A lo largo de 2014, Numa trabajó y editó su primer disco. A pesar de los conflictos generados con la sala donde comenzaron la grabación, este cuarteto de rock se sobrepuso a las complicaciónes y sacó un álbum conciso, que expresa los gustos compositivos de los miembros y producido por ellos mismos. Un ejemplo de cómo puede salir muy bien el “Hágalo usted mismo”.

Por Agustín Argento

Joel Roger, cantante y guitarrista de Numa, tiene varios años dando vueltas por las salas del Oeste del Conurbano bonaerense. Nacido y criado en Liniers, comparte sus andanzas con Ignacio Ponzone (tecladista) desde que tiene memoria. Con proyectos musicales a veces cercanos y otras veces no, conocieron al baterista Mariano Potichkin (con quien Ignacio comparte Proyecto Quasar). A este trío, para fines de 2013, se sumó Fernando Fossá en el bajo.

Con la formación completa y comprometida en Numa, empezaron a trabajar su primer larga duración en una sala de ensayo de Flores. Tras una discusión, en la que algunos los ayudaron y otros no se hicieron cargo de sus errores, se quedaron, por decisión propia, sin lugar para tocar. Al comienzo parecía que este disco quedaría trunco, pero,en una búsqueda sin descanso, consiguieron otra sala -a tres cuadras de la anterior- para poder darle fin a su debut discográfico.

“Igual -explica Joel en entrevista con ArteZeta– nunca paramos. Mientras estuvimos sin lugar fijo, seguimos haciendo tomas en el pequeño estudio que tengo montado en casa. Finalmente, lo terminamos en nuestra nueva sala (compartida con Proyecto Quasar y el trío Malviaje) y lo fuimos mezclando de a poco”.

AZ: ¿Por qué decidieron grabar, mezclar y masterizar el disco ustedes completamente?

N: Hace varios años que venimos produciendo de forma casera nuestras maquetas, experimentando con las acotadas herramientas con las que contamos. Por lo que producir nuestro primer disco era, en parte, como el cierre de esa etapa. Tampoco tuvimos el apoyo de ningún sello ni productora, por lo que todo se hizo a pulmón y con lo que había a mano. Por suerte sí contamos con un montón de amigos que nos asistieron y aportaron a la grabación.

AZ: Con el disco ayudaron amigos, pero tuvieron que dejar la sala por una mala experiencia con gente de la música. ¿Cómo ven la colaboración entre las bandas en el under?

N: No creo que el under le escape a una realidad social y tenga su propio microclima. Es como todo ámbito: hay gente que se brinda con cariño a dar una mano y sin esperar nada a cambio y también hay gente que no entiende nada. Igualmente todo nos sirve, los que te dan la espalda o te quieren sacar ventaja de cualquier cosa te están mostrando precisamente que es lo que no queremos ser nosotros el día de mañana. Estamos muy lejos de la idea de formar un ghetto fundamentalista, elitista y kamikaze como el de esta gente.

AZ: ¿Qué diferencias notaron con respecto a grabar en un estudio tradicional?

N: Diferencias hay a favor y en contra. Nuestra producción es íntegramente digital, por lo que perdemos un poco el sonido que tiene la banda en vivo, aunque hayamos utilizado plug-ins profesionales. A favor, creo que los trabajos en estudio suelen ser más concretos, tanto por presupuesto como por la falta de criterio del productor. Acá tuvimos el tiempo de trabajar algunas ideas y hacerlas tal como queríamos; pudimos trabajar un poco mejor las armonizaciones y los arreglos.

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Si bien Joel encuentra cuestiones a mejorar para el futuro, está conforme con el producto terminado. No descarta ir a un estudio en algún momento, pero reivindica la metodología empleada para sacar el primero. Por un lado, el tema económico fue un impedimento; por el otro, la experiencia de haber elaborado todo entre los cuatro es irrepetible: “Es nuestro trabajo, nuestro sacrificio y lo que amamos hacer. También, sabemos que lo que realmente importaba, al menos en esta etapa inicial de la banda, es que se entendiera todo y poner a girar los temas por todos lados lo antes posible, lo que más defendemos son las composiciones, las ideas”, aseguró el cantante y guitarrista.

AZ: ¿Qué cambiarían para el próximo álbum?

N: Nada que no sea parte de un progreso natural de la banda. Si los temas nuevos que vayan surgiendo tienen una búsqueda más profunda, seguramente también pretendamos que nuestra próxima producción esté a la altura y siga su curso evolutivo normal.

AZ: A través de las canciones pasan varios sonidos, tanto de guitarras como de teclados. ¿En qué se basaron para conseguir esa mezcla?

N: Con Ignacio curtimos casi las mismas bandas de pibes. En los Hammond y los estires de cuerdas puede que haya algunas influencias de Deep Purple, quizás; pero básicamente es lo que sale de cada uno, nadie se mete en la composición del otro con respecto al sonido. Lo que suena es algo colectivo.

AZ: ¿Utilizaron algún disco en particular como guía?

N: No, en absoluto. Tenemos influencias claras en nuestro sonido como cualquier banda, pero en la propuesta general siempre se buscó la variedad y no el encerrarse atrás de un solo género.

AZ: ¿Son autodidactas o estudiaron en algún lado producción?

N: La producción fue una consecuencia generada por nuestra necesidad de hacer música y con el tiempo fuimos adquiriendo algún conocimiento a prueba y error; también nos instruimos, pero siempre de forma autodidacta.

El 2015 Numa lo encontrará bastante agitado. Para el verano, la banda pretende producir un video con los temas del primer disco, más alguno nuevo. Si bien no hay otros planes concretos, la idea es tocar todo lo posible: “Queremos mostrar lo que hacemos y compartirlo con todos”, expresó Joel.//z