El productor estrella Danger Mouse no se queda quieto y se une al compositor italiano Daniele Luppi para darle forma a Rome, un álbum mayormente instrumental inspirado por las bandas sonoras de las películas del género spaghetti western. También participan en el trabajo Jack White y Norah Jones obsequiando sus voces.

Por Emmanuel Patrone

Brian Burton, alias Danger Mouse, expresó en una entrevista a la revista New York Times que su acercamiento a sus trabajos, tanto como compositor pero especialmente como productor, tienen mucho de auteur cinematográfico. No importa lo que haga –ya sea creando aquel célebre chiste del The Grey Album, que fundía al Álbum Blanco de los cuatro de Liverpool con The Black Album de Jay-Z, aliándose con Cee-Loo Green en Gnarls Barkley o con Sparklehorse y una catarata de cantantes más en Dark Night of Soul-, todo, en algún punto, lleva su marca; desafiando géneros, estilos e intérpretes (si hasta U2 lo llamó para su próximo álbum). Rome, su última aventura, es un trabajo que duró 5 años en nacer. Esta vez encontró a su media naranja en el compositor italiano Daniele Luppi. Lo que se sabe de Luppi es relativamente poco a lo que se sabe de Burton/Danger Mouse: es, principalmente, un compositor de soundtracks de películas, aunque también tuvo que ver en la producción de discos, entre los que se destaca Mondo Cane, el disco de covers de clásicos del pop italiano de Mike Patton y algunos trabajitos componiendo arreglos orquestales para Broken Bells y Gnarls Barkley, es decir, otros proyectos de Danger Mouse.

La inspiración más citada para Rome son las bandas sonoras de las películas encasilladas en el género spaghetti western, aquellos films ambientados en el Lejano Oeste –con sus dosis de polvo árido y tipos recios desenfundando pistolas- que en los 60’s le dieron oxígeno al género y que llevaban el prefijo de la pasta alargada porque eran producidos y dirigidos por artistas de la península itálica. Tal vez el trabajo más célebre entre estas sea el de Ennio Morricone en El bueno, el malo y el feo, que al parecer le voló la cabeza a Danger Mouse, tanto o más que ver a Clint Eastwood en pantalla cargándose a varios tipos sin que se le caiga el sombrero. Si agregamos esta última información al background cinematográfico de Luppi y la filosofía auteur del creador del Grey Album, no estaríamos errando si decimos que Rome es un álbum que nace como la banda sonora de una película que no existe, pero que puede ir formándose en la cabeza del oyente en el transcurso de los 35 minutos que dura.

O, por lo menos, parece ser estar estructurado para que la experiencia asemeje a la de una película: hay una introducción llamada “Theme of Rome” (el momento más spaghetti western de todo el disco: ya ahondaremos en este tema), pequeños intervalos y piezas, tanto instrumentales como cantadas, que vendrían a ser las escenas fundamentales de la película imaginaria. Las cantadas, por su parte,  cuentan con las participaciones no muy alejadas de la perfección de Jack White y Norah Jones, que, si continuamos con la lógica cinematográfica de Rome, serían los actores principales, y encarnarían a una pareja elegante perdida en las calles de la capital italiana. Cada uno presta su voz para tres canciones. El ex White Stripes aporta su fraseo salvaje y por momentos frágil en “The Rose With the Broken Neck”, “Two Against One” y “The World”. Por otro lado, Norah Jones hace su gracia y le otorga sensualidad con sus suaves cuerdas vocales a “Season’s Trees”, “Black” (anótenla para el resumen de las canciones del año) y “Problem Queen”.

El disco asombra por el detalle de los arreglos orquestales y corales, empapando la atmósfera con un aire retro pero a la vez muy moderno. En este último punto, Danger Mouse puede ir a dormirse tranquilo: ese aire moderno significa que el norteamericano consiguió darle su toque estilístico personal a Rome. El componente spaghetti western hartamente nombrado está en el disco, pero no se hace sentir mucho más que la influencia de otros materiales, como por ejemplo el folk (en Rome hay mucho sonido tenue de cuerdas de guitarras acústicas) y el pop sinfónico de los 70’s (escuchen ese bajo musculoso y traten de no pensar en Histoire de Melody Nelson de Serge Gainsbourg). En definitiva, Rome es un trabajo muy refinado pero con una tendencia a lo épico a la vez, intrínsecamente cinematográfico en su concepción y factura y de lo más destacado que se va a escuchar en este 2011.