Sangre, sudor y muchas sonrisas; eso fue lo que se vivió el pasado sábado 25 de agosto en la decimosexta edición del Resistance Tour, encabezada como ya es costumbre por bandas de las más importante de la escena local. En esta edición Carajo, Jauría y Plan 4, fueron muy bien acompañados por los incipientes, los emergentes.

Por Mauro D’Angelo

Fotos de Leandro  Gilardoni

La congregación de fieles feligreses con sus jeans rotos, piercings y tatuajes tuvo como destino el nuevo templo musical denominado Groove situado en Avenida Santa Fé 4398, Palermo. Las masas en su mayoría adolescentes saltaron y ovacionaron a bandas ya consagradas y a otras que ineludiblemente están destinadas a ello, siempre en base a la pasión y a la fuerza que demostraron en cada una de las interpretaciones. Es una grata satisfacción observar que las bandas denominadas nuevas pudieron plasmar en sus performances un nivel de preparación, trabajo y profesionalización excelsa, mientras que las que ya llegaron siguen expresando esa pasión y adrenalina propias de los inicios y del amateurismo. Una combinación promisoria que ubica los parámetros del under de estos géneros en un escalafón muy alto y, por otro lado, a las bandas ya triunfantes a mantener ese fuego interno siempre activo, vigente.

Las bolas disco que se encontraban colgadas en los techos contrastaban con los alaridos guturales y la distorsión sistemática que las diferentes bandas desarrollaron a lo largo de cada una de sus presentaciones. Las imágenes y videos que desplegaban extraordinarias piruetas y palos del Board-culture servían a modo de interludio entre banda y banda, y de algún modo estrechaban ese lazo fraternal de extremo que tienen ese tipos de prácticas con las excelentes agrupaciones que se presentaron unas tras otras en un lapso de aproximadamente ocho horas. Mención especial y reconocimiento a los plomos que en dichos interines tuvieron la estoica labor de preparar los equipos e instrumentos al mejor estilo boxes de F1, para que los artistas pudieran desarrollar sus actuaciones con un sonido satisfactorio, que salvo por algunas complicaciones al principio (sobretodo con las voces) fue muy bueno.

Derivaciones del Hard-Core, Punk y Metal desplegados de manera majestual en una jornada digna de recordar como intensa y gratificante no sólo para la audiencia sino también para los protagonistas; una fiesta con todas las letras donde la admiración y sobretodo el respeto fueron las principales estrellas.

Las primeras agrupaciones que tuvieron la desafiante tarea de abrir el Festival fueron Clay, del palo del metal se encuentran en pleno vuelo ascendente teniendo como actividad preponderante al corto plazo presentarse en septiembre como teloneros de las bandas Dragonforce y Trivium en El Teatro de Flores. La segunda fue DZS, joven trío Punk que en breve compartirán fecha en Escobar con los Eruca Sativa y la banda de Corvata.

A continuación llegaba Roma, la nueva propuesta del ex Infierno 18 Sergio Munich que decidió abandonar las cuatro cuerdas, y se pone a jugar con otras –las vocales- haciendo las veces de frontman. Con una actuación sólida y apoyados de principio a fin por su ejército de “romanos” (seguramente en breve se ampliará), acallaron a algún que otro escéptico que no creía en esta nueva propuesta, obligándolos a dejar los prejuicios de lado.

La intro de hip hop, daba inicio a la presentación de los Melian. Mix de Post-Hardcore y Screamo al palo, afinados y precisos como un relojito suizo. Tocaron temas de su primer disco Entre espectros y fantasmas y a su vez dieron la buena nueva de la presentación de su nuevo disco Alaska (aún no sacado a la luz) que será en La Trastienda el 2 de diciembre, haciendo la invitación extensiva incluso hasta la abuela. Tras continuar la celebración mediante pelotas playeras tiradas a la muchedumbre, cerraron con la misma contundencia con la que arrancaron. A tenerlos en cuenta.

Cerca de las 19 subían al escenario los Cirse. Finalmente una brisa de aire fresco a la visual tras tantos cromosomas XY sobre el escenario. Arremolinando su cabellera violácea y con una actitud provocadora, Luciana demostró una vez más no sólo ser una chica bonita y se coloca firmemente como nueva Femme Rock (si es que existe el término) criolla.  Cómodos sobre el escenario, se nota que cada vez les es un lugar más propio, donde juegan de locales. Excelente año para ellos que los encuentra, por lo pronto, haciendo audiciones para cubrir el puesto vacante de baterista. A encontrarlo pronto y a seguir camino.

