Del piletazo a la experiencia, de la mutua alimentación entre la técnica y la sabiduría, de las influencias y el inspirador Lee Scratch Perry. De todo esto y más hablamos con la cabeza (y las orejas) de Crang Records.

Por Gabriel Feldman

“Traspasar los medios materiales y plasmarse en audio es un proceso hermoso e igualmente doloroso”, dice sobre el proceso de grabación Iván (Ivi Lee), dub master de Nairobi y director de Crang Records, sello que reúne a Las Kellies, Catnapp, Mompox, Kill West y The Ganjas, entre otros. En sus respuestas sobresale un tono reflexivo y espiritual, una aproximación que se transmite en la música por su forma de trabajo sencilla y abierta a la trasformación. “Uso una mesa de los ‘70s  para hacer mis mezclas y voy variando los periféricos según el proyecto y el momento.  No soy muy fetichista, uso lo que tengo a mano”, cuenta. “Me gusta que todo esté limpio y reseteado, hasta la corriente eléctrica. Mucho palo santo y ya. Lo lindo es ir encontrando el camino de a poco”.


AZ: ¿Cómo definirías el trabajo y el rol del productor?

Iván: Como productor busco llevar al audio las ideas y emociones que encierran las canciones. Una producción bien hecha tiende a llevar a quien la escucha directamente al núcleo del mensaje propuesto. Crear imágenes y sensaciones en la mente de quién escucha es parte alquimia parte instinto, cuando es acertada todo fluye.

AZ: ¿Cuándo y por qué empezaste en esa tarea de productor, pensar la música en términos de producción artística?    

I: Empecé grabando las bandas de mis amigos y los proyectos que iban surgiendo, casi por necesidad, porque no conocía a nadie que lo hiciera. Siempre me interesó el sonido como vehículo, como disparador. Hice muchas grabaciones de campo, audio en directo y mucho sampleo. Recién cuando empecé a trabajar en discos surgió el concepto de “producción artística” y de a poco me fui metiendo en ese rol. Uno va pasando de técnico a medium en segundos. Busco trabajar desde el proceso emocional y energético más que desde el psicológico.

AZ: ¿Cómo fue tu formación? 

I: Soy autodidacta. Mis estudios fueron en el área de la comunicación y creo que eso me ayuda en términos de poder analizar las situaciones con más perspectiva. Leí muchos libros, participé en grabaciones bien variadas, buscando aprender cómo capturar diferentes instrumentos y cómo lograr ciertos efectos y sensaciones con el audio. Creo mucho en el instinto y la percepción, gran parte de lo que hago es un piletazo. Me lanzo y después vemos.

AZ: ¿Un referente?

I: Lee Scratch Perry ha sido siempre un referente para mí. Grabó y dio vida a muchos géneros y estilos. Estuvo firme a lo largo de muchas décadas marcando vanguardia tanto en sus métodos y técnicas. Poder canalizar un mensaje que atraviese a la humanidad completa y además sostenerse en el tiempo con su brillantez y estilo es algo que siempre me inspira a buscar más. Hay mil productores que me emocionan, sentir su estampa con sólo escuchar cinco segundos de un track es algo que no muchos pueden lograr. Lee es el Phil Spector de Jamaica. Hay un antes y un despúes de Él.

AZ: Además de contar con su participación en Wu Wei, también fueron su ¡backing band! ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Te acordás de algún consejo que te haya dado?
I: La relación con Lee es casi telepática…hablamos poco pero nos entendimos bien. Nuestro rol fue interpretar su obra y dejarnos moldear por él. Cuando fue su turno de colaborar con nosotros hubo mucha complicidad y afinidad.

AZ: ¿Un disco iniciador, que te disparó la atención a nivel audio/producción?

I: La serie Ambient de Brian Eno me catapultó al mundo de la experimentación. La unión imagen/audio en términos conceptuales apareció en mi vida de la mano de Eno. Evocar imágenes a través del audio ha sido desde entonces mi objetivo central a la hora de producir.

AZ: ¿Qué te llamó la atención? ¿Te acordás dónde lo escuchaste?

