica tras sufrir un accidente automovilístico – pero desde el vamos Lynch se desmarca de la narrativa clásica para adentrarse en otra lógica, la del inconsciente, e intimar al espectador a dar lo mejor de sí para aprehender su festín sensorial de 147 minutos. Onírica y siniestra, sombría y surreal, irracional aunque lógica, Mulholland Drive es una oda al desconcierto, un canto al caos ordenado, un triunfo técnico y narrativo que terminó por consagrar a Lynch como uno de esos pocos genios que le pueden dictar normas al arte.

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Las Vegas (Función de Apertura / Juan Villegas, 2018)

La fórmula de la que resulta Las Vegas incluye comedia, romance, melancolía pero ante todo, humor. El lugar: Villa Gesell. La época: fin de año. Sin querer queriendo confluyen en la ciudad balnearia, y en el mismo edificio, una joven madre (Pilar Gamboa, genial como siempre), su hijo de 18 años (Valentín Oliva, el freestyler conocido como Wos), el ex de ella (Santiago Gobernori) junto a su nueva novia colombiana (Valeria Santa) y una guardavidas veinteañera (Camila Fabbri). Villegas, que ya presentó en el BAFICI Sábado, Los suicidas, Victoria y Adán Buenosayres, pone el foco en los conflictos generacionales y aunque algunos pasajes pequen de acartonados, el producto final es sólido. Quienes no hayan podido conseguir entradas tendrán revancha a partir del 17 de mayo, cuando tenga su estreno comercial.

https://www.youtube.com/watch?v=TIXWrtF2PyE

Wishing Well (Competencia Oficial Vanguardia y Género / Sylvia Schedelbauer, 2018)

Apenas trece minutos le bastan a Sylvia Schedelbauer, japonesa residente en Berlín desde los diecinueve años, para arrancarnos de la narrativa clásica y sumergirnos en una experiencia sensorial breve y eficaz. No hay demasiado para contar: ¿es la historia de un niño que se pierde en el bosque? Buscarle un sentido definitivo a su tercer corto es perder el tiempo. A través de la edición, Schedelbauer nos entrega una consecución de imágenes dinámicas que por medio de la asociación y la oposición estimulan los sentidos. Algo así como un estado de flujo que subvierte nuestra experiencia del tiempo, combinando ritmo, color y movimiento para derivar en poesía.

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El ruido son las casas (Competencia Oficial Vanguardia y Género / Luciana Foglio y Luján Montes, 2017)

Siguiendo la línea experimental de Wishing Well, en El ruido son las casas se suceden, entre la música y el ruido, los sonidos de la ciudad de Buenos Aires. Algunos naturales, como el viento y la voz; otros generados a partir de motores, paredes, globos. Luciana Foglio y Luján Montes entregan planos decididamente originales, como un par de sillas girando al ritmo de un baile estridente gracias a un dispositivo eléctrico conectado a una de sus patas. Poco a poco empiezan a aparecer los autores de estos sonidos, los instrumentos con los que son generados y capturados. Entre trenes, martillos y taladros, las directoras nos llevan de paseo por el mundo nocturno del ambiente experimental audiovisual de nuestra ciudad.

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