El supergrupo de hardcore punk liderado por Keith Morris -ex Black Flag- lanzó su tercer álbum de larga duración. Wasted Years vuelve a las fuentes y se mantiene agresivo, aunque también constante y monótono.

Por Pablo Díaz Marenghi

Cualquier amante de la música que se tope con lo último de OFF! –Wasted Years (WY)- hallará una propuesta casi circunscripta a los fanáticos de un género: hardcore punk. Es innegable que WY conserva el aura del sonido que caracterizó a una época, así como también nadie puede dudar de su monotonía. El disco puede calificarse con sencillez como “más de lo mismo”. Sin embargo, es una muestra cabal de una época trasladada al presente y un menú musical atractivo para todos los adeptos al estilo. La sinceridad de sus músicos a la hora de tocar se encuentra contenida en cada una de las letras y melodías de WY.

“Void you out” abre el disco con un zumbido clásico del género; se oye un “One, two, three, four” de fondo –bien ramonero- y luego arranca la guitarra furiosa -casi stoner- y la voz aguerrida de su cantante –ex Black Flag y Circle Jerks– Keith Morris a gritar desaforado. Es curioso ver el video de este tema, en donde se lo muestra a Morris cocinando, de entre casa; intercalado con una presentación en vivo y filmaciones del resto de los integrantes: Steven Shane McDonald –bajista de Red Kross-, Mario Rubalcaba –baterista de Rocket From The Crypt y Hot Snakes– y Dimitri Coats –líder de Burning Brides.

El disco es una especie de show en vivo a pura potencia y a las chapas: 16 temas y tan sólo 23 minutos de duración. Al escucharlo, uno se imagina a los punks haciendo pogo y revoleando botellas. Morris escupe cada palabra cual bombardero de la Segunda Guerra. En temas como “Red White and Black”, hasta pareciera lograrse un hardcore todavía más acelerado. Por momentos, pasajes de su voz invocan algo de Bon Scott, ex vocalista de AC/DC. Hay algo de metal en WY: canciones como “Legion of Evil” -con riffs bien pesados y ornamentados a la vez- o “No Easy Escape” –con una base bien metalera que decanta en un torrente punk californiano.

Si hay que citar un punto fuerte en el disco –quizás la variación sonora más notable entre tanto HC punk constante- es “Over Your Heads”: pese a conservar una base punk clásica, esta es más melódica, armónica y elaborada. El torbellino sonoro de OFF! nunca se detiene: “Hypnotized” es otro de esos temas que dan ganas de poguear y cagar a trompadas a quién se nos cruce. En su bizarro video, un viejo drogón yonki disfrazado de superheroes es molido a palos y meado por otro más fortachón. El sonido clásico, crudo, visceral; melodías que rememoran a Misfits o Black Flag y prevalecen en WY.

Si el punto fuerte de WY es su respeto por las fuentes punks, el contagio del sentimiento poguero y desenfrenado, su punto más flaco –quizás para otros podría ser una virtud- es su casi nula renovación del género: suena monótono de principio a fin, como un solo track de 23 minutos al taco. Quizás “Death trip on the party train” aporta una cuota de psicodelia en las guitarras entre tanta rabia punk. La sensación es la de dejarse caer dentro de un torbellino sonoro –desenfrenado, crudo, sin límites- que puede resultar ambiguo para quienes le exijan al hardcore punk que vaya más allá de lo que suele ofrecer.

El ritmo de WY se mantiene constante casi a lo largo de todo el disco: bases de cuatro acordes, guitarras rápidas, distorsión, zumbidos y gritos de su vocalista. Pese a esto, los amantes del género en su formato clásico, los que no piden innovación y ansían una banda sonora para descargar su rabia cotidiana en un pogo infinito, encontrarán lo que buscan en Wasted Years.

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