I: En su disco On Land por ejemplo, tuve la posibilidad de escuchar música para paisajes, descripción sonora de la geografía, algo muy inspirador. Lo escuché por la calle, me lo había copiado a un CD-R y caminando por la calle me sentí perdido, encontrado, elevado, deprimido, tantas cosas se despertaron dentro mío que ya no pude volver atrás.

AZ: Nairobi en particular tiene como aproximación espiritual hacia la música. ¿Es difícil trasladar ese sentir a un disco? ¿Cómo lo trabajan?

I: Es un desafío diario. El micrófono es cómo la cámara, documenta lo que sucede y nada más. Para poder hacer música de determinado estilo y forma hay que moldear la realidad que se va a documentar, predisponer el ambiente y a la banda a entregarse a la transmutación. Es un ritual que bien llevado arroja como resultado la elevación y la creación.

AZ: Pienso en que hoy la tecnología digital ofrece atajos, ¿lo importante entonces es respetar el proceso, someterse a él, no terminar decantando por el camino más cómodo?
I: En el arte de la India utilizan el símbolo del arco y flecha. El arco es el método y la flecha la sabiduría.  Uno sólo no sirve, hay que saber articular ambos.

AZ: ¿Se tiene en cuenta a la hora de pensar un álbum el hecho de que tal vez el formato en el que más se termine escuchando sea via streaming por alguna plataforma o la propia descarga de los archivos?
I: Desde el sello se busca trabajar en todos los formatos. Cada banda tiene un camino diferente y los formatos se van dando solos de alguna manera. Como productor pienso en el disco, luego en las canciones y recién a la hora del mastering pienso en sus formatos. Hoy se escucha mucha música en la web, con parlantes de baja calidad y con curvas de ecualización predefinidas. Yo hago una sola mezcla y después que cada uno la escuche donde lo hace habitualmente, me gusta la transformación que sufre el audio en algunos estéreos. En última instancia, si el tema está bueno va a llegar igual.

AZ: ¿Un disco o canción que te llena de orgullo haber participado?

I: Dubby Exposure de Las Kellies. Ellas son una banda con la que siempre había querido trabajar, luego del disco Kellies trabajamos juntos en Total Exposure y sentimos que habíamos llegado a algo. Luego estando de gira en Europa surgió la idea de ir a Berlín y mezclar versiones dub y dance de algunos temas. Fuimos a trabajar al estudio de Mouse on Mars y fue mágico, pudimos reinterpretar el disco y crear versiones nuevas con otra impronta. El disco fue editado conjuntamente entre Crang y Rastrillo Records en vinilo y es el disco en el que trabajé que más me gusta. Desde la producción y el sonido, desde cómo quedó prensado en vinilo y desde lo especial de llevar a una banda hacia un lugar al que no habíamos ido antes y que nos llamaba con magnetismo.

AZ: ¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

I: Estamos a punto de lanzar un nuevo proyecto, Yama Sun. Es un dúo que integro con Ceci, de Las Kellies. Grabamos un disco que está pronto a salir, se llama Alud. También estamos preparando discos nuevos de Nairobi y Las Kellies para comienzos de 2016. Desde el sello vamos a seguir con las ediciones en tape, también se viene el primer disco de Nepal y el primer Crang Fest antes de fin de año.

AZ: ¿Seguís escuchando música por puro entretenimiento o te quemó un poco la gorra procesar los sonidos como músico, productor y director de un sello?

I: Escucho música todo el día salvo mientras como. “Music is my desire, sets my heart on fire” dice Pablo Moses.

AZ: Hoy consumimos música casi en todo momento, realizando múltiples actividades, a través de distintos dispositivos. Si tuvieras que darle algún consejo al escucha como para tener una experiencia más intensa con la música, ¿Cuál sería?

I: Compren vinilo, es hermoso y suena genial. No hay reglas para esto, sólo dejarse llevar. Vivimos en tiempos de confusión y falta de fe, la música apacigua el alma y nos une. ¡Tirando para arriba!//z