La última banda que se podría denominar under fue Deny. Los de Zona Norte indudablemente se encuentran en un momento de esplendor y los cinco años sobre el lomo dieron sus frutos en lo que fue su tercera participación del festival. Con detalles de synth en sus interpretaciones le dan una vuelta de tuerca interesante al Post Hardcore que desempeñan de manera más que eficaz. La corneta wachiturra que hicieron sonar en más de una oportunidad y la constante invitación a la “fiesta”, fue la marca más clara de lo relajado que se los veía y que realmente lo disfrutaron. Lo vivieron tan plenamente como sus seguidores quienes los apoyaron desde las cercanías del stage.

Finalmente llegó el primer plato fuerte de la noch: Plan 4 señoras y señores. A esta altura Groove estaba casi lleno y estos cuatro muchachos lo hicieron explotar. En lo que fue su debut en las ediciones Resistance, los Pl4n desplegaron todo su poder y más. El “Anselmo” argento Knario (más que canario pichón de dragón) dando la bienvenida con un cariñoso “¡¡¡Hijos de puta!!!” daba mecha a una presentación corrosiva que contó entre otros temas con “En mil pedazos”, “El verdugo”, “La jaula” y “Ella”. Mientras se llevaban al primer “herido en combate” asistido por un Seguridad, el Groove Metal hacía agitar cada vez a la monada. Como siempre Gonzalo Espejo una bestia en la bata, la consistencia de Matías Solo en los graves y para los desprevenidos que no estaban al tanto, Ezequiel Arias en viola reemplazando a Zunni quien se alejó del proyecto recientemente. En fin, una Tempestad musical.

Promediando la noche llegaba el turno de la súper-banda Jauría. Capitaneada por el ex Attaque 77 Ciro Pertusi y secundado por Pichu Serniotti (ex Cabezones), Ray Fajardo (ex El otro yo) y Mauro Ambesi, llevó sus temas a una gran cantidad de fanáticos que se hicieron allí presentes para brindarles su afecto. Con un estilo Punk marcado en sus temas, desplegaron su virtuosismo en temas como “Tosco”, “Adiós a Dios”, “Onírico” (cover de Attaque) y el himno de la banda “Indios Kilme” con el cual cerraron su set. Punto altísimo fue el cover de la canción de Dragon Ball Z, que retrotrajo a muchos a los años dorados de su niñez/pubertad. Remera de Gokú puesta, Ciro cantó “El poder nuestro es” y en esos casi dos minutos lo fue, sin ningún lugar a dudas, de ellos y de todos los presentes. Se despidieron sin antes anunciar una gira por el país junto a Cadena Perpetua.

Para el final, Carajo. La espera para la preparación de su herramental sonoro se hizo eterna. La presión se hacía cada vez mayor y ya a esa altura no cabía ni una púa (si era una mercería hubiese escrito un alfiler). Una pequeña prueba de sonido, en la que el propio Andy -ovacionado por todos-  salió  unos escasos minutos para probar su kit. Se los podía observar esperando impacientemente la salida a escena, hasta que ocurrió. Ya todo chequeado el trío salió decidido, a romper cabezas con una actuación que iba a ser infernal. Lo bien que suenan lo demostraron con temas como “Joder”, “Ironía”, “Ácido” y “Sacate la mierda” (que tristemente no deja de ser actual por sus liricas, en palabras de Corvalán). Mucha firmeza, sin una mínima fisura. Capítulo aparte para el medley de Pantera que en parte es culpable que no haya tanta información en esta reseña debido a que obliga a agitar aunque estés imposibilitado de ello (sí, es una excusa ante la falta de profesionalismo). Cerrando la actuación Corvata agradeció la invitación al festival, a las bandas que compartieron escenario en la fecha y un sentido recuerdo al legendario y querido Gamexane, que también supo ser parte de esa fiesta en ediciones anteriores.

Si se busca la definición en el diccionario de festival, este acontecimiento cumple con todos y cada uno de los conceptos allí planteados. Si existiese definición para el Resistance Tour 2012, seguramente diría: “¡¡¡Festividad del recontra Carajo!!! Pura Vida”.