El cine rosarino de animación regresa con una nueva propuesta de humor absurdo y enseñanza didáctica: “Cabeza de ratón: una pinturita de ratón”.

Por Virginia Fornillo

Un ratón como protagonista. Un viaje por el arte rosarino. En el medio, una trama de aventuras y peripecias. El resultado: una historia animada, llena de matices y colores, que logra entretener y, al mismo tiempo, proponer una “mirada didáctica” sobre cada uno de los hechos que acontecen. De esto se trata “Una pinturita de ratón”, largometraje, recientemente pre-estrenado el pasado 4 de septiembre, a cargo del equipo de la Cooperativa de Animadores Rosario, en el marco del “18° Festival Latinoamericano de Video y Artes audiovisuales Rosario 2011”. El film es la segunda gran producción cinematográfica de este reconocido colectivo de artistas rosarinos.  Diego Rolle -realizador de dibujos animados de la cooperativa y uno de los directores de esta película- se anima a contarnos las particularidades de esta realización, y su visión sobre el atractivo “mundo animado” que lo rodea.

AZ: ¿Cómo fue el proceso creativo/realización de la película?

DR: El proceso creativo de la película no difiere mucho que el de cualquier película. Nos reunimos entre todo el equipo para hacer una lluvia de ideas y a tomar nota. Pablo Rodriguez Jáuregui tenía la idea de que la historia gire en torno al arte rosarino, y decidimos que existan unos segmentos dentro de la película dónde se cuente sobre la vida y la obra de cada uno de los artistas plásticos de los cuadros que compra Cabeza de Ratón. Esos segmentos (realizados por Gonzalo Rimoldi y Melisa Lovera) pueden verse de manera independiente y hacen al aspecto didáctico de la película (de manera similar a lo que hicimos en Guía de Rosario Misteriosa). Luego, el guionista Luciano Redigonda, estructuró todas las ideas en un guión formal agregando y puliendo diálogos y situaciones. Hay que destacar que el guión original estaba pensado para que salieran dentro del programa de tv de Cabeza de Ratón en 3 bloques de 3 minutos cada uno. Es decir que estaba fraccionado de manera que cada uno de esos bloques cierren una idea y contengan por lo menos un chiste o gag visual. Sobre esos guiones grabamos las voces (en dónde se destacan las actuaciones de Julián Sansarriq y Sandra Corizzo) y a partir de ahi Lovera y Rimoldi dibujaron los fondos mientras que Pablo R. Jáuregui y BK hicieron los animatics. Esos animatics se dividían en escenas para ser repartidas entre los 6 animadores (Flor Evdemon, Alfredo Piermattei, Néstor Santoro, Ariel Papich, BK y yo) los cuales animábamos a un ritmo de 1 minuto por semana aproximadamente. También enviaba esos animatics a Maxi Falcone que se encargaba de la música original y componía a partir de ellos. Luego yo me encargué de hacer el montaje de video y de efectos de sonido. Una vez terminada toda la temporada del programa de tv tomé todos los fragmentos que componían la historia y los junté para ver si era posible convertirlo en un largometraje. El boceto de largometraje funcionaba, pero había que arreglarlo. Luego de varias modificaciones, agregar escenas y quitar otras, emprolijar algunos planos y agregarle más música original (esta vez a cargo de Fabio García) vimos que podía verse perfectamente como un largometraje.

AZ: ¿De dónde nace la idea de trabajar la historia desde el relato “policial”, y su combinación con el resto de los matices, ingredientes genéricos?

DR: La historia es claramente una parodia a las novelas de Agatha Christie. Era necesario que el protagonista, Cabeza de Ratón, tenga una crisis contundente y clara para que pueda apreciar el valor de las obras que había comprado sin ningún tipo de esfuerzo debido a su acaudalada fortuna. Esa crisis surge con el robo de esas obras. A partir de allí la historia toma dos rumbos: por un lado la investigación detectivesca y por otro la decisión de Cabeza de Ratón de convertirse en artista para reconstruir la colección de arte robada.

AZ: ¿Cuáles son los aspectos a destacarse de esta historia?

DR: Principalmente el aspecto didáctico que se puede encontrar claramente en los segmentos de los artistas plásticos rosarinos, que hacen que la película no sea un mero entretenimiento. Pero también pueden destacarse el humor absurdo y la construcción de algunas situaciones. La película en sí también puede verse como una gran comedia de situación.

AZ: ¿Cómo definirías el aporte que deja el cine de animación en términos formativos, educativos?

DR: Creo que todas las películas en mayor o menor medida, a propósito o de casualidad, pueden tener algún fin educativo. A nosotros nos gusta trabajar claramente en películas educativas, formativas o didácticas. El cine de animación es una excelente herramienta para la educación, sobre todo para los niños, ya que es un medio atractivo y dinámico. Con la Cooperativa Animadores de Rosario siempre nos proponemos realizar películas que diviertan y enseñen. Tratamos de quitarle ese halo de solemnidad que pueden tener determinados saberes relacionados, por ejemplo, con la historia y el arte, temáticas que si no son bien trabajadas, pueden espantar a cualquier niño.

AZ: Por último, ¿cuál sería tu concepción actual sobre la realización audiovisual animada a nivel nacional y local?

DR: A nivel nacional puede verse claramente una industria de la animación, en dónde se producen películas animadas que pretenden cumplir con los standares de las grandes producciones mundiales. Pero principalmente todo se centra en Buenos Aires y los estudios que producen películas propias son muy pocos. Hay polos muy interesantes dónde pueden encontrarse animaciones independientes o más de autor como ocurre en Rosario y en la capital de Córdoba. En algunos casos el trabajo a una escala independiente es considerado como una etapa para llegar a trabajar a un nivel industrial, en algún estudio de Buenos Aires (o, porque no, del exterior). A nosotros nos gusta trabajar a una escala más modesta y más coherente con nuestra realidad socio económica. Principalmente apostamos a películas que muestren nuestra realidad, nuestro entorno más cercano. Que esas producciones puedan ser universales, si, pero que no defrauden nuestra cotidianidad ni nuestra manera de ver las cosas y de vivir.

“Una pinturita de ratón” volverá a proyectarse en El Cairo, cine público (Santa Fe 1120), los sábados 17 y 24 de setiembre a las 18 hs con entrada libre y gratuita y estará disponible para su visualización  on-line.

Más info en: http://www.cabezaraton.com.ar/ http://www.animadoresderosario.com.ar/