A poco de la celebración por su vigésimo aniversario desmenuzamos Paciencia, el primer disco solista de Adrian Paoletti. Un disco clave para la música independiente argentina.
Por Claudio Kobelt
Un singular poeta que canta (o un cantautor de singular poética) con un estilo único -tan magnético como críptico-, una voz inconfundible, y mucho pero mucho misterio. Sigue resultando imposible, aún luego de más de veinte años de trayectoria, describir a la perfección y en su totalidad a Adrian Cayetano Paoletti, un talento irrepetible y una de las voces más profundas y personales que ha dado el rock alternativo vernáculo.
Hablar de él siempre es una excusa para escucharlo, para volver a sus discos, a esos registros vivos y oscuros que atraviesan el tiempo unidos por ese hilo invisible de clara esencia Paolettiana pero siempre distintos en búsqueda y sonoridad. En esta oportunidad, el motivo para volver a mencionarlo y escucharlo no es menor: la celebración por los veinte años de Paciencia, su primer disco solista, una joya invaluable de la canción independiente, desde ese entonces y para siempre.
Si la historia no miente, todo indica al año 1993 como el de la disolución de Copiloto Pilato, el grupo en el cual Paoletti era la voz principal desde 1987 y que fue parte de la primera avanzada sónica de los noventa en nuestro país. Luego de un muy recomendable disco split con El Lado Salvaje en 1992, llamado La Misma Tierra, el grupo se separa tan solo un año después de su edición. “Nos gustaría que las canciones fueran como esos libros que siempre están en tu biblioteca esperando el momento oportuno para hacerte efecto”, decía Adrián en una nota al Suplemento Sí por aquel entonces refiriéndose a ese disco debut, asumiendo y abrazando el lugar de banda de culto que tenían en una escena ya de por sí emergente. Para aquel que aun no escuchó Copiloto, pues sepa que se está perdiendo de mucho: una mezcla de Velvet Underground, Joy Division y Television, propulsado por un dulce lo-fi y comandado por la lirica negra y envolvente de Paoletti.
“Siempre digo que la edición de Paciencia no fue premeditada. Como tampoco lo fue mi lanzamiento solista. Venía de desarmar Copiloto Pilato y mi idea era volver a dedicarme a la literatura, que ya lo había postergado por la música” confesaba Adrián Cayetano Paoletti en una entrevista para Artezeta en octubre del 2014. Ahí mismo cuenta que se fue de viaje y cuando volvió se metió a grabar lo que sería su primer disco solista, el mismo que este año cumple sus primeros veinte años de vida.
Paciencia es un registro vibrante, serpenteante, que atraviesa todo tipo de climas y emociones, que continúa en parte la mística Copiloto pero con otra sonoridad e intención. Aquí la guitarra -ejecutada por Paoletti y Cristian Aldana de El Otro Yo- es luminosa y de una fuerte y cándida presencia. El trabajo guitarrero aquí exhibido, ese de puntear mientras la voz corre, casi como otra voz a dúo, sería una de las principales características que acompañarían y distinguirían a Paoletti durante toda su carrera.
El disco abre con “Mi carro de fuego”, que comienza suave e introspectiva para luego crecer y llegar al clímax con una viola aguda que se clava directo en el pecho. “La suerte es mi enemiga, donde quiera que yo voy / Ella siempre me acompaña, tengo suerte donde estoy” arranca “Cecilia”, el segundo track del disco, un tema perfecto para un atardecer de despedida, a la cual le sigue “Perfil”, canción popularizada por la versión de Cristian Aldana para el disco triple de El Otro Yo llamado Esencia (1997), dueña de una letra enredada y poderosa, con versos inmortales clavados en toda una generación.
“Arcángel relámpago” es una plegaria eléctrica por la calma, mientras que “Transposición” es un choque de energía cruda, la cual se propaga y eleva en “Un día de sol y lluvia”, donde la colaboración vocal de María Fernanda Aldana (luego asidua colaboradora del cantautor) y una guitarra flamígera la vuelven una incandescente gema de pop canción.
Hasta aquí llegaba el Paciencia original editado en cassette, pero ante la insistencia de Fabio Suárez – miembro de Suarez y cabeza del sello FAN discos- de lanzarlo en CD, Paoletti decide grabar unos temas especialmente para dicha edición, y ahí se suman las versiones con banda de “Perfil” y “Arcángel Relámpago”; las instrumentales “Navidad” y “Bienvenidos”; y “La bondad no se nota” y “Al trote”, dos canciones tan oscuras como salvajes, tan reflexivas como exaltadas.
Es inevitable notar cómo cada tema de Paciencia logró convertirse en clásico, canciones que el cantautor aún hoy toca y su público corea y solicita, que definieron y marcaron a fuego su identidad solista. En ese cassette iniciático está todo lo que después profundizaría en su obra no tan prolífica pero intensamente cuidada y honesta. Paciencia es la puerta de entrada al mundo encantador de un artista sin igual. Se dice que un trovador es un poeta que crea y canta versos donde expresa su visión del mundo, pues entonces Adrian Cayetano Paoletti es un trovador que ha sabido trascender el tiempo con obras descomunales, una poesía inigualable y sumamente personal, una particular forma de componer y de cantar una visión del ser como nadie supo, sabe ni sabrá hacer.//∆z
Adrian Paoletti festeja 20 años de Paciencia
Paoletti y Los Impares interpretarán PACIENCIA completo, con 107 Faunos y Ale Schuster (Viva Elástico) como invitados. Musicaliza: Migue Castro.
Ent. $50 Anticipadas – $70 en puerta.