El director ganador del Oscar regresó a la pantalla grande con una obra en la que muestra los achaques de la vejez en un paisaje de ensueño, con un homenaje a Maradona en la piel de Roly Serrano.

Por Agustín Argento

“A mí me cuidaron mucho. Si bien en cuanto al trato y a la relación profesional no hubo diferencias con respecto a los filmes nacionales en los que trabajé, el dinero y el lujo que manejan es impresionante. Pueden cumplir todos sus sueños como cineastas”, dijo a ArteZeta Roly Serrano.

No es difícil darse cuenta de lo que Serrano comenta con sólo ver la película: dos actores de primer nivel como protagónicos (Michel Caine y Harvey Keitel), otros dos de reparto (Paul Dano y Rachel Weisz), y una tropa de extras y segundas líneas interminables que, como ya lo demostró en La Grande Bellezza, también tienen sus escenas exclusivas.

Michael Caine as "Fred" and Harvey Keitel as "Mick" in YOUTH. Photo by Gianni Fiorito. © 2015 Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved
Michael Caine as “Fred” and Harvey Keitel as “Mick” in YOUTH. Photo by Gianni Fiorito. © 2015 Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved

Como si fuera poco, todo sucede en la ciudad suiza de Wiesen, con los imponentes Alpes enmarcando el filme. Allí, el compositor retirado Fred Ballinger (Caine) se encuentra descansando con su hija (Weisz); mientras que su amigo, el director y guionista Mick Boyle (Keitel), está con un joven grupo de colegas escribiendo un guión.

En los tiempos libres, ambos se cruzan en caminatas por las praderas suizas, donde un sin fin de colores y planos abiertos muestran a la naturaleza en detalle, en una fotografía de ensueño. En esos paseos, los amigos debaten sobre el haber llegado a la vejez, con diálogos  filosóficos sobre el uso de la memoria hasta otros más escatológicos, como la cantidad de veces que orinaron en el día.

“La película es una especie de homenaje a (el director italiano, Federico) Fellini. Es una linda película, mucho más para los amantes del cine”, aclaró Serrano, quien debió subir 15 kilos “porque el director quería a un Maradona bien gordo”. Esta imagen (muy bien lograda) del ex astro del fútbol mundial en su etapa de decadencia pero con destellos de habilidad, encaja a la perfección con las pretensiones de Sorrentino para sus otros personajes.

youth maradona

Inmersos en su snobismo, Ballinger es llamado por la Reina de Inglaterra para que dirija una de las obras en el cumpleaños de uno de sus hijos; Boyle lucha contra una guión al que no le encuentra un fin para la película que califica como su “testamento”; Jimmy Tree (Dano) es un sensible actor recordado solamente por un papel frívolo; la distinguida Lena Ballinger (Weisz), que vive como asistente de su padre, es abandonada por su marido por una banal cantante pop.

Son los destellos de la “juventud”, más allá de su edad, lo que todos los personajes persiguen. Éxito, reconocimiento, creatividad, habilidad y sexualidad recorren la cabeza de cada uno de los interpretados en esta mega producción que no tiene más pretensiones que presentarse como una obra de arte, alejada de los filmes taquilleros y de entretenimiento.

“Yo les fui muy útil y me cuidaron lo mejor que pudieron. La calidad de las cosas con las que trabajan es increíble”, agregó Serrano, a la vez que comentó que gracias a este papel recibió ofertas de trabajo de Italia y España. “Me acercaron propuestas, pero todavía no se concretaron. De todas formas, yo elijo trabajar en mi país, porque quiero apostar al talento local y porque creo que hay mucha calidad en Argentina”, sostuvo.

youth poster

Para el final de la película aparece el fantasma que acosó a Boyle y Ballinger durante toda su estancia en el hotel-spa y a pesar de que es una de las escenas más fuertes y emblemáticas (la eligieron como afiche), Sorrentino comete allí su único error de concepto: elije a la modelo rumana Madaline Ghenea como Miss Universo y, aunque su cuerpo es despampanante, al estar operada no calificaría para el galardón otorgado.

Más allá de este detalle, el realizador italiano concluye una película que si bien no está a la altura de su obra maestra con La Grande Bellezza, le alcanzó para estar prenominada a los Oscar y para demostrar que con la cámara hace honor a la tradición del cine italiano que tan bien representa.//∆z