“Music is My Girlfriend” tuvo una noche con mucho power pop, cortesía de Valle de Muñecas.

Por Damián Jarpa

Fotos de Florencia Videgain

La noche del viernes nos convocó para asistir al recital de Valle de Muñecas en el Salón Pueyrredón, el mítico reducto de “Palermo Bronx” o sea, Godoy Cruz y Avenida Santa Fé, a pasos de una reconocida pizzería. Una noche en la que compartieron escenario con los platenses, Norma y los chicos en ascenso, Le Premier Enfant. Todo bajo el ciclo organizado por la troupe de Scatter Records, el ya clásico, “Music is My Girlfriend”.

Sin embargo, está vez vamos a focalizar la mirada en lo que fue el recital de los muchachos de VdM, liderada por el ya legendario sobreviviente de los 90’s, Mariano “Manza” Esaín, que a fuerza de sus anteriores bandas y varios proyectos hoy y desde hace un tiempo es una figura obligada en la escena independiente. La banda recorrió su repertorio, ya conocido por sus fieles fanáticos que asistieron religiosamente a la velada.

Pasada la medianoche, el grupo comenzó con la elocuente, “Ni un diluvio más”, tema perteneciente a su ultimo disco, La Autopista Corre Del Océano Hasta el Amanecer (2011). Luego se despacharon con “Game Over” y “Doiban”, que levantaron la temperatura de la audiencia.

Hay que destacar la entereza y entrega de la banda en cada show, así como Manza apostado con su fiel Telecaster, sumadas a la emoción y arpegios de Fernando Blanco armado con su Fender Jaguar blanca, logran conjugar una fórmula que le extrae al público todas sus emociones más intensas.

El recital transcurría de la manera más sobria, con unas tímidas declaraciones de Manza, entre canción y canción, sin dejar de mencionar que el mes que viene serán teloneros de los pioneros del rock alternativo, Dinosaur Jr. en una jornada histórica.

En fin, sigamos con el set de VdM, la sorpresa fue la sutil aparición de la hipnotizante y melodiosa “Días de Suerte”, un tema que se remonta al disco Folk (2007). Con ese estribillo tan empalagoso. Sin embargo, el beneplácito público disfrutó con gran fervor de “La Soledad No Es Una Herida”, que se ha transformado en un nuevo himno de la agrupación. “Gotas en la Frente” es marca registrada de un inspirado Esaín que con sus alegres y vitalizantes acordes logra su cometido de ir poniéndole dulzura a la noche.

La velada prosiguió con “Vanidad” y “Mapas”, que se caracterizaron por su clase y calidad, sacándole jugo al power pop y en búsqueda de esa nota que te haga lagrimear, como bien dijo, hace 20 años, Gerard Love, bajista de Teenage Fanclub, una de las bandas precursoras del sub género. Así y todo también hubo lugar para otra canción de Folk, la casi bailable “Tormentas”.

Fueron doce temas que pasaron volando, sin embargo el público arengó fervientemente, pidió por más y la banda se despachó con dos bises para concluir lo que fue una prolija dosis de brilloso power pop para una templada noche porteña.

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