El cantautor logró contener su costado más progresivo para desarrollar un universo particular al calor de la canción pop. Editó Las sombras que evadimos, quizás su disco más accesible, donde el sonido festivo contrasta con una mirada más bien desencantada sobre el mundo y las relaciones humanas mediadas por la tecnología. Además, algunos conceptos sobre el final de Varias Artistas, este viernes 5 en el Teatro Xirgú.

Por Gabriel Feldman

AZ: ¿Qué es lo que te atrae tanto estéticamente de los 80s?

LM: Hay sonidos y texturas propias de esa época que me conectan directamente con un estado de fantasía que hoy en día es imposible encontrar en la vida cotidiana que tenemos. De alguna manera recupero una esperanza que ya esta pérdida, pero la música te permite generar tu propio espacio y eso es lo que busco. A la vez mis letras cortan con todo esa fantasía, lo mismo que la actitud para cantar. Creo que hago un balance entre fantasía y realidad.

AZ: En las letras de Las sombras que evadimos va apareciendo un trasfondo narrativo de catástrofe. En estos últimos años hubo un auge de libros, series y películas que piensan futuros (y no tan futuros) sombríos. Incluso con los Kuryaki, tu hermano (Emanuel Horvilleur) flasheó también con la ciencia ficción en La humanidad o nosotros. ¿A la hora de armar las canciones ya habías pensado ese universo antes? ¿Hablaron con Emanuel por la coincidencia?

LM: La coincidencia de ideas con otros músicos es algo que se da seguido, más si tenés muchas cosas en común.  Este es un disco más que nada de contacto entre personas, de miedo y esperanza, uno trata que sea personal así que los temas que toco tienen bastante que ver con lo que me va pasando.

AZ: Siento que a veces los compositores pop/rock, al tener que ponerle voz a las canciones y muchas veces cantarlas en primera persona, se restringen de decir cosas para que no se confunda el narrador con el autor. Me parece que vos lo aprovechás y vas encontrando diferentes personajes. Mezclás mucho el drama con lo cómico o absurdo, sin miedo al ridículo o la cursilería. Cuando empezabas, en tiempos de A-Tirador componías en inglés, ¿te costó encontrar tu registro?

LM: Ir perdiendo el miedo a decir cosas fue lo que hizo que encuentre mi estilo, que es un poco todo lo que vos mencionás. Al principio, cuando tenía 17 años, tiraba alguna frase en inglés justamente porque no sabía aprovechar la potencia de una letra. Tampoco tenía mucho que decir. Con los años me fui soltando y animando me a escribir. No sólo para mí, sino también desde otros lugares para otros músicos.

AZ: ¿Crear historias es sólo complementario para una melodía? ¿Escribís ficción aparte?
LM: Por el momento solo hice canciones, mi relación con la lectura es prácticamente nula, sólo les leo cuentos a mis hijitas, quizás en algún momento con más tiempo me anime a escribir algo.

AZ: ¿Antes de dedicarte la música profesionalmente en sus diferentes roles –compositor, intérprete, productor-, tenías otros planes en mente? ¿Pensabas estudiar alguna carrera en particular?

LM: No hubo tiempo, la música estuvo desde muy chico y ya estaba metido en esta historia.

AZ: Tanto en Presión Social, con sus canciones y videos, como en Las sombras… me parece acentuada una vibra oriental ligada al autoconocimiento, a alcanzar la comprensión. ¿De dónde viene tu interés por lo espiritualidad oriental?

LM: Yo no me considero muy espiritual. En el disco hay algunas canciones que van por ese lado pero son historias que tienen más que ver con las intérpretes, son ideas mías de lo que puede estar pasando así y de alguna manera yo se los saco de adentro. Está más bien relacionado con el ejercicio de componer para otros, no es tanto algo mío personal.

AZ: ¿Por qué decidiste darle cierre a Varias Artistas?

LM: La trilogía me gusta, así como hice los Tres Actos de Noción es que hay tres discos de Varias Artistas. Creo que ya está bien, hicimos tres discos muy amplios y a la vez diferentes y conectados. Siento que Varias Artistas hay que cerrarlo porque está en el punto justo. Siempre fui muy poco claro para anunciar las cosas, cuando me hice solista, ni avisamos que A-Tirador Láser ya no existía más. Ahora quiero que sea así y por eso el viernes 5 hacemos el último show. Quizás en el futuro dé para hacer algo, no me cierro a la idea. Pero ahora hay que darle el cierre que se merece.

AZ: En los últimos años estás muy presente en las redes sociales, las plataformas de streaming, subís mucho contenido a tu canal de YouTube. ¿Tenés en cuenta a la hora de pensar un álbum tuyo o que vas a producir el hecho de que tal vez el formato en el que más se termine escuchando sea via streaming por alguna plataforma o la propia descarga de los archivos? ¿Afecta al proceso creativo?

LM: Concretamente en lo que se refiere a hacer un disco no cambia mucho. Lo que sí cambia es que hay que estar produciendo contenidos para que la gente te tenga presente en el día a día, cosa que me rompe mucho las bolas pero es así.

AZ: ¿Por qué te parece que el disco, más allá de su fabricación o no, persiste como formato, como unidad de comunicación para los músicos?

LM: El formato persiste porque no se ha inventado algo mejor, el vinilo es bárbaro pero todavía es muy caro. El CD está muy bien, mientras dure yo lo voy a bancar. Fabricar un disco en mi caso no es rentable de forma directa pero sí lo es en el total. Los discos son el disparador para todas las otras cosas que pueda hacer, ya sea un show, una música para película o una participación.

Varias Artistas se presenta por última vez mañana viernes 5 de mayo a las 21 h en el Teatro Xirgú Espacio Untref, Chacabuco 875, CABA. Entradas por Plateanet.