AZ habló con Ernesto Pasarisa, voz y guitarra del conjunto uruguayo, sobre su trayectoria, su presente y su búsqueda musical antes de su show de hoy en San Miguel.

Por Pablo Díaz Marenghi

La República Oriental del Uruguay suele ser una cantera inagotable de músicos y bandas de múltiples estilos. Rockeros y candomberos, trovadores urbanos y payadores rurales, lisérgicos experimentales y clásicos empaquetados; mainstream e independientes. El concepto “banda uruguaya” se reproduce, renace y se resignifica. Un ejemplo de la versatilidad emanada al otro lado del charco es el propuesto por The Blueberries. La banda compuesta por Ernesto Pasarisa en voz/guitarra, Joaquin ‘Yonky’ Lucero en guitarra, Fede From Hell en Batería y Sofia Gonzalez  en bajo cuenta con dos discos grabados –The Blueberries (2010) y The West (2012)- y están próximos a grabar el tercero –Un fin de semana en Chernobyl-. Su sonido, con letras en inglés y una impronta rockera cuasibritpopera, recuerda a bandas como The Strokes o Franz Ferdinand pero “a la uruguaya”. Un estilo fresco y propio de un grupo de amigos que juntos realizan la música que sienten, sin auto limitarse, surfeando por entre medio del caos. AZdialogó con Pasarisa respecto a los orígenes de los Blueberries, su forma de ver la música, sus proyectos futuros y su próximo show en la Argentina, el 22 de agosto en el Centro Cultural Raíces, San Miguel.

AZ: ¿Cómo y cuándo surgen The Blueberries?

Ernesto Pasarisa: Arrancamos a fines de 2007, hace ya casi 7 años en un ida y vuelta entre Solymar Norte y Montevideo -Puta cómo pasa el tiempo!-  Solymar Norte queda en la periferia de Montevideo y es el lugar donde crecí. Tenía una cuadernola llena de canciones armadas que traía conmigo de mi paso por otras bandas –venia tocando desde los 14-  y junté a amigos para tocarlas. El tiempo pasó, hubo gente que se fue y otra que llegó a la banda. Siempre fuimos bastante caóticos.

AZ :¿A qué se debe el nombre de la banda?

EP: Al momento de ponerle un nombre a la banda no teníamos mucha idea. Éramos unos niños de 19 años haciendo canciones. Ese mismo año, fines del 2007, se dio la noticia de que Uruguay era uno de los exportadores más grandes de arándanos del mundo. Lo que nos causaba mucha gracia porque hasta ese momento nadie en Uruguay sabía que mierda era un arándano. Fue ahí que decidimos llamarnos Blueberries, arándano en inglés. Una fruta rara por estos pagos donde abundan las manzanas.

AZ : Son de Uruguay, lugar en dónde siempre han surgido bandas interesantes y, dentro de la nueva –o no tan nueva- escena independiente en particular, también hay exponentes destacados como La Hermana Menor o Carmen Sandiego, por nombrar algunos. ¿Cómo describirían la escena uruguaya?

EP: Bueno, en realidad La Hermana Menor es una banda que tiene cerca de veinte años. Siempre fue una banda de culto pero recién hace pocos años logró popularidad. Algo similar, pero con menos cantidad de años, pasó con Carmen Sandiego. Justo mencionaste dos bandas con los que somos amigos. El tema de los años ha sido siempre la tónica en la escena local. Todo pasa muy lento y demora en crecer. Pero por otro lado hay una gran cantidad de bandas apareciendo todo el tiempo. Cada uno juzgará si le gustan o no, pero se están haciendo cosas. Eso es bueno. Pero todo demora mucho en madurar. En parte porque somos pocos, en parte porque somos lentos y en parte porque somos bastante vagos.

AZ: En su disco The West, su segundo álbum, se nota una crudeza en el sonido, las guitarras y tonalidades propias del garage y el rock alternativo británico que ya se evidenciaban en su disco debut pero que quizás se potenciaron en el segundo. ¿Ustedes comparten esto? ¿Notan un crecimiento de su disco debut a su segundo álbum?

EP: Completamente, hay grandes diferencias entre el primer y segundo disco. Inicialmente los años: el primer disco lo grabamos con 21 años y sin tener bastante idea de lo que estábamos haciendo. El disco tuvo una explosión que nos hizo crecer muchísimo, girar, tocar y ganar experiencia. Desde un punto de vista letrístico, las canciones del primer disco las escribí entre mis 17 y 19 años. El segundo disco, The West, tiene esa diferencia porque si bien salieron con dos años de diferencia, son canciones que tienen una diferencia de casi 6 años entre ellas. Por otro lado, en nuestro primer disco Max Capote se ofreció a hacernos la producción artística ad honorem y, si bien estuvo muy bueno porque aprendimos mucho con él, para el segundo tomé las riendas de la producción porque sabía el sonido que estaba buscando. Creo que además del crecimiento natural que se da con los años en una banda hay mucho más de nosotros en el segundo disco.

