A un mes de la salida de su nuevo trabajo, Distorland, Peter Holström y Zia McCabe dialogaron con ArteZeta sobre el disco que se viene, el negocio de la música y el sueño cumplido de tocar, por 20 años, con amigos.

Por Agustín Argento

Antes de sentarse para le entrevista, en la parte trasera de Niceto Club, los integrantes de The Dandy Warhols posan para las fotos con una sola exigencia: “Queremos que tengan un estética punk”, pide el guitarrista y cantante Courtney Taylor-Taylor. Junto al baterista Brent DeBoer -quien consultaba por un supermercado para comprar un desodorante- se queda en la calle, sentado en las escaleras que dan a la calle Humboldt. Hacia adentro van la tecladista Zia McCabe y el guitarrista Peter Holmström.

Mientras Zia se cambia las sandalias por unas zapatillas de lona, Peter mira su celular, levanta la cabeza, y pregunta: “¿Dónde hacemos la entrevista? Acá hay mucho ruido”. Encuentran una mesa ratona con dos asientos, a un costado de la tropa que trajeron desde Portland, y, con timidez, Holmström dice: “Un minuto”, y regresa con un banquito para que el cronista se pueda sentar.

“Nosotros no supimos jugar el juego. Nunca hicimos lo que los grandes sellos quisieron, sino lo que nosotros quisimos, y eso, a veces, no fue lo correcto”, lanza con suavidad el guitarrista, pero, sin arrepentimiento, agrega: “Sólo nos importa tocar nuestra música”. Su colega de banda y amiga asiente con la cabeza y ahonda: “Para nosotros, estar en un sello grande no es una opción. Ahora estamos por nuestro propio camino y creo que fue una buena idea. Muchas de las bandas que son masivas tienen compromisos; nosotros, no”.

En abril, según anunció el grupo, saldrá el álbum número 12 (Distorland), editado por su propio sello discográfico. Atrás, dejaron el contrato con Capitol Records, con el cual sacaron inolvidables himnos como “Not if you were the last junkie on Earth”, “We used to be friends” y “Bohemian like you”, entre otros, y gracias los cuales consiguieron la atenta mirada de David Bowie en un show en Glastonbury.

“Cuando tocás para 65.000 personas -explicó Zia- está buenísimo, pero cuando tocás para 75 también, ¡aunque te asusta un poco más porque les ves las caras! Por eso, la calidad del show no depende de la cantidad de gente que haya en el lugar”. Y en Argentina, también flucturon entre esos dos polos: En 2008 se presentaron en un Personal Fest, mientras que en enero pasado tocaron en Niceto para 800 personas.

En cuanto a Distorland, Holström, encargado junto a Taylor-Taylor de las composiciones del grupo, avisa que va ir por el mismo camino de This Machine (2012), aunque durante los tres años que se tomaron para trabajarlo, la placa sufió varios cambios, en cuanto a la estética, porque “al comienzo iban a ser todas guitarras, después todos teclados, pero al final se decidió hacer una mezcla de ambos”.

En medio del reportaje, uno de los asistentes de los Warhols se puso a probar un drone en medio del salón. Enfocados en la entrevista y con un excelente humor pese a los interminables vuelos de la gira, Zia McCabe corta su respuesta y pidió: “Chicos, por favor, ¿pueden esperar un segundo? No podemos escuchar nada”, tras lo cual todos rieron y ella continuó: “Siento que dentro de ese gran árbol genealógico que es el rock, nosotros ya tenemos nuestra rama”.

Con 20 años de carrera, The Dandy Warhols es una de las pocas bandas que se pueden dar el lujo de haber cambiado a sólo un intengrante del grupo (Eric Hedford se fue en 1998 y entró DeBoer). Esa unión, tanto para Zia como para Holström, le da un gusto especial a esta banda que se formó a la par de los Brian Jonestown Massacre y que tiene su documental (Dig!, de 2004).

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“Cuando empecé a hacer música con Taylor -comentó el guitarrista-, jamás pensé que duraríamos más de cinco años. Si recuerdo cómo era en esa época, no había nada que durara más de cinco años en mi vida”. Zia, a su vez, agregó sus impresiones: “Estamos sorprendidos y nerviosos por estar 20 años en la música. Nerviosos, porque es una industria insegura, en la cual no hay estabilidad laboral. Sorprendidos porque si bien siempre me imaginé haciendo música con amigos, nunca pensé que podía vivir de ello”.

Varias son las bandas que también tuvieron sus hits y que luego se convirtieron en masivas, sobre todo entre las surgidas en Estados Unidos en los ’90, que llenaron estadios y hoy siguen en los primeros planos. Sin embargo, a pesar de tener recordados discos como Dandys Rules, Ok? (1995), … The Dandy Warhols Come Down (1997) o Thirteen Tales form Urban Bohemia (2000), los Warhols jamás pudieron lograr la masividad a la que parecían destinados.

Sueltos y contentos por seguir viviendo de la música con amigos, a Holström y a Zia parece no preocuparlos esos “errores” que cometieron. Por el contrario, se los ve relajados y disfrutando del presente del grupo. Un presente que los trajo a Buenos Aires luego de 8 años y que amenaza con traerlos otra vez. “Con nuestro nuevo álbum vamos a volver a Argentina. Y con más tiempo para conocer Buenos Aires”, avisa Holström, quien, definitivamente, tiene el look punk que buscaba en las fotos.//∆z