Celebrando 10 años de Sitio Plasma, Los Espíritus y La Patrulla Espacial anduvieron haciendo de las suyas. Acá el relato y las imágenes de la aturdida brillante que ofrecieron en la noche del viernes 16.

Por Seba Rodríguez Mora

Fotos de Flor Videgain

Todos sabemos que las 3 de la mañana es una hora particular. Para bien o para mal, todos tenemos alguna historia que contar sobre lo mágico o lo trágico de una madrugada. La nuestra del viernes para el sábado fue sin dudas de las primeras, así que ahora les contamos lo que pasó.

Se hicieron esperar, porque recién a eso de 2:15 hs. empezaron a enchufar guitarras, ajustar timbales y redoblantes y acomodar micrófonos hasta que todo estuvo en su lugar para arrancar. Los seis Espíritus subieron al escenario de Sitio Plasma en estado de gracia, para meter a la numerosa concurrencia en un trance salsorockero de alta factura. Liderados por Maxi Prietto, ese Omar Rodríguez López rioplatense, la banda se va abriendo como una amapola en cámara rápida. La única vez que quien les escribe había visto a Los Espíritus en vivo -el último Festipez los tuvo como invitados- se llevó la impresión de un conjunto de buenas intenciones truncas por el sonido imperfecto del Lado B en Niceto. En esta oportunidad, desde el primer segundo sonaron genial, apenas aquejados por momentáneas correcciones en los retornos. Fuera de eso, el sexteto (2 guitarras eléctricas, una acústica haciendo la rítmica, bajo, batería y un notable percusionista) pone a andar la máquina de flashear a través del contrapunto de la guitarra multiefectos de Maxi y la otra eléctrica, más pelada y digitada sin púa. Además, batería y percusión edifican desde el fondo el beat nervioso que como mínimo mantiene la rodilla en constante movimiento. Repasaron la mayoría de los temas de sus tres EPs disponibles en Bandcamp, entre los que destacan “Lo Echaron del Bar”, “El Gato” y “Jesús Rima” con Cruz, entre otros. El set terminó ahí arriba, como el final de un musical hollywoodense en el que todos cantan y bailan, pero digamos no tan sobrio.

Minutos después arrancó la bola de rock que La Patrulla Espacial se trajo desde La Plata. El cuarteto desparramó riffs pendencieros por todos lados para deleite de las chicas seguidoras, que junto con otros parroquianos poguearon de punta a punta la lista de temas. Con letras pegadizas y también bastante repetitivas, las melenas se agitaron por todos lados y me quedé sin oído izquierdo por pararme al lado de los parlantes y no mandarme al amontonamiento en “Carretera Perdida”, de esos temas que Riff nunca compuso pero estos pibes heredaron a la perfección. En la otra punta del escenario nuestra fotógrafa también se tentó, pero la cámara es frágil. A todo esto, Tomás Vilche canta grave mientras juega al tenis de solos con Lucas Borthiry, y en esa estructura es donde mejor se siente la banda. Batería y bajo se complementan en el continuo que precisan, por ejemplo, “Días Futuros” y “A Través de la Noche”, este último un gran tema lleno de cambios de tempos y bajos a lo “One of These Days” de Pink Floyd, pero más garagero y peleador. Se los puede escuchar en su excelente versión de estudio, con un LP homónimo grabado en el sello Sadness Discos, pero mejor si los ven en vivo, porque vibran de actitud y potencia rock.

Con el sol saliendo entre las calles de Barracas, Sitio Plasma cerró por esta vez una gran fecha. Los Espíritus y La Patrulla Espacial, dos bandas amigas rockearon a pleno desde sus diferentes estilos otra madrugada de festejos por los una década de escenario para el indie porteño. Y todos nos volvimos a casa un poco más arruinados, pero felices.