AZ: The West es también un álbum conceptual que se relaciona con una idea casi apocalíptica tuya:  ”Hay que volver a la ciudad, ya no sin nombre, pero siendo lo que antes no fui. Los zombies no han muerto, siguen ahí, al firme, esperando, acechando en las esquinas de esta ciudad desértica. Esto está muy jodido, no queda solución. Que caiga fuego del cielo, bienvenidos al Día 3000″. ¿Cómo fue el pasaje de este concepto hasta su materialización en canciones?

EP: Sí y no. Al menos yo no lo veo como un disco conceptual del todo, si bien es cierto que hay una idea que atraviesa todo el disco, un relato, que en cada una de las canciones se va cruzando con otras, entrelazándose y generando un enramaje. Si bien es un disco ligado a ese texto, en realidad está compuesto por piezas muy personales, desde el plano de letras. El texto y el disco lo escribí en un momento en el que estaba muy complicado. Una vez escrito el texto, me encontré escribiendo canciones que se ligaron inconscientemente con el texto. Pasa que el texto también era una especie de registro metafórico de lo que estaba siendo mi vida en ese momento, no es de extrañar que las canciones también hablaran de lo mismo. Fue algo orgánico y no muy pensado.

AZ: ¿Cuál es, en general, su materia prima a la hora de componer sus canciones?

EP: Eso es muy extenso. Pero supongo que de lo que vemos a nuestro alrededor, lo que sentimos al respecto y lo que nos imaginamos. Como compositor no suelo pensar en tópicos específicos sobre los que escribir, es más, por lo general me doy cuenta meses después de escrita la canción de que estaba hablando. La escritura es una manera vomitiva de vaciar un poco el inconsciente y liberarte. Suelen haber varios temas entrelazados dentro de la misma canción. Nunca pude sentarme y decir ‘voy a escribir una canción sobre la noche de ayer’, tal vez a otros les funciona, pero no es mi caso. Tengo un método un tanto inconsciente/anormal de escribir en el cual simplemente dejo que las cosas salgan sin pensarlo mucho. Digamos: el vómito primigenio, el crudo. Luego de tener eso empezamos a trabajar.

AZ: La mayoría de sus canciones son en inglés. ¿Por qué eligieron este idioma para componer las mayorías de sus letras?

EP: No lo elegimos, fue algo que se dio. Que el primer disco haya sido completamente en ingles fue circunstancial. Al momento de elegir las canciones fueron las que más nos convencieron. Al día de hoy las canciones están saliendo en español y en inglés. La voz es un instrumento más, y así como tenés distintos tipos de viola con su sonido particular, los idiomas funcionan parecido. Ninguno es mejor que otro, son herramientas compositivas. Estoy seguro de que si tuviera un mayor dominio del francés o de cualquier otro idioma también lo aplicaría. Es bastante necio auto limitarse las posibilidades de experimentar y las herramientas para componer.

AZ: ¿Cómo fue la recepción que tuvieron las veces que tocaron en Argentina y, en particular, en Buenos Aires?

EP: Guardamos mucho cariño para con el público y las bandas de allá. Hemos hecho grandes amigos a lo largo de los años y siempre nos han tratado muy bien. Es un de las razones por la que intentamos ir la mayor cantidad de veces que nos es posible.

AZ: ¿Cuáles son sus próximos proyectos en cuanto a grabaciones, giras y shows en vivo?

EP: En este momento estamos componiendo lo que será nuestro tercer disco, “Un fin de semana en Chernobyl”. Estamos explorando sonidos y tenemos inquietudes musicales que nos están llevando por otros terrenos musicales. Desde adentro se ve como una especie de mutante, ya veremos cuando salga. Estamos explorando timbres de otros instrumentos, teclados y mandolinas por ejemplo. También el manejo de atmósferas musicales más espaciales. Estamos entrando en otra etapa de la banda y eso nos tiene muy entusiasmados. La idea es entrar a grabarlo el año que viene.

AZ: El 22 de agosto se presentan en el Centro Cultural Raíces, en San Miguel. Pueden adelantar algo de lo que se encontrará el público en ese show?

EP: Vamos a estar presentando algunas canciones de nuestro tercer disco así que van a tener la oportunidad de escucharlas de primera mano. Además de recorrer canciones de nuestros dos discos previos. La energía de siempre.//z

 The Blueberries se presentará en el Festival Alboradas Maratón, el viernes 22 de agosto, en el Centro Cultural Raíces –España y Sarmiento, San Miguel- a las 22 horas con entrada a $30. También tocarán Los Totales, Marsupiales y Los Peligros.

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