Marina Fages y Los Animales Superforros se presentaron el pasado domingo en Notorius. Crónica de un viaje por paisajes sonoros yrefrescantes sin salir del cemento porteño.

Por Luján Gambina

Fotos de Marina Hoxter

Es domingo por la tarde. La ciudad está cubierta de unas nubes grises y densas, el sol puja por asomarse pero la lluvia amenaza, y es por esto que la promesa de buena música en el Jardín de Notorius quedará para otra oportunidad. Ahora, el público se acomoda entre las mesas y los músicos, sentados y apretados, se disponen al frente para que empiece el show de Marina Fages y Los Animales Superforros.

Marina Fages da inicio al rito con el tema que titula su disco Madera Metal. Es el turno de Los Animales Superforros, que se deciden por arrancar con la canción que abre su EP Coplas, y suena “Coplas del Pensamiento”. A Marina la acompañan Fernando Kabusacki, con su guitarra ilustre, y el príncipe de los vientos, Nacho Czornogas, en saxo barítono y clarinete. Los Animales Superforros están completitos y bien llenos de instrumentos.

La modalidad es 1×1, se van turnando para tocar. Hacia el final se animan y aúnan fuerzas, y entonces los vientos de Nacho se suman en “Chacabit” y la canción suena deliciosa, o el bombo resuena en una versión de “Ballena”, homenaje a El Tronador. Todo se mezcla y fluye. Marina consigue un charango prestado y deja al descubierto la gracia de sus dedos corriendo por las 10 cuerdas.

Es una buena dupla, porque Fages y los Superforros juntos generan un clima de viaje. Su ritmo es como un karma, nos hacen entrar en trance. La voz de Marina es un manto de paz, una invitación a viajar, y Los Animales Superforros son el viaje en sí mismo. Se amalgaman de manera perfecta, como partes de un mismo rompecabezas.

La presentación toma un tinte marítimo y animal cuando Los Superforros presentan la canción de una foca enamorada y Marina, para no desentonar, elige un tema de su banda El Tronador para ir llegando al final. No hay sobresaltos, no se trata de una presentación con altibajos sino más bien de un continuo, se van sucediendo melodías suaves como una serie de odas a los cuatro elementos. Una travesía hasta el centro de la tierra, una sucesión de imágenes y paisajes autóctonos y auténticos.

El púbico pide y Los Animales Superforros tocan una más. La canción se llama “Mar Del Plata”, y tiene esencia costera y voces de mar. No podrían haber elegido una alegoría mejor para darle cierre a la presentación. Sin dudas, este concierto hizo las delicias de la tarde de domingo de verano.